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POV EMILIO

Hemos aterrizado en Seattle...Tras bajarme del avión enciendo mi blackberry. ¿Qué pasó?  Tengo muchas llamadas de mi madre, Kiko, Mía incluso Niko.

Decido llamar a mi madre.

  -¿Emilio? -Dice preocupada.

  -¿Qué sucede madre? ¿Joaquín está bien? -Pregunto ansioso.

   -Hijo debes venir al hospital. Tu hijo va a nacer -contesta mi madre.

Literalmente me quedo en shock.

  -Señor Marcos. ¿Esta usted bien? -Soy consciente que Taylor me habla. 

-Mi ... Mi hijo... Mi hijo va a nacer-susurro despacio.

-Entonces debemos irnos-Taylor sigue hablandome.

-Señor Marcos reaccione -Me dice Taylor. Pero mis piernas se niegan moverse.

  -Señor, vamonos. Él joven Bondoni  lo necesita -dice Taylor.

-Joaquín... ¡Joac me necesita!  Debemos ir al hospital. Le diré a Jean que me lleve. Usted vaya a buscar lo que ya sabe. Y nos vemos en el hospital -le ordeno.

-Si señor. Llamaré a Jean, y felicidades-me dice mi guardaespaldas.

Observo como Taylor llama a Jean. Quien minutos después aparece.  Taylor le ordena que me lleve inmediatamente al hospital ...

El viaje de el aeropuerto al hospital me parece una eternidad.  Jean estaciona el auto y yo salgo disparado. 

-Emilio por fin llegaste -dice Kiko esperandome en el estacionamiento.

-¡¿Cómo está Joaquín?! - Pregunto preocupado y camino hacia el hospital.

-No se, mamá y Niko están con él. -Responde yo entro prácticamente corriendo.

  Kiko me dice en donde está maternidad y nos dirigimos. 

-¡Emilio! -Exclama Mía al verme.  Ella me abraza. De reojo observo ese Emiliano.  Mi detector de pretendientes de mi hermana me dice que ese idiota quiere meterse en las bragas de Mía.  Más tarde pensaré en eso.

-i¿Donde está Joaquín?! - Le pregunto exasperado.

Él lleva más de cinco horas tratando de dar a luz. No sé ha dilatado lo suficiente -dice mi hermana preocupada.

  Y sin esperar entro como una tromba donde mi nene está tratándo de dar a luz.

  -¡Joaquín!-Digo desesperado.

  -¡Emilio llegaste! -Dice con voz débil.

Joaquín está cansado pálido.  Me acerco a él y beso sus labios.

-Joaquín sigue pujando-ordena la doctora Greene.


Yo le doy mi mano mi hombre. Él me lo aprieta fuerte mientras mi corazón late de forma desenfrenada. 

Él le viene una contracción y se retuerse de dolor.  Él está sufriendo.

-Sigue pujando Joaquín. -La doctora Greene le vuelve hablar a mi nene...

Han pasado más de cinco horas que estoy aqui.  Por lo tanto mi nene está más de diez horas sufriendo y yo sintiendome impotente.  Se me escapa de las manos.


Las sombras de Marcos & BondoniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora