COMPLETA
Libro 1 de la trilogía F1 "Un Beso"
Años después de la muerte de Hervé Leclerc su familia se enfrenta a un nuevo reto cuando se enteran de que existe una hermana más, fuera del matrimonio de sus padres, de apellido Leclerc.
Yendo al Gran Pr...
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Lando Norris
Me sentía demasiado mareado y como si estuviera en otro universo.
Estaba en un cuarto completamente blanco sentado en un sillón con una chica a mi lado la cual no era Amélie. No recordaba cómo había llegado hasta aquí y menos lo que pasó con mi chica luego de que entramos al bar para celebrar. Mi última memoria fue cuando Amélie me avisó que iría por algo de tomar a la barra y de ahí no tenía ni la más mínima idea de lo que pasó durante la noche.
La persona a mi lado estaba casi que desnuda y me preocupaba muchísimo que hubiera hecho algo de lo que me pudiera arrepentir. Me levanté de golpe y me fijé que tenía toda mi ropa, la chica se comenzó a reír como un caballo y sacó de su ropa interior una bolsa pequeña con algo blanco, seguramente era cocaína.
¿Me había drogado?
—¿Quieres más?— preguntó entre risas mientras ella también se paraba.
—¿Eso es cocaína?— cuestione algo alterado y eso hizo que la chica parara de reír y se pusiera seria—. ¿Me has drogado?— está vez estaba gritándole.
—¿Eh? Tú fuiste él que me pidió en primer lugar — se puso a la defensiva.
—¿Y cómo es que no recuerdo nada?
—Pues porque pediste un trago que tenía éxtasis, eso ya no es mi culpa— me aclaró y no pude evitar alarmarme más.
Medio recuerdo que una camarera llegó a dejar bebidas a la mesa y yo tomé de lo que trajeron, pero nunca supe exactamente que estaba ingiriendo.
Continuó hablando cuando se dio cuenta de mi confusión, — Luego me mandaron a hacer mi trabajo y tú fuiste el que me asignaron, te baile casi que toda la noche y luego me solicitaste venir acá para relajarte y fue cuando viste mi bolsita y querías más de lo que ya habías consumido durante el transcurso de las horas en tu bebida.
—No me jodas, ¿hice todo eso?— saqué mi celular alarmado y eran las tres de la mañana.
Tenía muchísimas llamadas perdidas de un número desconocido y también algunos mensajes de Amélie donde se leía que estaba sumamente enojada y necesitaba mi ayuda hace como una hora y media y luego deje de recibir mensajes de ella.
Me empecé a preocupar demasiado por Amélie, por saber donde estaba en estos momentos y para poder explicarle las cosas. Marque su número, pero no recibí respuesta alguna, fue directo al buzón, y de nuevo el número que no había parado de llamarme volvió a hacer sonar mi celular.
Seguía algo desorientado, pero como pude conteste el teléfono, —¿Lando?— preguntó una voz masculina que recordaba de algún lado, pero no sabía exactamente de donde.
