Las sombras de Marcos & Bondoni

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POV EMILIO

-¡JOAQUÍN!  ¡JOAQUÍN!  -grito alarmado.

Corro hacia él, temiendo lo peor me lanzo al mar.  Pareciera una eternidad llegar a él, siento que no tengo fuerza en las piernas.  Trato de alcanzarlo pero pareciera que las olas me la quieren quitar.  Mía me alcanza y cuando llegamos a él está inconsciente.

Entre los dos la sacamos del mar, ¿dónde esta un puto salvavidas cuando se le necesita?  Lo llevamos al orilla.  Se junta la gente mientras yo lo llevo en mis brazos, Mía esta horrorizada, y yo estoy desesperado se acercan mis padres y Kiko.  Yo lo dejo en la arena.

-Joaquín, ¿puedes oírme? -Le pregunto él no me responde.  Por favor nenr reacciona.

-¿Está muerta? - susurro con tono apenas audible

-Apártate hijo.- me ordena mi madre mientras le da respiración boca a boca.

Yo literalmente lo veo todo rojo como incontrolables inundaciones de rabia y desesperación me atraviesan. 

--El está respirando normalmente y tiene buen pulso --dice mi madre y veo como Joaquín tose y bota el agua de mar por su boca.

Él se sienta en la arena mira a mi madre y la abraza y comienza a llorar desesperadamente.

  -No te preocupes.  lindo.  Todo estará bien.- le dice Gabriela.

A mi se me parte el corazón ver a mi niño así.

  -¿Mamá?  ¿Lo podemos llevar al hospital? - Le pregunto preocupado a mi madre.

-No es necesario hijo él solo debe descansar.

-Si, por supuesto, pero ¿Qué le pasa a Joaquín? -Me preguntó en voz alta. 

¿Está bien?  ¿Porqué quiso quitarse la vida?  ¿Acaso fue por mi culpa?  ¿Yo lo estoy dañando?  Estoy lleno de preguntas y sin respuesta.  Él solo me observa.

-¿Cómo estás?  Pregunto con ansiedad.

-Se podría decir que estoy bien.- me contesta.

  Siento como me invade una gran ola de alivio. 

-¿Quieres que te lleve algún lado? -Le pregunto él solo se encoje de hombros y mira sus dedos entrelazados

-¿Porqué no vienes con nosotros al hotel? - le propone mi hermana.

-No creo que sea correcto.- nos responde Joaquín.

  -Claro que si.  Ven con nosotros.-dice mi madre preocupada.

-Señora Marcos, creo que ya han echo mucho por mi.- dice Joaquín mirándome. 

-Vamos al hotel hasta que te sientas mejor- le digo con voz autoritaria.

Por supuesto, Marcos y así aprovechas de follártelo.

-Esta bien, iré con ustedes.

-Por cierto;  él es mi padre, Alfonzo y él es mi hermano Kiko. 

-Hola, precioso.  Un gusto conocerte.- dice Kiko dándole su mano y mirándolo.

No me gusta que mi hermano lo mire y mucho menos lo toque. Él saluda de forma educada a Kiko y a mi padre y nos dirigimos al hotel.