COMPLETA
Libro 1 de la trilogía F1 "Un Beso"
Años después de la muerte de Hervé Leclerc su familia se enfrenta a un nuevo reto cuando se enteran de que existe una hermana más, fuera del matrimonio de sus padres, de apellido Leclerc.
Yendo al Gran Pr...
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Amélie
Está mañana me desperté temprano como de costumbre para poder ir al gimnasio y luego ir a correr a la playa. A pesar de que hubiera una máquina caminadora prefería mil veces salir y hacer cardio al aire libre. Me ayudaba muchísimo a despejar la mente por completo y me hacía muy bien oler el mar por estar a la orilla de este ejercitándome.
Era de las cosas favoritas que tenía.
Me hubiera encantado que Lando estuviera acompañándome en mi rutina mañanera, pero no era alguien que fuera fácil de despertar. Había intentado hablarle, pero solo recibí un quejido de su parte y terminó poniéndose de lado con la almohada sobre su cara.
Cuando venía de regreso a la torre pase por el muelle de la playa y me encontré con un puesto de perritos en adopción. No pude evitar pararme y jugar un ratito con ellos, eran divinos.
Siempre había querido tener una mascota, pero con todo lo que vivíamos día a día con mi madre no podríamos mantener adecuadamente a otro ser vivo. Y cuando mamá se casó con Hector habíamos intentado tener un gato, pero al parecer era alérgico así que ya no tuvimos más.
Pero ahora si puedes tenerlo..
Me habló mi inconsciencia al recordar que ahora vivía sola y a veces estaba acompañada por el británico. Dudaba muchísimo que para él fuera un problema tener una mascota y mantener otro ser vivo.
—Están muy lindos, ¿verdad?— me habló una de las chicas que tenía el letrero de adopción.
—Divinos — concordé con ella — ¿Cuántos meses tienen?
—Tres meses. Tienen las primeras dos vacunas.
—¿Son golden retriever o labrador?— pregunté aún más interesada cuando uno de ellos jugaba con los cordones de mis tenis.
—Golden retriever. De hecho, tenemos los certificados allá, donde ya están inscritos con su pedigree y las vacunas listos para ser adoptados.
Cargué al chiquito que seguía jugando con las cintas de mis zapatos y cuando lo observé a los ojos era perfecto en todos los sentidos.
Sentí que me había enamorado de él a primera vista.
Como con Lando.
Tal vez podía llevarlo como un obsequio para los dos y así reforzar más la amistad que teníamos.
Sentía que cuando miraba al cachorro se reflejaba en Lando y todos los momentos que hemos tenido juntos, como con el brazalete que él me dio.
Así que gracias a esto tome, el riesgo de adoptarlo.
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Lando Norris
Me moví al percibir algo cálido bajar por mi abdomen descubierto. Se sentía de una forma muy extraña y que jamás había sentido, pero no era completamente desagradable. La textura de aquello que estaba sintiendo era un poco áspera y estaba dejando unas cuantas babas sobre mi pecho.
