-No creo que sea buena idea que ingreses a la aldea -me advirtió Temari, después de apartar al guardia e indicarle que siguiera en su trabajo.
De alguna forma, no me esperaba este tipo de bienvenida. Creía que iba a ser como la vez pasada, con abrazos, sonrisas y sin prejuicios. Que me recibirían con los brazos abiertos, más ahora que venía a ayudar a Gaara.
-¿Por qué? -fruncí el entrecejo al ver que se puso en guardia, algo confundida por su repentina manera de actuar.
-La vez pasada te fuiste sin decir absolutamente nada. ¿Sabes cuánto afectó eso a Gaara? ¡Tu cuarto estaba destruido! ¡Pensó que te habían capturado o algo así!
-Yo... en ese momento no tenía opción -contesté, al comprender lo que decía Temari. Es cierto que fue una muy mala decisión de mi parte irme así, pero en ese momento estaba aterrada, tanto que no lo pensé ni un poco al momento de marchar.
-¿Eso es una excusa? -preguntó con su actitud firme que la caracterizaba, recargando su abanico en el suelo y apoyando una mano a su cadera.
-¡No, no es ningún tipo de excusa, lo juro! -moví las manos nerviosamente, ella me miró escéptica-. Yo... quisiera explicar las cosas correctamente. ¡Pero antes de eso!, tengo un mensaje que dar. ¡Gaara está en peligro!
Y fue entonces que su guardia cayó.
(...)
-Equipo 7... ¡Completo! -exclamó la nueva integrante, feliz por haber ingresado justo a ese equipo. Los otros tres miembros realmente no estaban muy contentos con esa decisión.
-Pero abuela... ¡No es necesario reemplazarla! Y menos con... -Renegó Naruto, mirando mal a Sakura de reojo.
Ciertamente, por su falta de contacto a lo largo de la historia la base de su relación había cambiado. Además de que ella conservaba su largo cabello sedoso y nunca descuidaba el cuidado de su piel, lo que sí había sucedido es que se había convertido en la sucesora de Tsunade.
-¡Nadie ha pedido tu opinión, Naruto! -exclamó la pelirosa, molesta por su forma de despreciarla.
(...)
Antes de abrir la puerta de la oficina del Kazekage, Temari dudó un poco.
-Tú... quédate aquí un momento. Él no estará preparado para verte todavía -me avisó, pasando a la habitación. Yo asentí.
Realmente, no esperaba causarle daño a Gaara al irme de este lugar la primera vez. Pero en ese momento era mi única salida.
Enseguida de que me quedé sola en el pasillo, una profunda carcajada resonó en mi cabeza. Intenté no inmutarme con ello, pues con el tiempo, me había acostumbrado a los escalfríos que causaba.
-Así que has regresado, ¿eh? -no le contesté, manteniéndome firme y con la mente en total blanco. Él bufó al sentir que no me había causado ningún temor-. Parece que has regresado por el mocoso. ¿O es que acaso te gusta sufrir? ¿Crees que serás suficiente para controlarme? ¿¡Eres tan estúpida para creer que alguien como tú puede protegerlo?! ¡Por favor, no me hagas reír! -Su infernal risa siguió retumbando en mis oídos, acompañado de un malestar en todo mi ser. Su gran cantidad de chakra, a pesar de hacerme más fuerte, desequilibraba el mío, causándome arcadas y unas fuertes ganas de llorar.
-Tú no eres nada -tenía que permanecer firme. A penas había llegado a este lugar, no podía rendirme tan fácilmente.
Mi cabeza se mantuvo en silencio un par de segundos. Luego, aún más fuerte, todo retumbó.
Lo intenté, con incluso más fuerza.
Tenía que ayudar a Gaara.
Aunque, si seguía de esta forma, no sabía qué hacer.
Cuando, en cierto punto me sentí desfallecer, Temari salió de la oficina. De inmediato su mirada cambió a una preocupada al ver cómo caía.
(...)
Al despertar sentía la cabeza ligera. Deseé que eso de desmayarse a cada momento no se me hiciera costumbre.
-¿Cómo te sientes? -una doctora de avanzada edad me preguntó. Yo me levanté rápidamente sin mucha energía, sentándome en la orilla de la cama-. Ten cuidado, todavía necesitas guardar reposo, porque...
-¿Dónde está Gaara? -le interrumpí, algo alterada. Realmente no quería ser grosera, pero no confiaba en mi repentina paz mental.
¿A dónde se fue el Shukaku de repente? Antes ya había tardado bastante en deshacerme de él.
-¿Me buscabas? -el pelirrojo entró a la habitación, contestando mi pregunta.
Y se tragó mi aliento.
-Ah... yo... -boqueé varias veces, esperando que alguna oración coherente saliera de mi boca. ¿Todavía seguía mareada?
-Tranquila. Ya escuchaste, necesitas descansar -se adentró calmadamente a la habitación, dándole un asentimiento a la anciana para que se retirara y, de paso, también descansara un rato.
-Yo... No quise abandonarlos aquella vez... -intenté excusarme.
-Comprendo -se sentó en una silla a un lado de la camilla, sereno-. Quien se debe disculpar soy yo. No necesitas preocuparte por eso -me miró con tristeza, yo no comprendí sus palabras del todo-. El Shukaku... es una carga que solo yo debería llevar. Lo siento -inclinó la cabeza, con gran arrepentimiento.
Sobraba decir que yo no entendía nada. Reí nerviosa.
-Ja, ja... No necesitas disculparte. Tampoco es tu culpa. -seguí riendo nerviosa, ante la seriedad del pelirrojo. Él me acarició levemente el cabello y me lo acomodó detrás de la oreja, dejando al descubierto el lado izquierdo de mi rostro completamente.
-Te ves bien con el cabello corto.
Diosito, les juro que me da un paro.
-Ja, ja, ¿gracias? -hablé, aún más nerviosa. ¡No sé recibir cumplidos, maldita sea!-Y tú te ves... -lo examiné un poco, intentando regresarle el cumplido.
Su vestimenta difería a la que yo conocía. Usaba una chaqueta negra, con una camisa de maya abajo. Su peinado era también diferente, algo despeinado y rebelde.
Si tuviera que describir mi reacción, mi mandíbula casi cae al suelo.
Bien, su vestimenta no influía de ninguna forma a la historia, ¿verdad? ¿Entonces por qué... ?
-Te ves...
-¿Me veo mal? -aunque su expresión no cambió, casi pude percibir que ponía ojos de cachorrito.
-No, no es eso, pero-
-Tenemos asuntos más importantes qué atender, no se desvíen. -habló Temari desde la puerta, con la cabeza en alto y una mano en la cadera-. ¿De qué peligro hablabas? Y espero que no haya sido un engaño para dejarte pasar.
No me hacía falta ser científica para notar su leve tono molesto, pero era cierto que eso no era lo que importaba ahora.
-Akatsuki viene por Gaara -hablé antes de pensar.
(...)
ALÓ
Como se habrán dado cuenta, mis actualizaciones se han tardado mucho más de lo normal :c
Estoy haciendo lo que puedo, pero he tenido un horrible bloqueo;-;
De todas formas, aquí un capítulo chikito para no dejarlos sin nada~
Y EN OTRAS NOTICIAS:
Estaba pensando en escribir un "especial de San Valentín"
Pero no sé, como no he podido escribir a mi ritmo, no sé si podré terminarlo :c¿No importa si lo publico un poco tarde? Jajss
(¿Se imaginan un especial de san Valentín por allá el día de las madres? jJAJAJAJAJSJAJS)
Esto es todo por ahora, HASTAAA LUEGOOOOOO~ <3
ESTÁS LEYENDO
¡¿Cómo llegué aquí?!
Fanfic¿Qué cómo llegué a este lugar? Oh, yo te puedo contar todo lo que quieras. ¿En serio lo quieres saber? ¿Sí? Es una historia un poco larga, ¿eh? ¡Oh, bien! ¡Si tanto así quieres, por mí no hay problema! Todo empezó una noche que... Espera, me...