Capítulo 46

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Volkov y Horacio entraron con Draco justo cuando la película estaba acabando.

Me incorporé en el sofá. Pogo se quejó un poco cuando no sintió el contacto de Greco en mi cabeza, pero lo ignoré de todos modos.

-Buenas, ¿qué tal? -Dijo Horacio mientras se acercaba a darme un beso en la mejilla.

-Bien, ¿y vosotros? ¿Qué tal os ha ido con Draco? -Pregunté. El perro se me subió al regazo y me empezó a dar besos de perro, como de costumbre, y luego pasó a hacer lo mismo con Greco.

-También bien. No ha discutido con ningún otro perro y se ha portado muy bien -Se acercó a él y le quitó la correa, que aún llevaba enganchada en el collar.

-¿Os apetece ir por ahí a comer? -Propuso Volkov.

-La verdad es que no creo que sea muy buena idea... Pogo puede aparecer en cualquier momento, y aunque de momento lo mantengo calladito, no lo tengo controlado -Dije.

-Entonces voy a cocinar algo -Anunció él con ese acento ruso tan notorio y se metió en la cocina.

-¡Gracias Vik! -Le gritó Horacio desde el sofá.

La verdad es que yo también agradecía mucho que Volkov cocinara, y se le daba genial.

-Oye Pogo, ¿me prometes que te vas a portar bien y que no vas a hablar mucho? -Le pregunté mentalmente.

-Pogo lo promete -Contestó.

-Esta noche no me voy a tomar ninguna pastilla, pero como mañana hables aunque sea la mitad de lo que has hablado hoy, vuelvo con las pastillas. ¿Hay trato?

-A Pogo le gusta el trato -Parecía contento, y con eso me bastó.

En cierto modo, las emociones de Pogo me afectaban un poco, así que si conseguía que se callase pero estuviese feliz, pues mejor.

-Voy a ver si Viktor necesita ayuda -Dijo mi hermano.

-Vale Osito.

En cuanto Hiracio se fue a la cocina, Greco dejó al perro en el suelo y habló:

-Gustabo, antes has dicho que mantienes a Pogo calladito. ¿Has conseguido que se calle? -Dijo lento, como si, si hablase rápido, no lo entendiese.

-Bueno... Más o menos. Le he amenazado -Greco abrió los ojos como platos.

-¿Qué? -Dijo seco.

-A ver... Le he dicho que si se mantenía callado no me tomaría las pastillas. De momento lo ha cumplido -Dije satisfecho.

-Pero, ¿cuándo se lo has dicho? -Preguntó sin salir de su asombro.

-Antes, mientras veíamos la película.

-Pero si no te he oído...

-Esque... Bueno, digamos que me comunico con el por medio de los pensamientos -Ahora sí que abrió los ojos. Pensé que se le saldrían de las cuencas y todo.

-¿Co-cómo? ¿Osea que puedes hablarle por telepatía? -Dijo con incredulidad.

-Si... Supongo que tiene sentido, ¿no? Está dentro de mi cabeza.

-Si, bueno, también es verdad. Y ¿por qué no nos lo has dicho antes? -Dijo, pero no sonó a reproche.

-No lo sé -Me encogí de hombros- Esque aún no sé hasta qué punto me afecta Pogo a nivel emocional, y pensaba averiguarlo antes de decir nada.

-Ah vale. Entonces mejor que lo expliques esta tarde con Horacio y Volkov delante -Sonrió y volvió a coger a Draco, que estaba sobre dos patas pidiendo subir al sofá.

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