Diez

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  —Ahora, para la nueva misión del equipo siete, tenemos, eh... —Hablaba Hiruzen bastante cansado. Bien se nota que ser Hokage no es nada fácil, menos si le damos más trabajo, pero ahora necesitábamos una nueva misión después de atrapar al gato Tora por enésima vez. 

Hiruzen comenzó a nombrar una serie de tareas domesticas que los aldeanos suelen encargar. A decir verdad, ninguna me llama verdaderamente la atención.

  —¡No! ¡Yo quiero una misión real!—exclamó Naruto interrumpiendo al Hokage. Nada que usualmente no sucediera—. ¡Algo retador y emocionante! ¡No estas cosas de niños!

Disculpa, ¿pero desde cuando hacer las labores de la casa, cuidar bebés y ayudar a sembrar son cosas de niños? Yo nunca había hecho eso en toda mi vida anterior.

Sasuke parecía estar de acuerdo con Naruto, el simple hecho de que no lo contradijera y terminaran peleando decía mucho. En cambio, Kakashi suspiró con cansancio. 

  —¡¿Cómo te atreves a faltar el respeto al Hokage de esa forma?! ¡Apenas eres un genin, así que tendrás que empezar con misiones simples para desarrollar tus habilidades como ninja! —se exaltó Iruka, que estaba a un lado de Hiruzen.

Bueno, si en Karate Kid funcionó...

  —¡¿Hablas en serio?! ¡Eso no es una misión, es una gran estupidez! —rebatió Naruto.

Kakashi le dio un golpe para que cerrara su boca.

Oh, yo conozco esta escena...

— ¿Puedes dejar de comportarte así? —suspiró Kakashi. Pero Naruto sólo se quejó por su dolor de cabeza.

—Naruto —lo nombró Hiruzen para que le prestase atención—. Me parece que todavía no has entendido el privilegio que se te ha otorgado. Escucha, todos los días llegan todo tipo de encargos a nuestra aldea —comenzó a explicar, extendiéndose a aclarar en qué consistían las misiones. Información que ya sabía, dado que, además de que lo miré en el anime, al pasar tanto tiempo con él en este mundo te puedes enterar de muchas cosas.

En cambio, me entretuve más escuchando qué es lo que quería comer Naruto, que comenzó a hablar por el aburrimiento.

Hiruzen lo regañó.

  —¡Usted siempre me sermonea como si fuera mi abuelo o algo parecido, pero yo ya no soy un pequeño mocoso! ¡Ahora soy un ninja, y quiero una misión ninja! -hizó un puchero y volteó el rostro.

—Hablaremos de esto luego... —suspiró Kakashi, aclarando una futura reprimienda.

Inesperadamente, Hiruzen e Iruka rieron.

—Puesto que estás tan decidido—todos alzaron la cabeza, prestando atención a las palabras que Hiruzen diría a continuación—, voy a darte una misión categoría C. Capturarán  a un animal salvaje que se encuentra  a las afueras de la aldea —concluyó.

Espera, ¿qué? Creo que esto no iba así...

  —¡¿En serio?! ¡¿Qué tipo de animal atraparemos?! —repentinamente cambió de actitud a una más alegre.

 —¡No, no, no! —alcé la voz. Mi equipo se descolocó un poco por esta acción—. ¡No podemos hacer eso!

  —¡¿Qué?! ¡¿Por qué dices eso?!—se mostró molesto Naruto.

  —Hmph. ¿Será que tienes miedo? —habló en tono burlón Sasuke, pero poco me importó. 

Me acerqué a donde estaba Hiruzen y, sin importarme mucho todas las miradas inquisitivas de los presentes y los fuertes gritos de Iruka, me lo llevé fuera de la habitación. Él no replicó en ningún momento.

(...)

  —Traigan a nuestro visitante —Hiruzen anunció una vez que se había devuelto a la habitación y nos había entregado una nueva misión.

Todos voltearon a la misma dirección, curiosos. La puerta se abrió lentamente, dejando ver tras de ella a un hombre con una botella en mano, Tazuna.

  —¿Qué rayos? Sólo son un montón de mocosos —se recargo aun más sobre el marco de la puerta, y con la otra mano se empino una botella completa de, lo que supongo, es alcohol.

Todos quedaron un poco estupefactos.

  —¿Realmente quieren que crea que tú eres un ninja? Hablo del pequeñito con expresión de tarado en el rostro —señaló con el dedo hacía donde se suponía estaba de quien hablaba, pero estaba tan borracho que su dedo tambaleaba hacía ninguna dirección.

Naruto se carcajeó. 

  — Disculpe, señor Tazuna —me dirigí a él con fingido respeto, dando unos pasos al frente e interrumpiendo antes de que Naruto dijese algo—. Yo sé el verdadero rango de su misión—susurré lo suficientemente cerca de él y bajo, como para que nadie más escuchase—. Le puedo asegurar de que este equipo podrá llevar a cabo con éxito la misión, pero si no está conforme, debería de pagar la cuota que se pide para un rango más alto de misión... ¡Oh, cierto!—fingí sorpresa—.  No puede, así que le pido que se abstenga de insultos si quiere que nosotros lo escoltemos —solté unas risitas al aire, y el se quedó callado y con los ojos bastante abiertos.

Nadie más había entendido lo que sucedió. 

Hiruzen lo terminó por presentar y, con calma, explicó por completo la misión. Tazuna no volvió a hablar en todo el rato, un poco pasmado.

Entonces, llegó la hora de prepararnos para la misión.

  —Espera, Verónica—Hiruzen me tomó del hombro ya que habíamos salido de la oficina, separándome del grupo. 

  —¿Hmm? ¿Qué sucede? 

—Sígueme —no dio ninguna especificación, pero inmediatamente ya sabia porqué me llamaba.

No había otra razón para llamarme específicamente a mi en secreto.

Pero aun así resguardaba cierta incertidumbre. ¿Qué era tan urgente como para llamarme tan repentinamente?

Sacudí mi cabeza para no hacerme ideas erróneas, y simplemente me dediqué a seguirlo hasta lo que parecía ser una vieja biblioteca.

Sólo espero que no sea nada malo...

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Hola~ ¿Cómo están? Espero que bien.

Ahora sí se viene lo chido, ¿no?

Aunque les quiero avisar de que Verónica se desarrollará más como personaje después del arco del país de las olas, así que falta esperar.

Agh. Odio esperar tanto...

Y hablando de eso, ¿qué creen que querrá Hiruzen?



Bye, bye, cositos~



¡¿Cómo llegué aquí?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora