VII

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Con todas las personas repentinamente dentro de la oficina de Gaara, nos rodeó un ambiente de incomodidad. Los dos equipos que mandaron de Konoha estaban repentinamente silenciosos.

-¡¿Verónica?! -fue Naruto quién rompió el silencio-. ¿Qué haces aquí, 'ttebayo? ¡La abuela Tsunade pensó que te habías escapado!

-Naruto, eso es... -Kakashi lo quiso detener antes de que siguiera divagando.

-¡Es perfecto! Así ella puede regresar al equipo 7, en lugar de... -puso mala cara.

-¡Verónica, te he encontrado! -otro chico igual de hiperactivo que Naruto (tal vez más), le interrumpió antes de que cambiara de tema-. ¡Tenemos un combate pendiente! ¿Lo has olvidado?

-¡Así se dice, Lee! ¡Esas son las llamas de la juventud! -Gai apoyó sus palabras, pensando que, tal vez, él también podría mantener un combate con su eterno rival después. Los otros dos miembros de su equipo se quedaron con los rostros en blanco.

-Seguro que eres cobarde para escaparte de esa forma -refunfuñó Sasuke a un lado de Naruto, que estaba siendo regañado por Kakashi.

-Chicos, chicos, no hagan tanto alboroto. Estamos en una misión, recuerden -intentó calmar Kakashi, pero solo ocasionó que todos empezaran a hablar al mismo tiempo, haciendo sus voces entendibles para mí.

Hasta que Temari, a un lado de Gaara, se aclaró la garganta para llamar su atención.

-¿Podrían hacer el favor de separarse de ella? -el Kazekage preguntó sin perder su tono amable-. Está castigada.

-¿Casti... gada? -se escuchó al unísono. La cara de incredulidad de todos fue visible.

¡¿Era necesario decir eso?!

Tenten fue la primera que rió, creyendo que se trataba de una broma
Pero guardó silencio unos segundos después al notar que lo decía en serio.

Kakashi rompió el ambiente incómodo al acercarse a Gaara para, ahora sí, continuar su misión. A los demás no les quedó de otra que obedecer las palabras del pelirrojo, mirándome de reojo.

Por favor, tierra, cómeme.
¡No soy una niña pequeña para que me trate de esa manera! De hecho, mentalmente era mayor que él.

Pero él me estaba dando asilo y comida, así que... Bueno, quedarme callada en la esquina no me afectaba mucho. Después tendría oportunidad de entablar alguna conversación con ellos para combatir mi eterno aburrimiento.

Gaara y Kakashi aclararon los detalles de la misión y explicaron lo delicada que era la situación a los demás, Para después proceder con el protocolo para los visitantes, donde les asignaran donde dormir.

Por como escuché, Naruto dormiría en la habitación contigua a la mía. No podría librarme del acelerado rubio tan fácil.

(...)

Un par de días pasaron, los suficientes para que la expectación subiera y se pudiera concretar un plan de defensa menos apresurado que poner a todos los ninjas en la entrada de Suna.

Los chicos de Konoha cumplían con rondas para ser guardias de Gaara, de ocho horas cada equipo. Al pelirrojo no le agradaba de todo la idea, pues él sabía que era completamente capaz de protegerse a sí mismo y a su pueblo, pero Temari tuvo la decisión final.

El equipo siete estaba entrenando en este momento, mientras que el maestro Gai y Rock Lee agobiaban a Gaara. Yo los estaba observando desde una distancia segura para entretenerme en algo.

Estaban practicando su puntería (no había que destacar que Naruto realmente no se destacaba por su precisión), así que no faltaban los gritos por las peleas entre Sasuke y el rubio escandaloso.

¡¿Cómo llegué aquí?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora