Leclerc's | Fórmula 1 ▪️ Lando Norris |

(36) Long Distance

Amélie Leclerc

—¿Qué haces aquí?— preguntó Walter un tanto asustado.

Había decidido que si él no estaba pagando en la cárcel en estos momentos se merecía que yo pudiera vengarme de él y todo lo que ha hecho desde que nos conocimos.

—¿Te vas de viaje?— hablé de manera inocente para que se creyera que había caído en sus enredos.

—Ehh— se puso sumamente nervioso — Sí.

—¿A dónde vas? — me metí a su casa, pasando por su lado y sabiendo que regresaría su mirada a mi trasero al llevar leggings de cuero que se ajustaban a la perfección en mi figura.

—No considero que sea conveniente que entres — su voz seguía siendo con tono intranquilo.

—¿Por qué? ¿Acaso escondes algo?

—No, pero responde mi pregunta. ¿Qué haces aquí? — continuo insistiendo.

— He pensado bastante en estos días, desde que se reveló todo verdad, y no creo que sea conveniente seguir con Lando — le solté tremenda mentira, la cual sabía que él deseaba escuchar.

— Es lo que tratado de hacer ver desde hace tiempo.

— Gracias por intentar abrirme los ojos — le hice ojitos tiernos como lo hacía antes cuando trataba de manipularlo, aunque en esos tiempos no funcionaba porque yo no era capaz mentalmente de hacerlo.

Pero ahora que lo era, debía prepararse.

Y supongo que estaba claro que no dejaría a Lando por este patán, jamás lo engañaría, pero si empezaba a dudar un poco si valía la pena involucrarme en ese mundo más de lo que debía.

Ni siquiera habíamos hablado mucho desde la última discusión el día que salió todo a la luz y prefería evitarlo hasta que tuviera claro lo que haría. Tampoco quería darle explicaciones, sobre lo que estaba haciendo con Walter, ya que para él era muy sencillo solo dar una declaración y dejar que la policía haga algo, pero para mí era más que eso. Me había robado casi que toda mi vida y no era justo, y claramente Norris no lo entendería.

Pero lo quiero muchísimo para dejarlo ir tan fácilmente.

Igual este momento no era el adecuado para tomar una decisión, aunque debía de hacerlo porque me obligaba la apropiación del apellido. Sin embargo, lo haría después porque ahora si era el momento para hacerle pagar a Walter todo lo que me hizo. Tenía grabando en mi celular nuestra conversación para que fuera más fácil poder dar pruebas, aunque sabía que si no tenía su consentimiento yo también estaba cometiendo un crimen, así que sin implicar tener que decir la palabra hice que me dejará grabar la conversación.

— Quiero que seas muy sincero conmigo, pero necesito que me dejes hacer uso de esta conversación.

— ¿En qué sentido? — preguntó todavía irritado.