Había vivido la mayor parte de su vida en desconfianza. Conocía más que nadie lo cruel que era el mundo ninja, tanto, que podía identificar a simple vista cuando alguien no tenía buenas intenciones.Con esa niña le costó más.
La asignaron como su equipo. Se presentó con el nombre de Verónica y con el apellido del Hokage; suficiente para que él la clasificara como una niña de papi que tiene todo fácil. Seguramente no pasaría su prueba y, luego, lo amenazaría con ello.
Peor pensó de ella cuando vio reflejado en sus ojos cierto interés por el Uchiha. Poco le importó que no sea el interés que comúnmente se tiene de una chica al grandioso Sasuke Uchiha, porque al fin y al cabo, el resultado iba a ser el mismo.
Nunca había estado más equivocado.
Esa mocosa parecía predecir su forma de pensar perfectamente. Descubrió el propósito de la prueba sin dificultad; o más bien, ya lo sabía.
¿El Hokage se lo había dicho?
De todas formas, ese equipo no era merecedor de ser Genin si habían pasado la prueba con trampas. Por lo que él tendría que encontrar una forma de probarlo, y reprobar definitivamente en ese equipo.
No encontró nada.
Ni de ella, ni de quien quien quiera que le haya pasado la información.
No tenía ningún parentesco con el Hokage, mucho menos con la aldea. Pero conocía tanto de todos, que cierto terror vibró en su interior.
Tenía que ir con ciudado.
Y se extrañó porque desde el principio no observó una naturaleza mala en ella. Más bien, parecía otra niña más, que inocentemente soñaba con ser ninja sin conocer los riesgos que esto conllevaba.
Más adelante, la situación fue más enrevesada. No entendía nada. Nada.
Pregunta tras pregunta, que, sin duda, no podían ser respondidas. Verónica conocía todo de él; y se estremecía de temor por su facilidad de ganarse a las personas. De esa forma debió convencer al Hokage.
Por un tiempo se convenció que ella debía de ser buena. Su comportamiento no dejaba a relucir lo contrario, hasta, de hecho, podría confiar cualquier secreto a ella y no tendría problemas.
Eso era lo que más le preocupaba. ¿Y si en realidad no era nada de lo que decía ser? Sentía que, de alguna forma, la existencia completa de esa niña era una mentira.
Y así lo era.
Pero en contra de su voluntad. Se enteró después de la muerte del Sandaime, por todo lo que la pequeña tuvo que pasar... Y el solo había hecho más difícil todo ese proceso.
Aún así, se relajó al saber la verdadera historia. Y la pudo juzgar esta vez como un verdadero maestro.
Supo entonces, que Verónica llegaría verdaderamente alto en el mundo ninja.
Por eso la recomendó a la Quinta. Le contó de sus aptitudes, le describió su gran capacidad, le adoró con sus logros.
Pero, por supuesto, nuevamente, nada salía bien.
De alguna forma, Verónica había sido expulsada de la aldea. Y era en gran parte su culpa, lo sabía.
Por ello, ahora intentaría arreglarlo.
—¿Qué quieres aquí, Kakashi? —preguntó en tono autoritario Tsunade. Su voz había adquirido un matiz amargo desde que tomó el puesto de Hokage; todo el trabajo y estrés que conllevaba no era en vano, después de todo. Ahora parecía más ocupada intentando terminar su trabajo sin un escritorio, dado que el suyo reposaba roto, en el suelo; no le tomó mayor importancia.
—Venía a hablar sobre... —no anduvo con rodeos, ni con vacilaciones, que es como normalmente hablaba. Fue directo y, aún así, la rubia supo exactamente sus intenciones en menos de un parpadear.
—Verónica —puntuó. Se generó un breve silencio.
—... Sí.
—¿Y exactamente, qué necesitas?
—Venía a pedirle que reconsidere su decisión de expulsarla —se puso en posición de firmes, dando a recalcar que hacía la petición desde su rango de soldado; imploraba como uno de los mejores ninjas de la aldea.
—Eso ya no es necesario, Kakashi. He pensado bien sobre ello y he concluido que he tomado una decisión demasiado apresurada. Mañana, antes de que Verónica parta, se le avisará que su expulsión es revocada por orden mía.
Y Kakashi sintió un claro alivio que se extendió desde su pecho. Aunque, de hecho, quedaba aún un asunto sin resolver...
—Pero creo que tendremos un problema —sacó a recalcar—. Verónica ya ha partido de Konoha.
Y esta vez, Tsunade no tenía un escritorio que romper.
(...)
—¿No han encontrado nada?
—En lo absoluto —el ANBU contestó, con la cabeza contra el piso. Tsunade soltó un largo suspiro, frustrada. Kakashi no reaccionó de ninguna forma, se mantuvo estoico detrás de una máscara invisible—. No hay ningún rastro del paradero de Sasuke Uchiha —terminó de informar, acelerado.
—Tienen que encontrarlo lo más pronto posible. ¡No importa el costo!
Y es que, en realidad, lo que más preocupaba en esta situación era que su enemigo anunciado, Orochimaru, consiguiera algo tan poderoso como el Sharingan.
Además imploraba que, hasta que encontraran a los dos mocosos, el rubio no se diera cuenta.
Aunque se le olvidó que, en una aldea, la voz se corre rápidamente. Y una noticia como esta no pasaría desapercibida por las señoras entrometidas que te encuentras hablando en cada esquina.
—¡Abuela! ¡¿Cómo es eso que ambos han escapado de Konoha?! —entró Naruto a su oficina, hecho una furia.
Y Kakashi solo se mantuvo observando la situación. Podría, incluso, ponerse a comer unas palomitas para observar el show; de no ser que tuviera el estómago revuelto por la culpa y el paladar con el amargo sabor de un mal presentimiento.
(...)
Oh, sí, bbs, capítulo seguido~
Un poco de relleno-capitulo, de hecho, jajsjajsjs. Aunque sí tiene cosas importantes, y un poco de la perspectiva de Kakashi.
Pobre Naruto ;-;
Está solo, solin, solito~
Por otro lado, ¿qué les pareció? <3
Esp es todo por ahora, ¡hasta luegooooooooo!
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¡¿Cómo llegué aquí?!
Fanfic¿Qué cómo llegué a este lugar? Oh, yo te puedo contar todo lo que quieras. ¿En serio lo quieres saber? ¿Sí? Es una historia un poco larga, ¿eh? ¡Oh, bien! ¡Si tanto así quieres, por mí no hay problema! Todo empezó una noche que... Espera, me...