La oficina de la actual Hokage estaba algo oscura, solo iluminada con la luz natural que se filtraba por el gran ventanal con vista a todo el pueblo. Olía levemente a madera húmeda y estaba tan silencioso que desencajaba de la imagen desordenada de Tsunade, recargada en su escritorio con grandes ojeras y el cabello despeinado.-Su reporte, equipo 7 -pidió ella, sin siquiera voltear a vernos, por lo que no se dio cuenta de mi presencia.
-La misión ha sido cumplida con éxito, con algunas dificultades por la intervención de Akatsuki -aclaró rapidamente nuestro maestro, haciendo que ella por fin alzara la vista-. Presentaré los detalles por escrito.
-Estás bastante estricto hoy, Kakashi -destacó ella, sin darle mucha importancia-. ¿Será por nuestra invitada especial?
Yo me removí algo incómoda detrás de los chicos, por alguna razón, mi primera reacción había sido esconderme detrás de ellos casi de inmediato. Pero una vez me mencionó, ya no había caso en ocultarme, así que me paré firme frente a ella y avancé hacia su escritorio.
No era momento para titubear.
-Volveré a Konoha -declaré con voz firme. No lo pedí, era una afirmación.
-Bueno.
¿Ah?
No esperé una respuesta tan corta y concisa, incluso menos que esta fuese sencillamente positiva.
--¿Qué? Pero-
-No estoy en posición de negarme -aclaró con madurez, antes de que yo argumentara algo-. He tomado una decisión apresurada en mi condición como Hokage y no espero que me perdones, pero me alegra que hayas vuelto.
-Ah... claro, sí -me desconcertó un poco su actitud tan sincera, siendo que de alguna forma yo venía con un montón de insultos y amenazas bajo la manga, preparada para todo.
-Entonces te transferiremos de inmediato -seguido le habló a Shizune, que estaba algo nerviosa por su repentina actitud tan pasiva, impropio de ella. Ya aclarado todo el papeleo, se dirigió a nosotros de nuevo-. Entonces te lo encargo, Kakashi.
-Por supuesto.
(...)
¿Cómo les explico que huí de una aldea durante tres años completamente en vano?
Al final sentía que las cosas se solucionaban por sí solas y todo estaba yendo tan bien que era casi insano. Pero no me quedaba más que aceptarlo, pues la clara tranquilidad que ahora me rodeaba no era algo que se podía tener todos los días.
Me eché a mí cama después de cambiar las sábanas, ya que las últimas estaban llenas de polvo, y relajé mi cuerpo. Aún tenía que ir por mis cosas, que en este momento estaban a cargo del equipo de inteligencia de Konoha, ir al hospital para una revisión de la condición de mi brazo (las complicaciones médicas son indeseables en este lugar), tenía que ir con Jiraiya, a comentarle de mi situación y pedir consejo, irme a dar de alta en el sistema shinobi como genin (esto era opcional y podía tomar la decisión bajo mi criterio), y por sobre todo, tenía que ir con Naruto a comer ese bendito ramen por el que me había perseguido todo el día.
Incluso ahora, podría asegurar que era él quien estaba tocando la puerta con tanta insistencia.
Me resigne de inmediato, con tantas cosas por hacer siempre era mejor perder el tiempo. Y de todas formas, ayudaba para ponerme al día.
Sería feliz y haría lo que me diera mi jodida gana de una vez.
Eso sonaba, de hecho, al estilo de vida que tenía el rubio que en este momento daba brinquitos insistentes en el marco de mi puerta.
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¡¿Cómo llegué aquí?!
Fanfiction¿Qué cómo llegué a este lugar? Oh, yo te puedo contar todo lo que quieras. ¿En serio lo quieres saber? ¿Sí? Es una historia un poco larga, ¿eh? ¡Oh, bien! ¡Si tanto así quieres, por mí no hay problema! Todo empezó una noche que... Espera, me...