Capítulo 5

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-Perdone viejo, ¿puede repetir? Creo que le he escuchado mal -Dije esperando que lo que acaba de decir sea solo una broma poco graciosa.

-No Gustabín, no has oído mal, quiero que os infiltréis en una mafia -Definitivamente, este hombre no está bien.

-¿Y qué le hace pensar que nos vamos a infiltrar en una mafia?

-Muy fácil, Supernena. Un ascenso -Miré a Horacio, me estaba suplicando con la mirada aceptar.

-¿De qué ascenso estamos hablando?

-Subinspectores -La cara de Horacio se iluminó por completo y sus ojos adquirieron un brillo de emoción. Sé que él quiere un ascenso, sobretodo porque así cobraríamos más y podríamos dejar de vivir en un piso de 2 metros cuadrados.

-Está bien -Dije derrotado, no podía luchar contra los ojos de cachorrito de Horacio- Pero ¿qué es exactamente lo que quiere que hagamos una vez dentro de la mafia?

-Solo quiero información. A qué se dedican, dónde está su sede, por dónde se mueven, quiénes participan...

-Vale. Pero si en algún momento alguno de los dos estamos en peligro, o abortamos misión o nos asciende a inspectores jefe. Sin rechistar.

-Sin problema -Dijo el super tendiéndonos la mano. Se la estreché y luego Horacio hizo lo mismo- Ya podéis iros a patrullar.

Horacio y yo nos levantamos y nos fuimos.

-Aquí Gustabo García y Horacio Pérez a la espera de asignación -Dije por radio.

-Yo estoy libre haciendo papeleo -Se escuchó a Greco.

-Yo también -Dijo Leónidas.

-¿Te quedas tú con Greco y voy con Leónidas? -Le dije a Horacio.

-Vale, hasta luego Gus.

-Adiós Osito. Leónidas, dónde se encuentra?

-De camino a comisaría.

-De acuerdo, te espero en la puerta -Dije para luego caminar hacia la puerta de comisaría.

[...]

-MA YO NESA -Dije cantando.

-ELLA ME BATE COMO HACIENDO MAYONESA -Siguió Leónidas. Estábamos escuchando esa canción a todo volumen en la radio del patrulla.

Estaba siendo un día de lo más divertido, Leónidas y yo nos estábamos riendo todo el rato. Hoy la ciudad estaba tranquila, algún código 3 de vez en cuando pero nada grave.

Hasta que...

-CUIDAOOOO -Me dio tiempo a decir antes de ver todo negro. Sí, Leónidas se había estrellado.

Y a la velocidad a la que íbamos, nos dimos una buena hostia.

Creo que nos tuvieron que recojer, porque lo siguiente que recuerdo es aparecer en el hospital con Leónidas al lado mío mirando el móvil. Se giró hacia mi cuando notó que lo estaba mirando.

-Hombre, si te has despertado -Dijo sonriendo, pero la sonrisa se le borró pronto- Siento haber estampado el coche.

-No te preocupes, a mi también me podría haber pasado -Traté de incorporarme un poco, pero no pude debido a que me dolía mucho la espalda. Puse una mueca de dolor y volví a la posición en la que estaba cuando desperté.

-¿Te encuentras bien? -Dijo Leónidas preocupado.

-Sí, no te preocupes, solo me duele un poco la espalda -Sonreí para calmarlo un poco- Oye, sabes cómo hemos llegado aquí?

Gracias a ti [GRECABO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora