Mi dolor de cabeza era horrible y mi estómago estaba revuelto. Abrí mis ojos, aún adormilada, mi vista se encontraba un poco borrosa, pero inmediatamente entré en pánico al no reconocer dónde me encontraba.Ayer había tenido una juntada con unos amigos, ellos me habían convencido con el pretexto de que acababa de cumplir mis dieciocho años. Así pues, tomando en cuenta de que soy la más pequeña del grupo y ya todos éramos mayores de edad, decidieron que era buena idea traer botellas de alcohol. Era mi primera vez tomando alcohol, así que me alteré en sobremanera al no saber dónde me hallaba, además de que sólamente era una juntada, no había necesidad de salir de casa.
Voltee hacía mis lados, con la esperanza de poder reconocer algo. La habitación era pequeña, muy humilde. El piso era de algún tipo madera, éste se sentía bien al tacto de mis pies, también, había un ropero a un lado de la puerta, decidí no aventurarme a tocar nada. El techo, extrañamente estaba bastante alto, ni siquiera parada sobre una silla lo alcanzaría, y cabe decir, que mi 1.70 no es para chiste. Al asomarme por la puerta, me dí cuenta de que las paredes son bastante delgadas, si hay vecinos, probablemente puedan escuchar fácilmente a través de la pared. Todas las paredes de la casa estaban pintadas de un rústico color beige, además de que todos los muebles de ésta (al igual que el techo), eran demasiado altos. Me sentía una miniatura.
Después de encontrar mis zapatos, mi teléfono y mi pequeña cartera, decidí salir de ahí, después ya vería a quien llamaba para que pasara por mí. O ese era el plan, hasta que al salir de la casa, me encontré con que no tenía idea de dónde demonios estaba, ni siquiera parece que siga en la ciudad. Aún peor fue mi sorpresa, que al alzar la cabeza, mi vista se topó con lo que parecen unos rostros tallados detalladamente en las montañas del lugar. Todo ésto tuviera más sentido, si estos no se parecieran a los rostros de los Hokages, del anime 'Naruto'.
Regresé inmediatamente al interior de la casa. Ahora respiraba agitada, recargando todo mi peso en la puerta, como si un mounstro se hallara del otro lado. Pero no era para menos, estaba en completo shock.
—Sólo respira, cálmate —Me dije a mi misma—. Esto debe de ser un sueño, sí, debe ser un sueño. Tan fácil como un pellizco para remediarlo, ¿cierto?
Después de mi intento de reconfortarme, me pellizqué el brazo. Nunca esperé que este doliera, pero sí dolió (bastante, cabe decir), con eso, y mi gran experiencia en caricaturas, puedo concluir (para el pesar de mi cordura), de que esto no es un sueño.
Volví a respirar hondo, lo peor que puedo hacer en ésta situación es alterarme. Puede que simplemente haya visto mal y esté armando demasiado drama por una tontería. Sí, puede ser eso. Me di la vuelta lentamente, dispuesta a abrir la puerta y encontrarme con mi ciudad, después toda ésta escena se quedaría en el olvido. Pero, como al parecer no gozo de ningún tipo de suerte, me volví a encontrar con la misma imagen de antes.
<<No pasa nada, solo respira>> Pensé para tranquilizarme, creo que no está funcionando del todo.
Ésto no está pasando... ¿verdad?
🍜
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Bye, bye~
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¡¿Cómo llegué aquí?!
Fanfiction¿Qué cómo llegué a este lugar? Oh, yo te puedo contar todo lo que quieras. ¿En serio lo quieres saber? ¿Sí? Es una historia un poco larga, ¿eh? ¡Oh, bien! ¡Si tanto así quieres, por mí no hay problema! Todo empezó una noche que... Espera, me...