Epílogo

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Ocho años después

Cierro el libro con tapa de cuero que tenía en las manos y miro hacia mi derecha. Hacia él.

Suspiro.

-Es curioso todo lo que nos pasó en esos tres años, ¿verdad? -Me tumbo sobre la hierba, pasando un brazo por detrás de mi cabeza para apoyarme.

>Aún no me creo que sintieses cosas por mí desde antes de confesármelo. Si lo hubiese sabido, me hubiese declarado mucho antes -Suelto una risa.

>Siento no haberte venido a ver antes, pero no estaba preparado. Aunque no ha habido un solo día que no haya pensado en tí, te lo prometo.

>¿Recuerdas tu carta de despedida? Me la he acabado aprendiendo de memoria de tanto leerla. Y puedes estar tranquilo, he cumplido todo lo que me pediste.

>Horacio y Volkov están bien, su relación sigue igual de fuerte que al principio. Creo que lo que ellos tienen no se va a romper nunca.

>También estás aquí, así que tu  segundo deseo también lo he hecho. Y... Hoy me caso. Se llama Sofía. La conocí hace cinco años, tres después de que tú te fueses, y creo que puedo llegar a ser feliz con ella, aunque no seas tú. Tú eres el amor de mi vida, Gustabo. Siempre fuiste tú. Eso lo tengo claro.

>En cierta parte entiendo la decisión que tomaste. A veces la vida no es fácil, aunque no tendrías que haber hecho eso. Había más opciones, Gus, muchas más.

>Pero supongo que lo hecho hecho está, y ya no se puede cambiar nada.

Giro mi cabeza y me quedo mirando al cielo, por lo que tengo que entrecerrar un poco los ojos para protegerlos del sol.

-No sé en qué momento decidí juntar tu diario con el mío para hacer esa cosa -Continúo hablando y señalo el libro que hay unos centímetrós más allá- Pero creo que no ha quedado mal del todo. Sé que te gustaba mucho leer, por eso se me ocurrió hacer un libro sobre el período de mi vida en el que más feliz estuve, porque era a tu lado.

>Sofía sabe lo que tenía contigo y lo que sigo sintiendo por tí, y aunque al principio no le gustó nada, lo ha acabado aceptando. Creo que hasta te tiene algo de cariño. Solo quiero que sepas que mis sentimientos hacia tí no han cambiado en todo este tiempo, y te sigo echando tanto de menos como el primer día -Dejo de hablar un momento porque mis ojos se han empezado a empañar.

Pensaba que lo había superado, pero ir a verlo al cementerio solo ha hecho que la herida se abra de nuevo. Pero no me pienso ir, porque me había costado ocho años ir hasta allí, y no los iba a tirar por la borda. Cambié de tema para no llorar.

-Tu hermano y Volkov han adoptado dos niños preciosos, Danielle y Mathew. Al parecer ya estaban tramitando todo una semana antes de que pasara eso y yo volviese, pero no nos lo habían dicho porque querían que fuese sorpresa.

>Los quiero a los dos con locura, pero Dani es la niña de mis ojos. No se lo digas a ninguno de ellos, pero es verdad. Se parece demasiado a tí, es igual de enérgica, risueña y lista que tú. Es increíble lo que me recuerda a tí, aunque no tenga sangre directa contigo. También le gusta leer, y ha sacado tu gusto por la naturaleza. Es clavadita a tí, solo que unos cuantos años más jóven, es chica y no tiene el pelo tan rubio, sino de un castaño claro, aunque sí que tiene los ojos del mismo azul que los tuyos.

>Si la hubieses conocido a ella y a su hermano serías su tío favorito, estoy seguro de ello -Suelto una risilla algo triste y vuelvo a mirar la lápida que tiene su nombre escrito.

Levanto una mano y la acaricio con la llema de los dedos. Está fría, pero de alguna forma siento como si su espíritu estuviese ahí.

-Seguimos teniendo la casa de la playa, pero solo vamos ahí de vacaciones. Ahora ellos cuatro y nosotros dos vivimos en dos pisos contiguos en el centro, y los críos pasan de una casa a la otra como si fuese la misma. Son felices allí.

Gracias a ti [GRECABO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora