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POV EMILIO


-Muy bien ¿Quien empieza? - Pregunta juguetono Joaquín.





  -Bueno, los caballeritos primero.- le digo para no ser yo quien comience.





-Que conveniente¿verdad? - Puntualiza él.




  -Entonces ¿cómo lo hacemos? - le pregunto. 



-Que tal si yo pregunto y tu responde. 





-Esta bien, pregunta.- le digo.





  -¿Las cicatrices de tu pecho son por la varicela? 





Mierda ¿Qué le digo?  La verdad, Marcos.  Tú empezaste con este juego cuando le preguntaste que pasaba por su mente ...




-Tuve un comienzo duro en la vida- Le respondo. 





-No entiendo.  me dice.





-Mejor, pregunto yo.- le propongo para que él no siga preguntándome por mis cicatrices.





  -¡No es justo!  tu no corta nada en cuadritos.  Teníamos un trato- Protesta Joaquín.






-Siempre tan ávido de información- Le digo.




  -iYa cuenta Marcos!  si no, yo no te cuento nada- dice enojado.



-La mujer que me trajo al mundo, era una puta adicta al crack. 




-¿Gabriela? - me réplica sorprendido.



  -No, mi madre biológica.  Gabriela es mi madre adoptiva le aclaro. 





-¿Era? - pregunta. 




-Murió.- le contesto.


-¿Hace mucho? -vuelve a preguntar. 





-Murió cuando yo tenía cuatro años.  No la recuerdo.  Solo recuerdo ciertas cosas.- .. Pero Nadie debería tener esa mierda en la cabeza.






-¿Y las cicatrices? - me pregunta.






  -El proxeneta de mi madre me utilizaba de cenicero.- le respondo ahogándome por los recuerdos.






Él abre la boca horrorizado.






-Él encontró el cuerpo de la puta adicta al crack y teléfoneo a las autoridades.  Aunque tardará  cuatro días en encontrarlo.  Él se fue, cerró la puerta ... y me dejó con ella muerta- le sigo contando.  ¡MIERDA!  ¿Porqué le estoy diciendo todo esto?







-¿Por eso no te gusta que te toquen?  pregunta aguantando el llanto. 





-Asi es, Joaquín.- le digo.




Caen las lagrimas por sus mejillas, yo le acaricio y le limpio las lagrimas.




-No llores, Joaquín, por favor.  Por favor, no llores por mí no merezco que un joven dulce inocente tenga compasión ni lastima por mi.-le digo de forma triste.




-No es lastima, Emilio ... solo que ¿Qué ser humano utiliza el cuerpo de un niño como cenicero o lo deja por cuatro días con un cadáver? - me dice llorando.





Las sombras de Marcos & BondoniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora