Especial por el capítulo 100.
—¡Verónica, Verónica!
—Vete a la mierda, Naruto, déjame dormir —me resistí, e intenté darme la vuelta y volver a acomodarme en mi cama. Lo siguiente que sentí fue como mi cabeza chocó contra el pavimento en seco, cuando pensé que era mi almohada.
—Creo que... deberías ver esto —esta vez fue la voz de Kakashi la que escuché, lejana y con cierto deje de asombro.
Tuve que levantar la cabeza a la fuerza, pues la sentía extremadamente pesada. Todo mi cuerpo parecía haber multiplicado por diez su peso, o tal vez me habían puesto las pesas de Rock Lee mientras dormía. Sin embargo, al revisarme, no había nada fuera de lo común, solo un chichón en mi cabeza del golpe que me había dado antes contra la acera.
Espera... ¿Acera? ¿Desde cuándo Konoha...?
Alzo la vista, para ver hacía dónde se encontraba Kakashi, encontrando que él estaba viendo hacia arriba donde la gran cantidad de edificios y casas se acumulaban a la vista. Los estridentes sonidos del tráfico, música de radios y bocinas de las tiendas cercanas y los teléfonos celulares llegaron todas de golpe a mis oídos. Algunos transeúntes nos miraban extraños al estar parados como mensos a mitad de la pasada, pero al segundo siguiente movían la vista y seguían con sus propios asuntos.
—¿Qué demo...?
—¡Oh, por-! ¿¡Dónde estamos 'ttebayo?!
—Este es... Un lugar que no reconozco. ¿Tal vez me encuentro en un genjutsu? —Sasuke murmuró para sí mismo, para seguido intentar liberarse.
—¡Hey, nosotros somos reales!
—Desgraciadamente —gruñó, al darse cuenta que seguía junto con nosotros en un lugar desconocido (al menos para él).
—¿Esto es lo que creo que es? —Kakashi seguía inspeccionando al rededor con suma atención. Su entrecejo fruncido estaba intimidando a varios transeúntes cuando este revisaba con atención los aparatos en sus manos y otras pertenencias.
—Chicos... Primero, primero hay que salir de aquí —estaba cubriendo mi rostro, avergonzada por la atención que estábamos atrayendo. Naruto encima había empezado a gritar a los cuatro vientos cada cosa que veía y no entendía qué era (lo cual era casi todo, desde el pavimento a los edificios), y yo quería evitar que alguien sacara su celular para grabar nuestro ridículo.
(...)
—¿Cómo mierda llegamos aquí? —les pregunté acusatoriamente a los tres imbéciles frente a mí, cuando encontramos un lugar más privado.
Estábamos en un pequeño restaurante de antojitos mexicanos, las paredes de un rosa chillón nos hacían desentonar menos, pero aun así tomamos un lugar más apartado de la entrada.
—Eh, no sé 'ttebayo, solo desperté y ya estábamos todos en este lugar —él estaba mucho más perdido que yo. Estaba mirando varios cuadros de cantantes y la bandera en las paredes con suma atención. Todo era demasiado colorido.
—Me sucedió igual —comentó Sasuke, que miraba más discretamente a sus lados, sosteniendo sus brazos cruzados.
Dirigí mi mirada casi sin esperanzas hacía Kakashi, quién asintió para afirmar lo que todos creíamos: No teníamos ni puta idea de nada.
—A ver, primeramente hay que cambiarlos a ustedes tres, porque parecen recién salidos de una convención —les apunté.
—¿Qué es una convención?
—Eso no importa ahora, Naruto. Tenemos que ver cómo conseguimos algo de ropa. Conmigo no hay problema, pero... —de hecho, antes de entrar aquí, me había transformado y ya usaba una sudadera y un pantalón de mezclilla. Sin embargo, no podía decir lo mismo que ellos. Podría hacer clones y transformarlos en ropa, era una opción, pero sería algo extraño saber que ellos están vistiéndome (de forma literal) (tal vez con Kakashi no me quejaría)—. Primero, guarden sus bandas.
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¡¿Cómo llegué aquí?!
Fanfiction¿Qué cómo llegué a este lugar? Oh, yo te puedo contar todo lo que quieras. ¿En serio lo quieres saber? ¿Sí? Es una historia un poco larga, ¿eh? ¡Oh, bien! ¡Si tanto así quieres, por mí no hay problema! Todo empezó una noche que... Espera, me...