COMPLETA
Libro 1 de la trilogía F1 "Un Beso"
Años después de la muerte de Hervé Leclerc su familia se enfrenta a un nuevo reto cuando se enteran de que existe una hermana más, fuera del matrimonio de sus padres, de apellido Leclerc.
Yendo al Gran Pr...
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Lando Norris
Cuando abrí los ojos vi a Amélie durmiendo plácidamente sobre mi pecho. A pesar de que cada uno se quedará en el lado de su cama ella terminó moviéndose para invadir mi espacio personal y en estos momentos no me importaba que lo hiciera con que fuera ella.
Traté de despertarla cariñosamente para que no se alterará, sabía que odiaba que le interrumpieron el sueño cuando se encontraba sumamente cansada la noche anterior o cuando la despertaba con ruidos no de su agrado.
Ya vas conociendo poco a poco lo que es ella.
—Nena— susurré en su odio mientras jugaba con su cabello, ella se removió un poco y me abrazó más fuerte— Debes despertar ya.
—¿Cómo quieres que me levante con energías si anoche me destruiste?— habló medio adormecida.
—Eso es lo que pasa cuando tientas mucho a un piloto de la fórmula uno y a un streamer con unas habilidades geniales— bromee, a la vez que seguía acariciando su cabello.
—Creo que merezco un beso de buenos días— abrió por completo sus ojos y se acercó a mi boca.
—No me he cepillado los dientes— le advertí, ella elevó sus hombros restándole importancia e igual me dio un pequeño pico—. ¿Qué quieres hacer hoy antes de que nos vayamos?
—¿A qué hora sale tu vuelo?— preguntó regresando su cabeza a mi pecho, reposándola.
—Nuestro— la corregí—. A las nueve de la noche.
—No Lando, yo regreso a Miami. Debo de trabajar y estudiar.
—Pero te necesito conmigo, me das suerte— hice un pequeño puchero.
—Te va muy bien si voy o no voy, compréndeme ¿si?— trato de hacerme razonar y está vez tenía razón.
No podía dejar que ella dejara sus cosas solo porque yo sentía que con Amélie a mi lado todo iba bien, por lo que accedí.
—Está bien, ¿a qué hora sale el tuyo?
—A las seis de la noche— eso me puso triste, ya que estaría tres horas aquí solo sin hacer absolutamente nada. A lo mejor adelantaba mi vuelo para poder acompañar a Amélie en el aeropuerto.
—Entonces tenemos todo el día para estar juntos, ¿quieres salir a algún lado prefieres que continuemos lo de anoche?— pregunté con picardía.
—Mmm la primera opción— dio una pequeña risita, burlándose de mi calentura—. Aunque la segunda también podría ser, pero prefiero conocer Barcelona.
