Capítulo 4

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Habían pasado ya dos semanas desde su última aparición.

La vida no estaba tratando mál a Gustabo, y había decidido declararse a aquel ruso sin sentimientos. Aún no sabía cuando lo haría, pues solo acercarse al peliblanco lo ponía nervioso, él en verdad le gustaba, y desde hace tiempo, pero no sabía cómo hacerlo.

Su relación con todos sus compañeros iba más o menos bien, no es que los quisiera con locura, pero tampoco se llevaba mál con ellos. Excepto por uno: El agente Brown.

Ese hombre siempre lograba sacarlo de sus casillas.

Siempre se metía con él, y eso era algo que no iba a dejar que sucediese.

NARRA GUSTABO

Acababa de entrar de servicio, estaba en los vestuarios poniéndome mi uniforme.

Horacio estaba conmigo, como la mayoría de las veces, y también había un par de agentes más.

Entonces entró Brown.

Lo odiaba con toda mi alma, es el ser más despreciable que he visto en mi vida, y eso que tengo un espejo en mi casa.

Decidí ignorarlo. Si le dirigía aunque fuese la mirada o él a mi, siempre acabábamos los dos mal y con dos días suspendidos de empleo y sueldo. Así que seguí con lo mío.

-Gustabo y Horacio, a mi despacho -Se escuchó al súper por radio.

-Vaya, ya tardaban en ir a chupársela al súper -Ya empezamos.

-¿Qué cojones acabas de decir, Brown? -Dije con un tono de desprecio y amenazante.

-Ya me has oído, Gustabín.

-Mira, gilipollas, más vale que cierres esa boca de mierda que tienes -En mi tono solo se reflejaba amenaza.

-Uy, qué miedo -Dijo con sarcasmo y burla.

-La acabas de cagar, Browny.

-A qué- -No le dio tiempo de acabar de hablar cuando mi puño impactó fuertemente contra su cara.

-Para que me vuelvas a decir algo, imbécil -Me dí la vuelta, pero entonces algo me agarró del brazo y me hizo girar.

Lo siguiente que sentí fue un fuerte golpe en mi mejilla izquierda y vi la cara roja, no solo por el golpe, de Brown.

-Me cago en tu puta madre -Dije para luego avalanzarme contra él y empezar a pegarle. Él también me pegaba a mí, y al final salí yo peor parado.

De repente, la puerta de los vestuarios se abrió dejando ver a un Volkov muy enfadado.

-¡QUE COJONES ESTÁ PASANDO AQUÍ?! -Gritó. La que nos iba a caer. Como mínimo, nos quedábamos un mes sin cobrar- Gustabo, Brown, a mi despacho. YA.

Nosotros hicimos lo que nos había ordenado el comisaro, ya la habíamos cagado bastante, no nos conviene enfadarlo más.

Cuando llegamos al despacho, Volkov se sentó en su silla y nosotros frente a él. Se veía tan guapo...

-¿Quién de los dos me va a contar lo que ha pasado? Y os advierto que si alguno de los dos miente, se va a ir suspendido de empleo y sueldo durante un mes -Dijo con su gran acento ruso.

-¡Empezó él! -Dijimos los dos a la vez mientras señalábamos al contrario.

-Vamos a ver -Dijo con desesperación mientras apoyaba su frente en su mano- Brown, empieza tú.

-Yo estaba tan tranquilo en los vestuarios, cuando entraron Gustabo y su hermano y comenzaron a insultarm- -No lo dejé terminar.

-ESO ES MENTIRA, EL QUE-

-¡Gustabo, no es tu turno! -Dijo Volkov en un tono de reproche que hizo que mi corazón se encojiese en mi pecho- Por favor Brown, siga.

-Vale. Entonces ellos entraron insultando, y yo les dije que pararan, y en vez de eso, Gustabo me pegó, y yo se la devolví, y así empezó una pelea hasta que entraste tú.

-Muy bien. Lo primero, soy tu superior, así que que sea la última vez que me tuteas. Y lo segundo, Gustabo, te toca contar tu versión.

-Gracias. La cosa fue justo al revés, Horacio y yo estábamos cambiándonos en el vestuario cuando entró Brown. Como no lo soporto, decidí simplemente ignorarlo, pero entonces el super nos llamó a Horacio y a mí a su despacho, y como este imbécil no sabe cerrar el pico, dijo que si ya le íbamos a chupar la polla a Conway. Y luego continuó insultandonos, así que le pegué. Lo reconozco, el primer golpe fue por mi parte, pero fue él quién empezó insultando.

-Vale. Los dos habéis contado dos versiones completamente distintas, y para saber quién de los dos miente, voy a revisar las cámaras del vestuario -Brown se puso pálido mientras que yo solo podía sonreír victorioso- Brown, no se moleste en volver a comisaría este mes. Y tampoco espere su sueldo.

Brown se puso aún más pálido y abrió la boca en desconcierto.

-¿Q-qué? ¡Pero si aún no ha revisado las cámaras! -Se quejó.

-Tampoco me hace falta, solo por ver sus reacciones ya sé que quien decía la verdad era Gustabo. Además, siedo policía deberías saber que es ilegal poner cámaras en los vestuarios.

La cara de Brown era todo un cuadro.

No sabía si de ira, de vergusnza o de qué, pero ahora estaba rojo.

El comisario se levantó y nosotros hicimos lo mismo.

-Brown, ya se puede ir a su casa para empezar a cumplir con su castigo. En cuanto a usted, Gustabo, venga, lo voy a llevar al hospital a que le curen las heridas -Eso solo hizo que sonriera como tonto. De verdad que estaba enamorado.

[...]

-YA ESTOY AQUÍ -Dije mientras entraba en el despacho del super.

-Hasta que te dignas a aparecer supernena -Dijo el superintendente.

-Lo siento, estaba partiéndole la cara al subnormal de Browny.

-Ya me ha informado Volkov.

-¿Te encuentras bien Gus? -Preguntó Horacio algo preocupado al ver mi cara.

-Sí, no te preocupes Osito, estoy mejor que nunca, y más después de que Brown se haya quedado sin empleo y sueldo un mes.

-Mejor. Es un gilipollas -Dijo Horacio.

-Si os digo la verdad, ni a mi me cae bien. Si por mi fuera, lo trasladaría a una comisaría en Saturno -Dijo Conway.

-Bueno, ¿para qué nos quería aquí viejo?

-Quiero que os infiltréis en una mafia.

______________

Hola que tal?

Creo que se nota que odio un poco a Brown.

Bueno, qué os ha parecido este capítulo?

Espero que os haya gustado.

Nos vemos en el siguiente capítulo,

Chaooooo <3

Gracias a ti [GRECABO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora