Capítulo 41

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Llevaba ya una semana "viviendo" con Greco, y habíamos decidido que íbamos a probar a cómo reaccionaba el perro si yo me iba y él se quedaba con Greco, así que abrí la puerta:

-Si en un minuto ha dejado de llorar, es señal de que contigo está bien, si no, volveré a entrar, lo tranquilizaré, y volvemos a intentarlo, ¿vale? -Greco asintió y cogió a perrete para que yo pudiese salir.

En cuanto salí, el perro empezó a lloriquear, pero yo cerré la puerta y esperé para ver si dejaba de llorar o no.

Pasado unos minutos en los que no paró, volví a entrar y lo acaricié. Después de un rato lo dejé con Greco y yo me alejé de ellos, pero sin salir de la casa.

La siguiente vez decidimos que Greco mantendría al perro entretenido mientras yo me iba sin que se diese cuenta, y que yo me iría para no tener la tentación de entrar si lo oía llorar.

Así que eso hice, dejé a Greco con el perro y yo salí sin hacer mucho ruido hacia el coche.

Le mandé un mensaje a mi hermano diciéndole que ya estaba de camino a casa.

El viaje fue largo, como de costumbre, y cuando llegué a casa Horacio me estaba esperando en la puerta, por alguna razón que no logré adivinar hasta que me habló:

-Hola Gus -Dijo emocionado por algo que no entendí.

-Hola Horacio... ¿Qué haces aquí afuera? -Le dije dudoso, era invierno, y aunque no había nieve, no es que hiciese mucho calor, y a Horacio no le entusiasmaba el frío.

-Te estaba esperando. Hoy es tarde de hermanos.

-¿Es alguna fecha especial? Que yo sepa aún queda una semana para navidad.

-No, pero quería pasar el día contigo. Gus, hace muchísimo que no nos íbamos por ahí los dos juntos... Aunque para tí haya sido poco tiempo, yo he tenido que esperar una año y medio a que despertases del coma, un mes más para que lo hicieses después de que te sedaran, otro mes que te fuiste por él, y ahora una semana que has estado con Greco. Gus, en casi dos años, solo he estado una semana contigo. Necesito tenerte a mi lado, aunque solo sea un día, y contarte todo lo que ha pasado ese tiempo.

Lo abracé. No sabía que decir, él tenía razón, había estado prácticamente dos años sin poder hablar conmigo, y yo era un egoísta al no haberme dado cuenta antes.

Fuimos los dos al coche, y él se puso de conductor y arrancó.

-Por cierto, ¿y Volkov? Desde que he vuelto no lo he visto despegado de tí ni un momento -Le pregunté. Era verdad, no había visto a Volkov apartarse de mi hermano ni para ir a trabajar, él hacía papeleo desde casa.

-Sí... Esque cuando caíste en coma, yo caí en depresión... Y él se preocupó de más por mí, y esa actitud sobreprotectora se le ha quedado gravada... -Miré a mi hermano con culpa. Había estado en depresión por mi culpa, y yo sabía mejor que nadie que eso no era agradable.

-¿Por qué no me lo dijiste? -Se encogió de hombros sin despegar la mirada de la cerretera.

-No encontré el momento... Y tampoco me gusta recordar eso.

-Lo siento... -Susurré. No me oyó- Y bueno.... Cambiando de tema, ¿cómo es que estás con Volkov? -Le puse cara de pícaro y él sonrió.

-Ni idea. Estuvo muy enfadado conmigo después de que le mintiera sobre que me habías echado de casa... Por cierto, siento también eso, no sé en qué estaba pensando. El caso, que cuando te secuestró la mafia, Volkov tuvo que calmarme porque estaba conmigo en el patrulla. Supongo que eso hizo que me perdonara, y a mi me empezó a gustar más.

>Y luego, con el tema del accidente y de que tu entrases en coma, nos acercamos aún más y acabamos saliendo. Me ayudó mucho. Y no me quiere dejar solo por miedo a que "cometa una estupidez" -Dijo imitando su acento ruso y poniendo los ojos en blanco-, pero como tú ya estás aquí, le he dicho que puede irse tranquilo.

-Me alegro mucho de que te valla bien con él -Le dije sincero.

-Por cierto... Necesito que me des tu opinión sobre él -Me dijo. Había parado en el parking de un restaurante de la ciudad y me estaba mirando. Ninguno salimos del cohe.

-¿Para qué? -Pregunté extrañado.

-Tú solo dámela, luego te lo digo.

-Vale, vale. Bueno... A ver, es un tipo frío, sin duda, pero le he visto cuando está contigo, se vuelve más amable. Además es responsable y profesional, y es buena persona aunque parezca que no tiene sentimientos -Horacio siguió mirándome, parecía inquieto y nervioso, y los ojos estaban empezando a humedecérsele un poco, lo cual desapareció cuando parpadeó.

-Entonces... ¿Me das tu bendición para casarme con él? -Preguntó entusiasmado y asustado a la vez.

-Claro, adelante -Dije como si nada, pero entonces mi mente procesó lo que me había dicho y abrí los ojos como platos- ¡¿COMO?! ¡¿TE HA PEDIDO MATRIMONIO?! -Él asintió y soltó una risita. Alzó la mano y pude ver un anillo precioso con un diamante. No chillé de pura emoción porque estábamos en un lugar público, pero ganas no me faltaron.

Felicité a mi hermano como diez veces.

-Me lo propuso hace cuatro días, y había esperado para contártelo en persona y pedirte tu bendición antes de responderle.

-¿Entonces aún no le has dicho nada? -Negó con la cabeza- Pues espero que se lo digas conmigo presente eh.

-Por supuesto Gus -Le dí un abrazo y salí del coche. Él salió también.

Entramos en el restaurante. Este restaurante era muy especial para nosotros, fue el primero en el que pudimos entrar a comer con nuestro dinero. Siempre veníamos en ocasiones especiales, y hacía mucho tiempo decidimos que cuando nos ocurriera algo bueno, lo celebraríamos yendo ahí a comer.

Puede sonar raro, pero para Horacio y para mí, poder pagar una cena por nosotros mismos fue un gran paso para el cambio que dio nuestras vidas.

-Voy a contárselo a Greco -Dije aún con la emoción del momento y saqué mi teléfono para marcar su número, pero después de varios tonos, saltó el contestador automático.

-¿No te lo coge? -Dijo Horacio. Negué con la cabeza.

-Seguramente esté cuidando de Draco, ya me llamará luego, supongo -Dije. Estaba un poco preocupado, pero me intenté convencer a mí mismo de que estaría ocupado con algo.

Mi hermano y yo comimos entre risas y conversaciones animadas, y luego nos fuimos de compras.

Hacía mucho tiempo que no disfrutaba de una buena tarde de compras con mi hermano, y aunque yo era de los que prefería quedarse en casa y ver una película, también me divertía salir por ahí con mi hermano.

Una vez en casa, Volkov ya estaba ahí, por lo que mi hermano se quedó con él en el sofá mientras yo me subía a mi habitación: estaba derrotado.

Me tomé la pastilla y me quedé dormido casi al instante.

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Holi

Que tal?

Tengo que deciros que durante esta semana que viene no voy a subir nada hasta el viernes 31, año nuevo, que será un especial de navidad (idea de xXxPequexXx <3)

Así que bueno, espero que os haya gustado.

Feliz Navidad y nos vemos en el siguiente capítulo,

Chaooooooooo <3

Gracias a ti [GRECABO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora