Capítulo 67

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Terminamos de cenar y nos quedamos un rato mirando la ciudad.

Fue la mejor cena de mi vida, y con la persona a la que más quería.

Ese momento, por más que solo durase un par de horas, fue mi segundo favorito en Marbella, únicamente detrás del día en el que Gustabo aceptó salir conmigo.

Conduje de vuelta a casa y vimos una película -El rey León, cómo no- acurrucados en el sofá.

Puede parecer algo estúpido, pero esa película había empezado a significar algo para mí.

Es decir, desde antes ya era especial porque era la favorita de mi hermana, pero ahora me recordaba a Gustabo, el amor de mi vida, y me gustaba más por eso.

Cuando la película acabó, Gustabo se había dormido abrazado a mí, por lo que lo cargué y lo llevé hasta la cama.

Cuando me tumbé a su lado, él se pegó más a mí inconscientemente y me abrazó. Solía hacer eso cuando estaba dormido, y me encantaba.

Lo abracé de vuelta y me dormí casi al instante, estaba agotado.

Al día siguiente, me desperté con una llamada entrante en mi móvil.

Me apresuré a contestar al ver que era Volkov, pensando que había pasado algo porque aún era de madrugada.

Pero no fue nada malo, sino todo lo contrario: Horacio había empezado a responder a estímulos y parecía que iba a despertar.

Volkov estaba muy nervioso porque, según los médicos, podía despertar en cualquier momento. No desperté a Gustabo, no quería crearle falsas esperanzas, ya bastante tenía con estar preocupado por él.

Estuve una hora intentando tranquilizar a Volkov, cuando de repente se quedó callado de golpe durante un momento antes de susurrar "cariño" y que se oyese un golpe, por lo que supuse que Horacio se había despertado y él había dejado caer su móvil.

Un momento más tarde en el que solo escuchaba sollozos lejanos a través del móvil -aún no había colgado porque quería saber qué había pasado-, escuché unos pasos y volví a oír la voz de Volkov. Estaba llorando.

-Greco, Horacio se ha despertado -Escuché la voz de Horacio, débil, decir un "pásamelo", y su pareja no se lo pensó.

-¿Greco? -Sentí ganas de llorar al volver a escuchar la voz de ese chico con cresta. Lo había echado de menos- ¿Está Gustabo contigo?

-Sí, está aquí a mi lado. Está dormido, lo voy a despertar, seguro que se alegra -Dije demasiado alegre, aguantando las lágrimas.

Zarandeé con cuidado a Gustabo, y no tardó en avrir los ojos.

-Es para tí -Le pasé el teléfono sin decirle que era su hermano.

Un segundo más tarde, su cara de dormido desapareció y se quedó en shock, con los ojos como platos y la boca entreabierta. Se le llenaron los ojos de lágrimas y le empezó a temblar la barbilla.

Salió de su trance con un sollozo que desató su llanto.

-Osito... -Susurró llorando.

Le abracé, pero él siguió llorando y murmurando cosas como "te echo de menos", "siento no haber estado ahí para ayudarte" o "menos mal que estás bien". No escuchaba lo que le decía su hermano, pero supuse que también estaría llorando y diciendo cosas similares.

Un momento después, se separó de mí y me dio mi teléfono, diciéndome que Horacio quería hablar conmigo.

-Dime Horacio.

-Por favor Greco, cuida de mi hermano, ¿vale? -Seguía llorando, pero se notaba la seriedad en su voz.

-Te lo prometo. Estará bien conmigo.

Gracias a ti [GRECABO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora