Capítulo 28

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NARRA GUSTABO

Otra vez la puta alarma.

La verdad que es el sonido más molesto que existe. Sobre todo cuando tienes resaca.

Me incorporé en la cama, con una mano sujetando mi cabeza que palpitaba de dolor debido al exceso de alcohol que consumí ayer.

Pero la verdad es que lo necesitaba.

Necesitaba aliviar de mi mente toda la tensión y el estrés acumulados en esta última semana.

Tras un rato, me levanté y me fui a dar una ducha fría para espabilarme.

Cuando bajé a la cocina, Horacio estaba preparando el desayuno. Me acerqué a él y le dí un beso en la frente.

-Buenos días Osito.

-Buenos días Gus, ¿qué tal la resaca?

-Una puta mierda, como siempre. Ya sé porque nunca bebo.

-Toma anda -Dijo y me dio una pastilla y un vaso de agua- Es para el dolor de cabeza, te irá bien.

-Gracias Osito -Le dije cogiendo la pastilla y el vaso.

Me la tomé y me senté en la mesa mirando mi móvil.

Me metí a Instagram, y lo primero que me salió fue una foto de Greco sin camiseta.

Inmediatamente sentí la sangre subir a mis mejillas y deslicé la pantalla de mi móvil para no seguir viendo esa imagen

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Inmediatamente sentí la sangre subir a mis mejillas y deslicé la pantalla de mi móvil para no seguir viendo esa imagen.

Horacio no tardó mucho en traer el desayuno y sentarse conmigo, también mirando su móvil.

-Oye Gus, ¿has visto la foto que acaba de subir Greco? -Me dijo con una sonrisa traviesa en su cara.

-N-no, ¿por qué? -Pregunté nervioso.

-Mira -Dijo y volteó su móvil para que yo vea la pantalla. Luché por no sonrojarme, y creo que lo conseguí, porque Horacio no dijo nada sobre eso sino que continuó hablando sobre la foto- No está nada mal ¿eh?

Esta vez sí que me sonrojé, pero traté de disimularlo y asentí.

-La verdad es que no ¿eh? Se nota el gym, madre.

-Sisi. Ojalá tener esa tableta.

-Ya te digo.

[...]

-Gustabo, negocias tú -Me dijo el súper, así que me encaminé a la puerta del badulaque.

-A ver señores, ¿quién va a negociar? -Les pregunté a los atracadores.

-Yo -Dijo uno que también se acercó a la puerta.

-Muy bien, empecemos entonces.

[...]

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