La tarde acabó bien, pero no puedo decir lo mismo de la noche.
De nuevo tuve otra pesadilla:
Estoy en una sala a oscuras... Pero me puedo ver las manos y las piernas como si estuviese iluminada.
De repente, no sé ni como, se enciende la luz como si alguien le hubiese dado a un interruptor, y aparezco en un escenario, detrás de unas grandes cortinas de terciopelo rojo.
De un momento a otro, el telón se abre por la mitad y me encuentro un gran auditorio repleto de sillas vacías.
Está bastante oscuro, y hay como una neblina extraña que le da un aspecto tétrico al teatro.
En ese momento empizan a aparecer personas de debajo de los asientos.
Están mis padres...
Mis compañeros del colegio...
Los agentes del CNP...
Mis amigos...
Los vecinos del bloque...
Y, en el medio de todo, Horacio.
Pero tiene un aspecto distinto a los demás, más..., alegre, aunque parece que está llorando.
Entonces me doy cuenta de que todos los demás son como zombies, y que están intentando llegar hasta mi hermano.
Pero cuando intento bajar del escenario para ayudarlo, todo el auditorio se inunda y el agua me cubre hasta el cuello.
Miro a mi alrededor, pero no hay nada ni nadie, estoy solo en medio de lo que parece un mar.
Me sumerjo para ver por debajo del agua, pero al abrir los ojos estos me escuecen muchísimo.
Vuelvo a la superficie, y cuando me toco la cara para intentar quitarme el agua salada, descubro que un líquido caliente que parece sangre está brotando de mis ojos.
Entonces me incorporé de golpe en la cama y abrí los ojos.
Estaba hiperventilando, pero mi primera reacción fue llevarme las manos a la cara para ver si aún tenía sangre saliendo de mis ojos.
-¿Gustabo? -Dijo una voz preocupada a mi lado. Cuando me giré, vi a Greco, con el ceño fruncido y cara de dormido, que se había sentado también en la cama, despertado por mi agitada respiración.
Me tiré encima suyo, lo abracé y empecé a llorar intentando no hacer mucho ruido.
-¿Otra pesadilla? -Preguntó con la voz ronca por acabar de despertarse. Asentí con la cabeza- Bueno, pero ya está Gus, solo ha sido un mal sueño, ya estás aquí, en casa, conmigo -Me abracé más fuerte a él.
-Gracias -Dije en un susurro tembloroso.
-No hay de qué -Susurró y me abrazó más fuerte también.
No lo solté. No quería separarme de él, de la persona que me anclaba al mundo real cuando me perdía en mis pesadillas.
Agradecía tenerlo a él conmigo. A la gente como mi hermano, Volkov y Kylie también les agradecía por estar en mi vida, pero con Greco era otro tema.
No sabía cómo lo hacía, pero siempre sabía dónde estar, qué hacer y qué decir para ayudarme.
Creo que me quedé dormido abrazado a Greco, pero cuando me desperté al día siguiente, él ya no estaba en la habitación.
Cuando bajé al salón, estaba él con mi hermano y Volkov jugando a algún juego de cartas en la mesita pequeña.
Les saludé, cogí algo de comida de la cocina para desayunar y me senté con ellos.
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Gracias a ti [GRECABO]
أدب الهواةLo único bueno en la vida de Gustabo es su hermano, no de sangre, Horacio. Pero su vida no es precisamente sencilla para él. Gustabo tiene un trastorno de doble personalidad, y psicológicamente no está muy bien, pero eso no lo va a demostrar jamás...