COMPLETA
Libro 1 de la trilogía F1 "Un Beso"
Años después de la muerte de Hervé Leclerc su familia se enfrenta a un nuevo reto cuando se enteran de que existe una hermana más, fuera del matrimonio de sus padres, de apellido Leclerc.
Yendo al Gran Pr...
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Amélie
—¿Amélie? — escuché como una chica a lo lejos me llamaba, me acerqué más a su dirección y la reconocí al instante.
—¡Sandra! ¿Qué tal estás? — ella estaba cerca del garaje de Williams y yo me estaba dirigiendo también a este solo que al de al lado, ya que ese era el de Russell.
—Super bien, ¿y tú? ¿Qué haces acá? — preguntó curiosa mientras me abrazaba.
—Bien gracias, un amigo me invitó, ¿y tú? — le devolví el abrazo y luego de unos segundos me alejé.
Está casualidad era muy increíble, jamás pensé que me encontraría con otra abogada, con la cual ya he trabajado, en un paddock de la fórmula uno.
No sabía cómo había convencido Lando a mi jefe y menos recordaba como yo había accedido a esto, pero estaba de nuevo en una carrera esperando a que iniciará el gran premio. Había llegado ayer, ya que al parecer únicamente había conseguido que me dejaran salir al medio día para poder tomar el vuelo y estar a tiempo para la calificación y la carrera final, así que estaba otra vez apoyando al británico.
—Mi pareja es Nicholas Latifi y vine porque hace poco fue su cumpleaños — habló de lo más tranquila y yo la verdad me encontraba impactada de que estuviera con uno de los pilotos de Williams.
—¡No me lo puedo creer!
Empezamos a caminar entre los espacios designados para cada escudería y continuamos charlando — ¿Y quién es tu amigo? — interrogó interesada en mi respuesta — ¿No me digas que Russell finalmente trajo a alguien?
—Exactamente en este momento venía a ver a George, pero me trajo Norris — fui sincera con ella, ya que para mí era como una amiga.
—Uh, triángulo amoroso — dijo entre una risita algo inocente, sin embargo, lo hacía a propósito.
—Nah, solo son amigos — no sentía la necesidad de contarle que tal vez y había algo más con uno de los británicos porque si éramos amigas, pero no tan cercanas.
George iba en la misma dirección que nosotras y paró abruptamente cuando nos vio reírnos bulliciosamente, nos saludó con un beso en la mejilla a cada una y finalmente preguntó lo que tenía en su cabeza, —¿Ustedes se conocen? — su cara era de inmensa confusión.
—Hemos trabajado juntas, las dos somos abogadas aunque yo todavía no tengo mi título — le conteste a Russell —De hecho, la vez que nos conocimos perdí el caso nada más por no ser completamente abogada y después de eso me invitó a un café para disculparse — dije en medio de una carcajada recordando aquella anécdota.
En el momento que pasó me encontraba realmente molesta, ya que era de los primeros que me asignaban que no eran pro bonos y lo termine perdiendo por no ser una licenciada con título en derecho, pero había ganado experiencia y una buena amiga en el ambiente laboral.
