Todos nos quedamos quietos durante un instante hasta que se oyó un segundo disparo. Y luego un tercero. Y dio inicio un tiroteo. Ahora estábamos todos los policías con nuestras armas desenfundadas detrás de los patrullas, los de la mafia escondidos tras sus blindados negros y Gustabo escondido tras una gran roca casi arriba del todo del monte que se alzaba a nuestro lado.
Pero entonces, uno que llevaba máscara de diablo, apareció de detrás de la roca en la que estaba Gustabo agarrando a éste del cuello con un brazo y apuntándole directamente a la cabeza con el otro.
-¡Si no paran de disparar, voy a hacerlo yo también! -Dijo haciéndose oír por encima de los disparos. De inmediato nos detuvimos y centramos la atención en aquel sujeto. -Así está mejor. Cablleros, RETIRADA.
Empujó a Gustabo por la ladera y se fue corriendo hacia el lado contrario. Él no duró mucho, pues alguien lo abatió, pero Gustabo aún seguía cayendo, así que impulsado por el miedo, salí disparado hacia él corriendo como un loco.
Supe que los agentes habían abierto un fuego de cobertura a mi alrededor e intentaban abatir a los que aún quedaban en pie, pero a mí esos disparos me sonaban muy lejos, mi mente solo podía pensar en Gustabo.
Cuando llegó al suelo, la caída le hizo quedar acostado de medio lado de espaldas a mí.
Corrí aún más rápido hacia él y cuando llegué a su altura me arrodillé junto a él y le di la vuelta para comprobar si su estado era demasiado malo... Y si había sobrevivido a la caída.
Mi pecho se apretó de alivio cuando ví que seguía respirando, aunque fuera de una manera suave y profunda.
Pasé una mano por sus hombros y la otra por debajo de sus rodillas para poder cargarlo hasta un patrulla.
Los disparos ya habían cesado, y ahora todos los agentes me estaban ayudando a meter a Gustabo en el vahículo y preocupándose por él.
Yo me quedé en los asientos de atrás junto con Gus para controlar que no le pasara nada. Conway iba conduciendo, y Horacio de copiloto. Ambos estaban tensos y preocupados.
El camino al hospital se me hizo eterno. Cuando llegamos, lo saqué del coche con sumo cuidado pero con prisa y lo metí en el hospital.
Como el super se puso a gritar por atención para Gustabo, no tardaron mucho en llevarlo a una sala para hacerle alguna prueba.
No debimos de estar más de media hora en la sala de espera del hospital, pero para mí fueron como días.
Cuando por fin salió un doctor hacia nosotros, los tres nos pusimos de pie.
-Está inconsciente, pero estable -Dijo el doctor, causando que tanto Horacio como Conway y yo dejásemos caer los hombros a la vez que soltábamos un suspiro de alivio-. Si quieren pueden pasar a verle. Su habitación es la 103.
El doctor se fue, probablemente tuviese otros pacientes a los que atender.
Los tres nos dirigimos inmediatamente a la habitación que nos había indicado el doctor.
Cada uno se sentó en una silla -Horacio y conway a la izquierda de la camilla y yo a la derecha- y nos quedamos ahí, sin decir nada, mirando a un dormido Gustabo.
Me debí de quedar dormido, porque lo siguiente que recuerdo es despertarme con un fuerte dolor de cuello. Me estiré mientras bostezaba, pero entonces me di cuenta de que Gustabo me estaba mirando con una sonrisa divertida. Sentí como la sangre subía a mis mejillas y luché por que no lo notara.
-¿Cuánto tiempo llevas mirándome? -Le dije.
-Unos diez minutos,desde que me he despertado. ¿Sabes?, estás más mono cuando duermes. No se te nota todo el estrés que sueles llevar trabajando y durante el resto del día -Se encogió de hombros.
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Gracias a ti [GRECABO]
Fiksi PenggemarLo único bueno en la vida de Gustabo es su hermano, no de sangre, Horacio. Pero su vida no es precisamente sencilla para él. Gustabo tiene un trastorno de doble personalidad, y psicológicamente no está muy bien, pero eso no lo va a demostrar jamás...