Dakota.
Las palabras han salido de mi boca sin más, sin tiempo ni oportunidad de procesar y pensar lo que diría, únicamente sucedió haciendo que ahora Volker me mire con el odio pintando en su rostro.
Sé que odia las mentiras.
Trago saliva con dificultad y me es imposible mantenerme calmada después de la maldita bomba que acaba de salir de mis labios.
Los nervios se anudan en mi estómago creando un malestar lleno de náuseas que me grita y advierte que esto está a punto de estallar.
—¿Dakota Kingston? —lo escucho preguntar mientras niega con la cabeza—. No, tú eres Ariana Foster.
El nudo en mi garganta me impide hablar y decir algo, siento como mis ojos se cristalizan.
—Puedo explicarlo —suelto finalmente con el miedo haciéndose presente en mi interior—. Debes escucharme —susurro.
En lugar de eso lo que hace es dar la vuelta y comenzar a caminar alejándose de aquí.
—¡Volker! —grito a sus espaldas mientras comienzo a ir detrás de él—. Escúchame, por favor.
Sus pasos son precisos al momento de huir de mí, noto el aura molesta y furiosa que desborda.
—¡Hay una explicación, debes escucharme! —grito detrás de él mientras tomo su brazo y lo obligo a mirarme de nuevo.
—¿Qué se supone que puedo esperar de una mentirosa como tú? —pregunta, la rabia destila por cada poro de Volker.
—Puedo explicarlo, yo... —intento hablar pero soy interrumpida por él.
—Lárgate a la mierda —espeta furioso mientras se suelta de mi agarre y comienza a retomar su camino de nuevo.
Sus palabras hacen eco en mi cabeza y se reproducen sin fin alguno, no puedo concentrarme en nada más que no sea en lo que acaba de decir. ¿Quiere que me vaya de su vida?
Salgo de mi trance mientras lo veo alejándose, mis pies comienzan a moverse en automático detrás de él una vez más.
—Volker —hablo de nuevo, siento como mi voz se rompe mientras él se aleja de mí—. ¡Por favor!
Sus pasos se detienen de un segundo a otro, se detiene y solo camino más rápido hasta llegar a él.
—Escúchame —llego frente a él, sus ojos oscuros se mantiene inexpresivos, no sé de qué manera descifrarlo, no sé de qué manera tomar sus actitudes y lo único que sé en este momento es que debe sentirse molesto, más que molesto, cabreado.
Intento tomar sus mejillas pero retrocede un paso alejándose de mí una vez más.
—¿Me mentiste y me viste la cara todo este puto tiempo? —pregunta con voz dura, su cuerpo se tensa como una señal de que está cabreado.
ESTÁS LEYENDO
CRIMINAL
Aléatoire"Yo no soy el héroe de tu historia, soy el villano que te hará sucumbir en tus más oscuras perversidades." Volker Diekmann es la perfecta definición de perdición, lo comprobé cuando de una noche a otra no podía dejar de aparecer en mis pensamiento...