Capítulo 21

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-¿Ho-Horacio? -Dije. Él me miró sin expresión alguna e intentó seguir su camino hacia afuera de casa, pero se lo impedí con un brazo y lo volví a poner enfrente mía.

-¿Qué quieres, Gustabo? -Dijo con un tono cansado mientras se cruzaba de brazos.

-Solo quiero hablar contigo. No entiendo por qué te has enfadado.

-Has. Intentado. Robarme. A Volkov, Gustabo -Dijo dejando pequeñas pausas entre las palabras, como si quisiera que las entendiera bien, y volvió a dejar sus brazos caer, con actitud cansada.

-¿Qué? No, eso no es cierto. Ya te lo dije, yo no puedo elegir mis sentimientos hacia una persona, Horacio. ¿O a caso tú elegiste enamorarte de él? -El bajó la mirada, pero en seguida la volvió a levantar.

-Eso no es excusa, tu sabías que me gusta, desde hace bastante, y ahora vienes diciéndome que te gusta.

-Horacio, no estás siendo justo y lo sabes. A mi Volkov también me gusta desde hace tiempo, y no te lo dije para no herir tus sentimientos. Me mantuve lejos de él con la esperanza de dejar de sentir eso. Pero no puedo, Horacio, por más que lo intento, no puedo dejar de estar enamorado de Volkov.

Horacio desvió la mirada hacia un lado.

-Lo siento, Gus, ahora mismo necesito tiempo para pensar. Adiós -Dijo y salió de casa, con la maleta en la mano, sin mirar atrás.

Quería llorar. Necesitaba llorar. Así que lo hice. No pude evitarlo. Cundo ya estaba más calmado, aunque aún salían lágrimas, cogí mi máscara y salí del edificio. Greco estaba apollado en el coche mirando hacia el portal de mi casa, y cuando me vió, se separó de su coche y se acercó a mí.

-Menos mal. Ya empezaba a preocuparme. ¿Por qué has tardado tanto? -Pero yo no quería hablar, así que seguí caminando cabizbajo y lo abracé por la cintura. Él tardó un momento en corresponderme, claramente no se lo esperaba- ¿Estás bien?

Yo asentí con la cabeza y me separé de él para irme a sentar en el coche. Él, no convencido del todo, me imitó y empezó a conducir de nuevo hacia comisaría.

Ninguno de los dos dijimos nada en todo el camino, pero no fue algo incómodo. Yo me limitaba a mirar por la ventanilla, y de vez en cuando sentía una mirada rápida y apenada de Greco.

Llegamos a comisaría y ambos nos fuimos a vestir de uniforme. A mí me tocó en union, y la verdad es que lo agradecí, no estaba de ánimo para hablar con nadie.

Estaba patrullando tranquilamente cuando vi un camión cruzado en la carretera. Avisé por radio y activé mi localizador antes de acercarme a ver qué pasaba.

En el momento en el que me acerqué, dos coches se pusieron derás mío impidiéndome retroceder y de los veículos salieron cuatro personas armadas.

No puedo decir que no me lo esperaba.

Bajé del patrulla con las manos en alto, peor sin ninguna expresión en la cara. La verdad es que no tenía miedo. Podían hacer lo que quisiesen conmigo; nadie se daría cuenta siquiera de que faltaba.

Antes de poder decir algo, me dieron un golpe en la nuca dejándome inconsciente.

NARRA GRECO

-Fred, ¿dónde se encuentra? Se ha desactivado su localizador -Dijo Conway por radio mientras yo conducía hacia la última ubicación que nos había mandado Gustabo.

Pasaron un par de segundos, pero no se recibió respuesta.

-¿Fred? -Repitió, pero de nuevo nadie respondió. Conway y yo compartimos una mirada de preocupación- Fred, por favor, contesta.

Gracias a ti [GRECABO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora