¡Feliz Navidad!

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¡Feliz Navidad a todos! ¡Jo, jo, jo!

Hice un pequeño especial que, por cierto, empecé a escribir hoy 😂

Siempre las cosas a último momento, ya saben.

Les doy todos mis buenos deseos, y que la pasen bien. ¡Besos!

(...)

Los especiales no influyen en la historia.

Aquí la generación de Naruto tiene 16.

::::::::::: ¡Empezemos! ::::::::::


Hoy es noche buena.

Y es increíble que a estas alturas, mi casa no tenga ni un adorno alusivo a la fecha. Aunque, bueno, no es como si fuera a festejar nada, no lo he hecho en todos los años que llevo aquí.

Escucho la puerta sonar, y no me puedo evitar preguntar quién es en este día. ¿No se supone que todos deben de estar con sus familias?

—¿Quién es? —pregunto antes de abrir la puerta.

—¡Soy yo! Eh... Naruto —al abrir la puerta, pude observarlo un poco nervioso—. Hola, Verónica... Es que... me preguntaba si podría...

—¿Si podrías? —era un poco gracioso verlo tan avergonzado.

—¿Podría pasar el día contigo? —finalmente preguntó dando una sonrisa avergonzada.

—Oh, claro, pasa.

No me acordaba de que, en realidad, no era la única que tendría que pasar navidad sola.

Bueno, al menos así no será tan solitario.

—¡Gracias, Verónica! Es que no sabía si estarías ocupada —dio unas risas, rascándose la nuca—. ¡Oh, y traje ramen! Pensé que tal vez podríamos comerlo y... —la puerta volvió a sonar, interrumpiendolo—. ¿Estabas esperando a alguien? —me volteó a mirar, con la duda de quién estaría al otro lado de la puerta.

—No...

Ahora los dos volteamos lentamente a la entrada.

—¿Hola? Verónica, ¿estás ahí? —volvió a tocar. Otra persona chasqueó la lengua.

—¿Por qué siquiera consideré venir aquí?

—Oh, vamos, hace un momento también estabas triste de pasar la navidad solo.

—¿Qué hacen aquí? —pregunté abriendo levemente la puerta. Naruto se asomó sobre mi hombro.

—Verónica, que bueno que estás junto con Naruto, lo fuimos a buscar y no estaba —comentó Kakashi, pasando como si fuera su casa.

Después Naruto y yo volteamos nuevamente a donde estaba Sasuke, quién se mantenía afuera de la casa, con los brazos cruzados y la vista desviada.

—¡Sasuke, que bueno que vienes! —exclamó Naruto—. Vamos, pasa, afuera hace frío, dattebayo.

—No me des órdenes, dobe —contestó, pero aún así pasó dentro de la casa.

—¡Cállate, Sasuke teme!

—Ya, chicos, chicos, no peleen hoy —los calmó Kakashi, que ya estaba acomodado en el sofá de la sala de estar.

—Creo que no traje tanto ramen, 'ttebayo... —comentó Naruto, observando los dos paquetes de ramen instantáneo en la mesa.

—Oh, no se preocupen, nosotros trajimos comida —se levantó y dejó sobre la mesa una bolsa con comida. Entonces, la puerta volvió a sonar—. Oh, ¿quién podrá ser?

¡¿Cómo llegué aquí?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora