COMPLETA
Libro 1 de la trilogía F1 "Un Beso"
Años después de la muerte de Hervé Leclerc su familia se enfrenta a un nuevo reto cuando se enteran de que existe una hermana más, fuera del matrimonio de sus padres, de apellido Leclerc.
Yendo al Gran Pr...
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Charles Leclerc
—Que buen chiste Charles— respondió la castaña mientras se reía fuertemente.
Cuando vi a Amélie en la pista con sus amigas sabía que era ella y su marca de nacimiento, la cual yo también tenía, me lo confirmó.
Todos los Leclerc teníamos una marca de nacimiento en la espalda, parecida a un lunar pero algo un poco más grande, y ella la tenía en el mismo lugar que yo y mis hermanos la teníamos.
También constaba con los hoyuelos comunes de mi padre, al igual que sus ojos verdes, y lo más importante tenía pozos de venus en la espalda. Eso era visto en la familia Leclerc por cada tres generaciones, es decir, el tercer hijo de un Leclerc debía tener estos hoyuelos en la zona umbral.
Y Amélie es la tercera hija de mi padre por lo que era otro aspecto que debíamos confirmar si verdaderamente era de su procedencia.
Mi padre, Hervé Leclerc, antes de morir me dijo que teníamos una media hermana. Amélie Mendoza es la otra hija que mi padre tuvo, fuera del matrimonio de mis padres. Yo jamás me imaginé que él pudiera hacer algo así, yo admiraba muchísimo a mi progenitor pero lo entendí al ver por primera vez Maria Elena, la madre de Amélie, en fotos.
También vi fotos de Amélie, ya que mi padre la dejó nombrada en su testamento y como quería que adoptara nuestro apellido si deseaba reclamar lo Hervé le había legado.
—Creeme yo también quisiera que fuera un chiste— no es que fuera de agrado enterarme que realmente existía aquella persona que mi padre mencionó antes de morir.
—Eso es imposible. Yo soy de apellido Mendoza y no Leclerc— insistió.
—¿Sabes quién es tu padre?— no podía ser coincidencia que todos los aspectos de mi media hermana los tuviera, ella era una Leclerc.
—No, pero eso no tiene nada que ver.
—Bueno si no me crees puedes comprobarlo—igual si no era ella pues mejor para nosotros.
Era una hija bastarda por lo que no era conveniente que se reconociera como una propia Leclerc.
—Dame razones para creerte— yo ya tenía las respuestas para todas sus preguntas así que me sería fácil esto.
—A ver, primero que nada, nos parecemos un montón físicamente y lo puedes comprobar en la foto que tomamos antes de la carrera. Segundo, tu marca de nacimiento, tengo la misma en el mismo lugar. Si deseas te la puedo enseñar después ya que ahora no me puedo quitar el traje. Tercero, tienes los hoyuelos de venus y eso solo lo tienen el tercer hijo o hija de un Lecler, la cual eres tú. Cuarto, tienes los mismos ojos que tu padre, verdes y oscuros. Puedes preguntarle a tu madre, Maria Elena, si lo deseas — le mencione las razones y me aleje de ella para ir con mi compañero Carlos.
