Lando Norris
Estos días junto a Amélie han sido una gran aventura para mí, ella claramente tiene toda su vida acá y se levanta muy pero muy temprano para ir al gimnasio y luego a trabajar. Paso casi que toda la mañana solo en su departamento, pero yo igual sigo mi rutina.
Finalmente es viernes y al parecer Antonella le pidió a Amélie que fueran a la playa esa tarde, luego de su trabajo. Por lo que nos estábamos dirigiendo a la famosa Miami Beach para consentir a la media hermana de la castaña, tal vez así ya no me odiara tanto porque no me gusta el pescado.
—¿Y podremos comer helado de lima?— preguntó con voz aniñada Anto.
—Podemos comer lo que tu quieras— le aseguró a la pequeña.
—No deberías consentirla tanto— mencionó Amélie con la vista en el tráfico.
Miami era una ciudad con mucho tránsito. No podías correr en las carreteras o aunque sea acelerar un poco la velocidad porque ya tenías un auto enfrente, que estresante. Y a pesar de que quisiera hacerlo cuando estuviera la pista despejada el Toyota de Amélie no me lo permitía y más cuando yo estaba acostumbrado a un auto con doble de potencia en el motor
—Quiero recompensar el que no me guste la comida marina— le aclaré a la ojiverde.
—Lo que estás haciendo es comprarla para que le caigas bien— me dio una risita diminuta.
—Y si lo hago, ¿qué tiene de malo?
—Ella pensará que este tipo de cosas pasarán seguido y quien sabe cuando te volveremos a ver.
En parte tenía razón, el lunes por la noche viajaba a Francia para la carrera, la cual Amélie todavía no había aceptado venir conmigo, y por el momento no estaba en mis planes regresar a Miami. Tal vez en el verano las visitara , pero todavía debía pensar eso y preguntarle a Amélie si podía venir.
—Me verá en la televisión y se acordará que la lleve a la playa y a donde ella desee ir.
—¿Y si mañana vamos a Disney? Nunca he ido allá y todos mis amigos dicen que es muy lindo— preguntó atenta a nuestra conversación la niña de cinco años sentada en la parte trasera del auto.
—¿Disney? Anto eso está a unas cuantas horas de acá— le recordó Amélie a su hermana.
La expresión de emoción en los ojos de Antonella desapareció y cambió a una de tristeza cuando su media hermana hizo el último comentario.
Sabía de los parques famosos y típicos de este país, pero jamás había pisado uno luego de convertirme en piloto de la fórmula uno. No es que no pudiera hacerlo, pero era complicado con el tiempo y no es que fuera mi prioridad asistir a un parque de diversiones para niños.
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Leclerc's | Fórmula 1 ▪️ Lando Norris |
FanficCOMPLETA Libro 1 de la trilogía F1 "Un Beso" Años después de la muerte de Hervé Leclerc su familia se enfrenta a un nuevo reto cuando se enteran de que existe una hermana más, fuera del matrimonio de sus padres, de apellido Leclerc. Yendo al Gran Pr...