Capítulo 65

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Cuando me desperté, Gustabo ya no estaba en la cama.

Me preocupé bastante.

Pero, por suerte, vi un mensaje suyo que decía que se había ido pronto al trabajo porque tenía que hablar con Nikolai.

Por lo menos, volver al trabajo lo distraería del tema de su hermano. No podía pasarse todo el día pensando en eso o seguramente se destrozaría más de lo que ya está.

Llamé a Mathias.

Me confirmó que Gustabo ya estaba en la cafetería, así que le conté lo que había pasado y le pedí que lo vigilase y se asegurarse de que estuviese bien.

Después de eso me fui al trabajo.

No estuve todo lo comcentrado que debía, y casi me abaten en un atraco por culpa de eso, pero es que tanto Gustabo como Horacio me tenían muy preocupado.

No quería que les pasara nada malo a ninguno de los dos.

[...]

Pasó una semana.

Los médicos habían conseguido estabilizar a Horacio, pero sus pulsaciones seguían muy débiles.

Volkov hablaba más conmigo, ya que se pegaba mucho tiempo en el hospital con su marido, y necesitaba bastante apoyo moral.

Y Gustabo estaba más desanimado que nunca.

Cuando volvía del trabajo lo único que hacía era tumbarse conmigo en la cama, abrazarme y llorar. Por lo menos ahora no me evitaba, como cuando vinimos a vivir aquí.

Yo intentaba darle todo el cariño posible, pero él decía que solo quería sentir que yo estaba ahí y estar conmigo.

Me partía el corazón verlo así, tan triste y apagado, después de lo que le costó volver a ser el mismo.

Hoy era mi día libre, así que hice la comida para mí y para Gustabo y me puse a ver una película hasta que recibí una llamada del veterinario de Draco.

-¿Greco?

-Sí, soy yo. ¿Cómo está Draco?

-Verá... Siento micho decirle esto, pero... Su enfermedad es muy grave y está muy avanzada... Está sufriendo bastante, y teníamos que preguntarle si quieren sedarlo o continuar con el tratamiento, pero el tratamiento es lento y seguirá sufriendo, además que no es del todo seguro que funcione y es muy caro -Se me humedecieron los ojos y empecé a llorar. No podía ser. Draco no... No podía... No, era imposible... ¿O no?

Mi cabeza era un completo caos.

Al principio pensé que era una broma, pero luego me di cuenta de que iba completamente en serio.

Tenía que decidir si matar a Draco o dejar que siguiese sufriendo con un tratamiento que no sabíamos si funcionaría.

Y yo no podía ver sufrir a nadie.

-Eh... Solo... ¿Puedo hablarlo con mi pareja antes de tomar la decisión? -Dije lo más tranquilo que pude.

-Por supuesto. Cuando sepan la decisión pueden llamarme. Lo siento -Dijo y colgué.

Cogí un juguete del perro que estaba en el sofá y lo miré mientras abrazaba un cojín y seguía llorando.

No había nadie que me viese, así que no tenía que esconder mis sentimientos. Eso fue una alivio.

Mi mente no paraba de pensar una forma de solucionar eso, y una parte de mí seguía esperando que no fuese verdad. Pero lo era.

Y el golpe de realidad que me dio cuando lo acepté me devastó.

Gracias a ti [GRECABO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora