Capítulo 56

166 26 8
                                    

Esa noche dormí abrazado a mi peluche.

Horacio y Greco ya lo sabían, y sabía que si Volkov me veía así no iba a preguntar. Y tampoco me importaría decírselo. Ya había cogido confianza con él, y era el menos cotilla de los cuatro.

De todos modos, no me vio. Y si lo hizo, no dijo nada al respecto.

Seguía sin acostumbrarme a dormir solo, aunque en realidad la semana de antes de venir aquí ya lo había estado haciendo, pero seguía necesitando la presencia de alquien para poder dormir tranquilo.

-Pogo sabe que esa presencia de la que Gustabo habla se llama Greco -Dijo de repente. Estaba muy pesado con Greco desde que lo dejaba hablarme libremente.

-Pogo, cállate. Greco es mi mejor amigo, y echo de menos dormir con una persona humana, sea él o no.

-Gustabo sabe que eso no es verdad -Finalizó y dejó de hablarme.

Agradecí que se callara de una vez.

Me costó bastante dormir, como de costumbre.

Al día siguiente, me despertó la alarmita de las narices.

Ese sonido del infierno era algo que no había extrañado de trabajar. Cómo la odiaba.

Cuando bajé aún no había nadie, así que cogí mi teléfono y salí a correr con Draco.

Eso era algo a lo que también tenía que volver a acostumbrarme, aunque eso me costaría poco porque me gustaba correr.

Les había dejado una nota en la que decía que estaba corriendo con el perro, así que no hizo falta que me llamaran ni me mandaran mensajes.

Cuando volví a casa, ya estaban todos desayunando en la isla

-Buenos días chicos -Les dije con una sonrisa. Hacer ejercicio me ponía de buen humor.

-Buenos días Gustabo. ¿Vienes a desayunar? -Me preguntó Greco.

-Me voy a ir a duchar, pero ahora bajo.

Subí a mi habitación y me dí una ducha fría. Me quedé un rato debajo del agua con los ojos cerrados, como siempre, pero un poco menos porque me estaban esperando abajo para desayunar.

Me vestí con una sudadera grande y unos pantalones y bajé con el pelo aún mojado.

Después de desayunar nos fuimos todos juntos a comisaría en el coche de Volkov. Nos pusimos el uniforme y pedimos asignación por radio.

Esta vez Conway me puso con Greco y a Horacio con Volkov.

Estuvimos dando vueltas por la ciudad y acudimos a un par de avisos y una persecución. Todo salió sorprendentemente bien para nosotros; conseguimos atrapar a todos los atracadores y a los que perseguíamos y no tuvimos mas que un par de heridas leves.

Esta maya era bastante más competente que la que había antes de que yo entrase en coma, aunque eso no significaba que no les tenía cariño a los otros.

A estos aún no los conocía, y con mis antiguos compañeros había acabado haciendo muy buenas migas.

Pero parecían simpáticos.

Sergio era muy carismático. Sara era buena conductora y Claudia tenía muy buena puntaría, tal y como nos había dicho mi hermano el día del paintball. A Hugo aún no lo había visto trazando planes ni estrategias, pero se le veía bastante espabilado en ese aspecto. Y también era verdad que siempre estaban los tres juntos.

Mara y Kylie también pasaban bastante tiempo juntas, eran como las típicas mejores amigas super pegajosas de las películas, pero no eran de esas amistades que acababas por odiar, sino al contrario.

Gracias a ti [GRECABO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora