Doce

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Durante el camino todos se mantuvieron en silencio, hasta Naruto, algo indudablemente raro y, para mi desgracia, aburrido. Fue cuando a lo lejos miré un pequeño charco (pero indispensable, cabe aclarar), que mi sangre entró en ebullición y por poco no puedo reprimir la sonrisa que quería plasmarse en mi rostro.

Por fin algo interesante, pensé.

Aún después de pasar a su lado, nadie pareció darle mayor importancia, ni siquiera Kakashi, aunque yo sabía lo que realmente planeaba. De todas formas, yo ya tenía sujeto contra mi muñeca un kunai, preparada para lo que sucedería.

Diecisiete pasos dimos antes de que los ninja de la niebla hicieran su primer movimiento, los conté. Unas cadenas envolvieron a Kakashi ante la sorpresa de los demás y, antes de que nadie reaccionara, fue agresivamente mutilado.

Por un instante se pudo percibir la desesperación de todos. O al menos de ellos.

—¡K-kaka... shi-sensei! —soltó un grito Naruto, sin tomar en cuenta la posición de nuestros atacantes.

—Ahora es tu turno —anunciaron los dos agresores detrás de Naruto.

Sin duda nos están subestimando. Dar tu posición y desperdiciar lo que puede ser un ataque sorpresa es lo más estúpido que se puede hacer durante una pelea, más si tienen desventaja numérica. La ventaja que ellos tienen sobre nosotros es su experiencia, pero eso no parece servirles dado su impulsividad.

Pude ver por el rabillo del ojo como Sasuke saltó, apuntando con una shuriken y un kunai a la cadena que unía a los dos ninjas. Pudo detenerlos, bueno, al menos durante dos segundos antes de que soltaran las cadenas.

Los dos tomaron caminos opuestos para tomar una posición ofensiva, mientras uno fue tras Naruto, el segundo avanzó directamente hacia Tazuna, que se encontraba detrás de mí. Lo demás sucedió demasiado rápido; lancé un kunai al cuello del ninja que se encontraba más alejado de mí (acertando, por supuesto) y, con la suficiente velocidad, me posicioné detrás del segundo, inmovilizándolo al lanzarme sobre él y presionar un segundo kunai contra su garganta. De esa forma, mis piernas aseguraban sus brazos al suelo.

Los demás se quedaron pasmados unos instantes. Aunque el ambiente se aligeró cuando Kakashi apareció.

—Hola —saludó frente a mí. Después, cuando de reojo miró al cadáver de uno de los ninjas, su mirada se oscureció un poco.

—¡Pero el estaba...! —Naruto volteó donde se suponía debía estar el cuerpo de Kakashi, pero solo estaban unos troncos— . ¡¿Qué?! Kakashi-sensei... él, usó el jutsu de remplazamiento...

—Naruto —lo llamó Kakashi mientras llevaba al ninja que había capturado, ahora inconsciente—. Siento no haberte ayudado inmediatamente, no quería que te lastimaran —se dio la vuelta, empezando a caminar—. Pero no pensé que te quedarías pasmado como lo hiciste —terminó de amarrar al ninja, y después se detuvo donde Sasuke, Tazuna y yo estábamos—. Muy bien, Sasuke, sin problemas —lo felicitó. Después fijó su vista en mí, pero la desvió aún sin decir nada.

—Hey —Sasuke llamó a Naruto, que se mantenía con los ojos muy abiertos—. No estás herido, ¿verdad... Miedosito? —se burló.

Naruto rechinó los dientes y apretó sus puños. Yo tampoco pude ocultar una mueca de molestia.

—¡Sasuke...!

—Naruto —lo interrumpió Kakashi—. No te muevas. Las garras de esos ninjas tenían veneno, tenemos que sacártelo rápido—Naruto miró con terror la herida en su mano—. Tienes que abrir la herida y sacarlo. Está dentro de tu sangre, así que no te muevas mucho, eso distribuiría el veneno. Por cierto, señor Tazuna...

¡¿Cómo llegué aquí?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora