COMPLETA
Libro 1 de la trilogía F1 "Un Beso"
Años después de la muerte de Hervé Leclerc su familia se enfrenta a un nuevo reto cuando se enteran de que existe una hermana más, fuera del matrimonio de sus padres, de apellido Leclerc.
Yendo al Gran Pr...
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Amélie
Luego de correr de mi oficina hacia el aeropuerto el viernes por la noche, viajar once horas en avión y otra hora más por la carretera finalmente estoy en el circuito Paul Ricard de Francia. No logré conseguir permiso en mi trabajo para no llegar desde el jueves por lo que me tocó tomar la decisión de irme no más saliera el viernes y así lo hice, con mucho estrés y adrenalina pero todo para apoyar al británico.
En la práctica uno y dos no le había ido tan bien, al menos quedó entre el top diez, y me encontraba en el garaje de McLaren para ver la práctica tres y la calificación.
Cuando Lando me vio entrar al paddock corrió hacia mí y me cargó en sus brazos, dándome varias vueltas hasta que ya los dos estábamos mareados.
—¡Lo lograste, viniste!—habló con entusiasmo cuando me bajo de sus brazos —. ¿A qué hora llegaste?—preguntó curioso al verme entrar justo a tiempo para la práctica tres.
—Literalmente vengo del aeropuerto, mi vuelo aterrizó hace una hora—le conté con una sonrisa de burla hacía mi misma.
—¿Y en qué momento te cambiaste?— cuando habíamos hecho videollamada antes de que despegará tenía puesta ropa cómoda, parecía que iba en pijama, pero literalmente pase todo el vuelo durmiendo, y ahora llevaba un short flojo blanco con un body top negro y un bolso del mismo color más el pase del VIP paddock.
—En el coche, durante el camino— yo seguía marcando mis hoyuelos con la mueca que tenía en mis labios por toda la locura que pase—. Pero aquí estoy y eso es lo importante.
Lando negó con su cabeza y copió mi gesto— Gracias, en serio.
—Es un placer para mí. Jamás creí que fuera a ir a tres grandes premios y estar en el paddock.
—Y créeme que serán más.
Comenzamos a caminar hacia el puesto de su equipo con una distancia un tanto prudente para que así no nos relacionarán o saliéramos en fotos de algún fotógrafo juntos. Los dos teníamos claro que no era conveniente que nos vieran en las redes después de todo lo que hemos pasado y los rumores que se han creado gracias a ellas.
Vi a George a lo lejos y me saludó agitando su mano, por lo cual yo lo repetí junto a una sonrisa de felicidad pero controlada, y seguí mi camino hacia los boxes de Lando. Ya estando en este todo el equipo estaba ya preparado para poder comenzar la práctica tres, me puso unos audífonos y observé como el británico subía a su monoplaza y hacía un buen tiempo, quedando finalmente en posición seis.
Cuando terminó la práctica Lando y yo fuimos a comer a la hospitalidad, por el receso de una hora y media que tenían hasta la quality, junto a Daniel y el piloto de reserva del equipo, Stoffel. En la carrera pasada no tuve la oportunidad de conocerlos mucho y esperaba que en este almuerzo antes de la calificación pudiera darme a conocer con más participantes del deporte.
