Las sombras de Marcos & Bondoni

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POV EMILIO

Ya han pasado tres días de mi horrible pelea con Joaquín y lo estoy extrañando como un loco ¿Dónde estás Joaquín?  ¿Qué mierda he hecho?  ¿Porqué te trate así?

  Joaquín estaba muy molesto, lo hice llorar.  Me dijo que tenía sombras, él está sufriendo ... y yo no fuí capaz de dejarlo ir fui un egoísta y estúpido con él.  No debí entusiasmarme con un niño dulce e inocente como él.  Marcos, eres un jodido hijo de puta.  Me está regañando mi subconsciente.

Como extraño mi piano.  Sé que no puedo quedarme aquí, tal vez salga a correr por las calles de Georgia.  Me pregunto donde vivirá ... si lo supiera ya lo estuviera buscando.

Para mi desgracia hoy quedé para salir con Mauricio Mariscal, que niño más irritante e insoportable.  No sé como pude hablar con él antes de ayer, solo le dije por jugar que lo invitaba a salir cuando lo conocí en el centro comercial.

¿Porqué fuí tan estúpido?  como para quedar de salir con él y para peor me dijo que fuera a su escuela a buscarlo.  Él único que me quita el sueño es Joaquín.  Creo que no seguiré durmiendo, así que mejor me levanto.  Me siento como una mierda.  Estos tres días llevo sintiéndome así, mejor alejarme de Joaquín.  De cualquier forma, en unos días volveré a Seattle y no sabré nada más de él...

Salgo a correr, todavía no amanece en Georgia.  Mientras voy corriendo me lo imagino: él acostado en su cama.  Quiero verlo ... solo quiero comprobar que está bien.  No puedo darle lo que necesita o lo que él quiere.  Quiero gritar y gritar.  Convéncete No eres bueno para él.  Como me gustaría tocarlo, abrazarlo, besarlo y por supuesto follármelo, he perdido Joaquín.

  Cuando llego de vuelta al hotel después de mi caminata me dirijo a mi habitación sin dejar de pensar en Joaquín ...

Ya en el desayuno me encuentro con toda mi familia.  Mía no deja de hablar de repente Kiko interviene en la conversación.

-Mía, ¿hoy te encontraras con Joaquín? - ¿Que?

  -¿Cuándo saliste con Joaquín? - le pregunto a mi hermana. 

-Ayer salimos- responde Kiko con una estúpida sonrisa.

  -¿QUÉ? - pregunto tratando de contener mi ira.

  -Haber, Emilio.  No sé por que te molestas tanto.  Salimos con Joaquín ayer.  Él necesita distraerse en algo, por que parece que tiene problemas familiares.- Me explica y me discute mi madre. 

-¿Qué te comento?  ¿Te dijo algo? - le pregunto ansioso.

-No, pero es obvio que tiene problemas.- me vuelve a responder.

-Por cierto, lo invité a salir y él dijo de si.- agrega Kiko.

  Creo que estoy en estado de shock por lo que acaba de decir mi estúpido hermano.  Lo fulmino con la mirada.  Si las miradas mataran, Kiko estaría bajo diez o veinte metros bajo tierra.  ¡Lo odio!

Una ola de desesperación se apodera de mí.

-KIKO ... ¡ES QUE NO TIENES DECENCIA!  ¡TIENES A MARCELO EN SEATTLE ...!  TE ESTABAS FOLLANDO UN CAMARERO!  ¿Y AHORA QUIERES APROVECHARTE DE UN DULCE E INOCENTE NIÑO? -Le grito furioso.

Mis padres y Mía están sorprendidos por mi reacción.

-Cálmate Emilio.  - me ordena mi padre.