¡¿Cómo llegué aquí?!

XIX

—Jiraiya está buscando la forma de devolverte –le oí mencionar a Tsunade, creando estas palabras un eco esperanzador dentro de mi cabeza. Subí la vista de inmediato, con los ojos iluminados, al ver sus palabras como una especie de nueva esperanza.

Solté aire en un tembloroso suspiro. Antes de hablar, tenía que considerar todo lo que sucedió (y aún sucedía) a mi al rededor desde que llegué a este mundo para, entonces sí, idear mis siguientes acciones.

Las cosas no eran como conocía en un principio, por lo que este era el mejor momento para aclarar cualquier cosa que quedara suelta y no terminar por echarlo a perder todo.

Lo pensé por un momento, frunciendo levemente el entrecejo. Tsunade se vio algo confusa al ver que no había reaccionado con una emoción equivalente a cuando a Naruto le compraban un tazón de ramen.

Entonces volví a alzar la mirada, con un gesto determinado.

—Orochimaru... Está muerto, ¿verdad? —quise confirmar. Ella comprendió hasta entonces un poco mi reacción.

—No tienes porqué preocuparte de este mundo una vez que te vayas —sentenció, alzando una ceja. Yo negué.

—No, no es eso, solo... —parpadeé varias veces y utilicé mis manos para negar—. Quiero confirmar algunas cosas antes de hacer algo.

Ella me miró algo escéptica, pero luego se rindió y recargó sus brazos sobre su escritorio, desplazando levemente la botellita de sake ahora vacía.

—Ciertamente, Orochimaru está muerto —afirmó—. Pero no ha sido asesinado por uno de mis ninjas, si es lo que te preguntas. Ahora el equipo de Naruto debe de estar en camino para intentar recuperar su cadáver, si es posible.

Asentí distraídamente, intentando enfocarme en la situación de la forma más neutral posible. Ignoré el hecho de que no haya llamado al equipo 7 por su nombre o, en defecto, por el nombre de Yamato que ahora fungía de líder, denotando de esa forma su obvio afecto (o prioridad) hacia el rubio.

—Pero Sasuke aún tiene la marca de maldición, ¿no es así?

—Justo por eso los he mandado a ellos.

Asentí continuamente con el ceño algo fruncido, no terminando de entender su lógica, pero aún sin decir nada.

Lo más seguro a este punto es que Orochimaru use la marca en algún momento para reaparecer (o revivir, como sea que se le pueda llamar a eso) y si yo no me encuentro en este lugar nunca sabré de que forma afecte esto al azabache.

Por otro lado, él no se había ido de la aldea, por lo que podía suponer que nunca se enteró de la verdad de su hermano y por ende no tiene razones para intentar asesinar a Danzo. Y él, definitivamente, debe morir.

Y si me voy, estaba consiente de que quedaría un hueco que deberá de ser llenado, pero Sakura ahora se encontraba inconsciente y no sabía en qué momento despertaría (o si despertaría, en primer lugar), además de que no tenía certeza de las actuales intenciones de Yamato y Sai dado su conexión con raíz y la gran actividad de este últimamente.

Solo... Todo estaba muy enredado. Por lo que debía descocerlo lentamente para no dejar ningún nudo que se lleve a la mierda todo.

—¿Por qué Sasuke se ha quedado en la aldea? —pregunté po fin, algo que todavía no me quedaba del todo claro. Ahora era el turno de Tsunade de fruncir levemente el entrecejo.

—Tú dejaste una nota en la entrada de la aldea, ¿no es así?

—Sí, pero... —me afligió, pues lo que decía era demasiado simple para que solo sucediese de esa forma. Voltee a ambos lados por instinto, antes de afinar mis sentidos para asegurarme se que nadie se encontrara escuchando—. Pero, sucede que él debió dejar a Naruto inconsciente en el valle del fin, y haber escapado de la aldea. Así sucede en la historia original.