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POV EMILIO

-Emilio, ¿Porqué no eres capaz de amar? - Me pregunta Joaquín. 



Yo me quedo de piedra, no sé que decirle ... Que eres cincuenta sombras de mierda.

  -Lo siento - susurra al ver que no contesto.


-¿Cómo dices? - le pregunto perplejo. 

-Lo siento.  No debí incomodarte.- me dice.

-El amor ... sólo es para la buena gente que lo merece.  Yo no, así que no puedo.- le respondo de forma cortante.

¡Eres un maldito hijo de puta!  Marcos, no puedes decirle eso.  Me reclamo mi subconsciente.

-¿Qué quieres decir? - me pregunta.

-Bueno, mírate.  No puedo hacerte feliz - Le digo.


-Pero tú me haces feliz -.  Él me frunce el ceño y le sale la V que tanto me gusta. 


-No sabes lo que dices.  No sabes con quién estás tratando.- le digo en voz baja.


  -¿Porqué no me dices la verdad Marcos?  ¿Amas a alguien?  -pregunta.


Tienes que ser honesto con él, Marcos. 

-Yo no amo a nadie y nadie me ama a mi- le digo irritado y decido cambiar de tema.-Por cierto, ¿porqué mejor no me llevas a tu casa? - le pregunto tratando de cambiar de conversación sobre el amor.


-¿Porqué dices eso? -pregunta de forma inocente. 


-¿Qué cosa? -Le replico.

  -Eso, de que nadie te ama.

  -Joaquín no quiero seguir hablando de eso y me  gustaría conocer tu casa.- le digo tratando de no enojarme.


-No creo que te guste mi casa.  Es humilde y sin lujos a los que estas acostumbrado.- me responde avergonzado. 

-Nene, no me interesa como es tu casa.  Lo que quiero es estar en tu cama y follarte duro- le digo con voz ronca.

   Él se sonroja y sé que lo desea tanto como yo.

-Me he estado masturbando estos dos días mientras me imaginaba tus gemidos y llegabas al orgasmo- le digo. 


Él parece un lindo tomatito de lo rojo que esta.

-Emilio la gente te puede escuchar- dice nervioso. 

-Me importa una mierda que escuchen, lo único que quiero es follarte ahora. 



Esta bien ... iremos a mi casa ...


Finalmente llegamos a su casa, no hay nadie y es bastante humilde.




-¿Y tus padres? -Le pregunto.  Cuando entramos



-Mi padre, trabaja de nueve a siete de la tarde y mi madre ... casi nunca esta en casa.- responde nervioso.



¿Así que estamos solos? -Le digo atrayéndolo hacia mi, aspiro el olor de su cabello que es como un sedante para mi, lo tomo por la cara.



Lo beso apasionadamente.  Nuestras lenguas parecieran bailar.  Por supuesto que estoy muy excitado, él gime.


-Me encanta ese sonido ... ¿donde esta tu cama? -Le pregunto sin dejar de besarlo.

-Arriba- dice con la respiración agitada. 


Él me lleva a su habitación, que es de color azul.  Su cama no es grande, también con el endredon y las sabanas de color azul, pensé encontrarme con tonos de color rosa como la habitación de mi hermano ... pero no. 



Meto mi mano debajo de su pantalón, le bajo hasta las rodillas, después subo hasta su sexo. 

-Ya estas mojado.- le digo asombrado.  Es tan receptivo.

Le quito la camisa,  me dispongo a sacarle el pantalón y solo se queda en bragas.


  -¡Qué lindo! - le digo.  -Joaquín, tienes un cuerpo muy lindo. 

Me voy directo a sus pezones, despacio, paseo mi lengua por ellos.  Lo oigo gemir.  Meto los dedos por dentro de las bragas y, al hacerlo, rozo el pene.  Está húmedo.  Muy húmedo.  Le introduzco dos dedos dentro de su agujero y él se estremece y gime los muevo despacio dentro y fuera de él, sin dejar de chupar sus hermosos pezones.  Vaya, le encanta ... Y llega al orgasmo inmediatamente. 




Saco mi ropa quedándome desnudo delante de él, tomo mi pene y lo sostengo con mis mano.

-¿Te gusta esto?  -murmuro, él asiente con la cabeza -¿Te gustaría probarlo? - le pregunto y él se lanza y se lo mete en la boca -Chúpame, nene-, le digo y él chupa profundo, lame a la perfección - Para, Joaquín,  para.  No quiero correrme en tu boca.- le digo pero él no obedece y me corro dentro de su boca y se traga todo mi semen.

-¿Habías hecho esto antes? -le pregunto espero que no ...


-No, nunca lo había hecho.- me contesta.



Él es natural, es la mejor mamada que he recibido.  Lo beso, le muerdo su labio, le quito las bragas y vuelvo a meter mis dedos dentro de él y de nuevo lo saco y me lo meto a la boca.



-Qué bien sabe, joven Bondonk.-le digo él abre su boca y sus ojos se oscurecen de deseo -Quiero metértela ahora- le digo. 



-Hazlo.- dice.


Busco un condón en los bolsillos de mis pantalones, él me mira fascinado.  Y me lo coloco y me tumbo en la cama.



-Tu arriba-.  le digo él se sienta a horcajadas sobre mi. 



¡Joder!  resulta muy excitante.  Cierro los ojos y muevo las caderas disfrutando de esto, él es inexperto.  Es evidente que nunca había hecho esto antes ... y me agrada ese pensamiento.  Su inocencia y su entusiasmo me desarman.  Está muy sexy.  El pelo oscuro le cae en suaves ondas alrededor de los hombros.



  -Vamos.  Quiero hundirme en ti.-le digo.  Me incorporo de modo que mi cara queda frente a la suya -Así - le muestro y, rodeándolo con un brazo, lo levanto un poco y coloco mi pene dentro de él. -Eso es, nene, siénteme, entero.  Lo sujeto para que se acostumbre a tenerme en lo más profundo de él.-Muévete tú, Joaquín, sube y baja, lo que quieras.- le digo.  ¡Oh, sí!  Él sube y baja, sube, baja y encontramos el ritmo mientras él me monta. 



¡Más y más!  cierro los ojos y me dejo llevar ... esto es muy placentero.  Es la primera vez que lo hago asi y lo estoy disfrutando al máximo.  Abro mis ojos y nuestras miradas se encuentran, le aprieto más las manos y él estalla sobre mí y yo con él.  Ambos llegamos a un espectacular orgasmo.  Se derrumba sobre mi pecho y yo permanezco inmóvil y jadeante debajo de él. 



Nos quedamos tendidos juntos un momento;  su peso es un consuelo.  Sé que en unos días me iré ... mejor no pensar en eso se que va hacer doloroso.


La oscuridad repentina ... Mierda, no me di cuenta: él me estaba tocando.


-¡No!  No me toques.-le digo.

-¿Porqué no te gusta que te toquen? -me pregunta con tristeza.


-Por que estoy muy jodido, Joaquín.  Tengo muchas sombras al igual que tu le digo.


-¿Me lo cuentas? 


-¡Que curioso que eres! - le digo


-Hagamos un trato.  Tú me cuentas tus dramas y yo te cuentos los míos, con toda sinceridad- me dice.



-¿Quieres que seamos sinceros? ... Vale seamos sinceros.

Las sombras de Marcos & BondoniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora