Me encontraba muy mal, y no tenía energía casi ni para levantarme de la cama, y cuando lo intenté, me mareé tanto que tuve que volver a tumbarme.
No sabía lo que era, porque resaca no podía ser ya que casi no había bebido la noche anterior, y no creía haber cogido ningún virus ni nada.
Estuve unos segundos más en la cama, y luego me levanté despacio hasta el baño.
Cuando me miré en el espejo vi una versión de mí muy pálida, con unas bolsas moradas enormes y demasiado delgado.
Me entraron arcadas y acabé vomitando. Escuché a alguien llamar a mi puerta y le abrí como pude.
Era Horacio, y en cuanto me vió se tapó la boca con una mano de sorpresa por verme así y frunció el ceño preocupado.
-¿G-gus? ¿Q-qué te ha pasado? -Preguntó con voz temblorosa.
-No lo sé Horacio, me encuentro fatal -Mi voz sonó más debil de lo que pensaba y me entraron unas ganas tremendas de llorar. Me temblaba todo el cuerpo.
-Vamos a ir al médico pero ya. Voy a avisar a Greco y a Volkov, ¿puedes vestirte? -Asentí con la cabeza.
Horacio se fue corriendo y yo intenté ponerme una sudadera y unos pantalones.
Un momento después Greco entró alterado por la puerta de mi habitación, y tuvo casi la misma reacción que Horacio al verme, pero reaccionó rápido y se acercó a mí.
-Vamos Gus, te ayudo -No sonaba para nada tranquilo, aunque lo intentó. Me pasó un brazo por los hombros y me ayudó a bajar las escaleras.
Me pusieron un abrigo sobre los hombros y salimos a la calle, donde Volkov ya nos esperaba con el coche.
Condujo rápido al hospital, me hicieron un montón de pruebas y nos dejaron en la sala de espera.
Tanto Horacio como Volkov y Greco estaban muy nerviosos y preocupados por mí.
Pasado un rato, un doctor vino y nos dijo que era todo por las pastillas. Que me habían dado unas demasiado fuertes y que eso había debilitado demasiado a todo mi cuerpo, y al mezclarlo con el alcohol me habían hecho aún más daño. Me dijeron que no podía seguir tomándolas, que me darían unas más suaves que esas pero más fuertes que las que tomaba antes, que tendría que quedarme una semana en el hospital bajo vigilancia y cuando me diesen el alta podría empezar a tomarlas.
El médico estaba acabando la explicación cuando un Conway furioso entró por la puerta gritando.
-¡¿QUIÉN COÑO ES EL GILIPOLLAS QUE LE HA DADO ESAS PASTILLAS?!
-Superintendente, que sorpresa... -Intentó calmarlo un médico, pero él siguió gritando:
-EXIJO SABER AHORA MISMO QUIÉN LE HA RECETADO ESAS PUTAS PASTILLAS Y QUE LO DESPIDAN DE INMEDIATO. HA PUESTO EN PELIGRO LA VIDA DE UNA PERSONA POR NO PENSAR CON LA CABEZA. O LO DESPEDÍS VOSOTROS O MUEVO HILOS PARA QUE LO DESPIDAN, Y A TÍ TAMBIÉN.
-Señor Conway, no hay motivo para...
-¡¿Que no hay motivo?! Como mañana ese chaval no esté como nuevo -Dijo y me señaló-, les va a caer una puta denuncia más grande que tu cabeza -Siguió con tono amenazante.
-Está bien, yo mismo redactaré un informe para que lo despidan, pero por favor cálmese, ese chico estará bien en una semana como mucho, pero para eso necesitamos tenerlo aquí en el hospital.
-Más le vale que solo tenga que estar aquí una semana y que mañana el que le dio las pastillas esté en la cola del paro -Finalizó y dejó a médico con la palabra en la boca para dirigirse hacia nosotros.
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Gracias a ti [GRECABO]
FanficLo único bueno en la vida de Gustabo es su hermano, no de sangre, Horacio. Pero su vida no es precisamente sencilla para él. Gustabo tiene un trastorno de doble personalidad, y psicológicamente no está muy bien, pero eso no lo va a demostrar jamás...