XXVII

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¿Se imaginan que en este momento Verónica se despierte afuera de la aldea, en el enfrentamiento que tuvo contra Itachi, porque todo desde allá fue un genjutsu de él?

Tremendo.

(...)

—¿Ustedes también vienen de una misión, 'ttebayo? —escuché su voz mientras estábamos haciendo el procedimiento para entrar en la aldea, provocando que yo de inmediato alzara la mirada para buscarle.

—¡Naruto! —no dudé en exclamar, al identificar su indistinguible cabellera rubia.

—¡Verónica! —me siguió el juego para después venir a saludarme. Escuché a Yamato suspirar cansado, pasandonos para dirigirse a los guardias de la entrada. Oh, pobre hombre.

—¿De dónde vienen? —le pregunté, más por pasar el rato mientras Kakashi hacia el trabajo aburrido. Naruto extendió una gran sonrisa.

—¡Fue una misión secreta, 'ttebayo! —exclamó, recibiendo al instante un gran golpe en la cabeza.

—¡No debes de decir que se trata de una misión secreta, por eso es una misión secreta, dobe! —exclamó Sasuke, aún con su puño apretado. Pero justo después recuperó la compostura y se acomodó el uniforme, satisfecho al ver que Naruto terminó con la clara hundida en el sueño.

—¿Estas bien? —le pregunté de cuclillas, para asegurarme de que seguía respirando. Él alzó un pulgar.

Por su lado, Sasuke me dedicó una larga mirada, con el entrecejo fruncido.

—¿Cómo has recuperado tu brazo? —preguntó por fin, con una expresión seria.

—Ah, ¿esto? —se lo enseñé, como si se tratase de lo más normal de la vida—. Tsunade ha logrado reimplantarmelo, cómo es de esperarse de la mejor ninja médico.

—¿Sin cicatriz?

De inmediato modifiqué la parte alta de mi brazo, con una disimulada transformación, para aparecer una larga cicatriz bastante realista. No cambié de expresión en ningún momento.

—¿Pero qué dices? Aún no has visto esta hermosura —me alcé la manga corta del traje que llevaba en esos momentos, mostrándole la cicatriz que seguía rojiza, como si se tratara de algo reciente.

Él hizo una mueca de asco de inmediato.

—¡Woah, de verdad es enorme! ¿Puedo tocarla, 'ttebayo? ¿Puedo? —en cambio, Naruto recuperó por completo su energía, entusiasmado.

—Que... Bella cicatriz —Sai, que venía detrás de ellos dos, se acercó con una sonrisa. Naruto perdió de inmediato toda su energía, obviamente disgustado.

—Ow, gracias, que amable eres —di una palmada en el aire, en una sobreexagerada actuación mientras intentaba aguantar la risa. Ya sabía que él estaba pensando exactamente lo contrario.

—¿En serio?

—Está actuando, imbécil —Sasuke pasó de largo, fastidiado.

—Ah, ¿es así? —se llevó una de sus manos a la barbilla, para intentar analizar, supongo yo, mi reacción anterior.

—Nah, no te preocupes por eso. Sasuke solo es un gruñón —comenté, restándole importancia y cubriendo nuevamente la cicatriz. Él de inmediato dejó de pensar en ello.

¿Una vez que lo entiendes, no es demasiado fácil de leer?

Parecía que los guardias en estos momentos estaban sobrecargados de trabajo. Después, incluso, llegaron Chouji e Ino para solicitar algunos informes de parte del Hokage, pero les dejaron en espera como a nosotros.

¡¿Cómo llegué aquí?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora