COMPLETA
Libro 1 de la trilogía F1 "Un Beso"
Años después de la muerte de Hervé Leclerc su familia se enfrenta a un nuevo reto cuando se enteran de que existe una hermana más, fuera del matrimonio de sus padres, de apellido Leclerc.
Yendo al Gran Pr...
¡Ay! Que hermoso día soleado. ¡¿Se oscureció!? AHHH
Cuidado, chocolate blanco. No quiero que te derritas
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Amélie Leclerc
Llevábamos viviendo pocas semanas en Mónaco y hoy es San Valentín. En Estados unidos estaba muy comercializado y terminé odiando la fecha. Pero este era mi primer San Valentín con Lando y si quería tener un lindo recuerdo con él.
Tenía planeado organizar un tipo pícnic en el jardín trasero de la casa, más que todo al bajar el terreno del jardín en la orilla del mar. Vamos a estar solos al ser una propiedad privada y eso era lo que más me gustaba.
A la vez era una manera de escapar de la tensión que se creó desde Dubai y ahora la nueva temporada de la fórmula uno que estaba próxima a comenzar.
Me desperté más temprano de lo usual y me dispuse a cocinar todo para el pícnic de desayuno. Ayer había comprado fresas bañadas en chocolate negro y blanco, y también una tabla de quesos. En estos momentos, estaba haciendo unos bagels y mimosas.
Era algo sencillo, pero con cariño.
La chica que nos ayudaba con las labores de la casa, Carmen, me ayudó a organizar todo en la arena, mientras yo me bañaba y arreglaba para ir a despertar a Lando.
Ya lista salí de mi estudio/closet y regresé a la habitación en donde no estaba en la cama.
— ¡Lando! — grité por los pasillos para encontrarlo.
Todavía no me acostumbraba por completo a lo grande que era la casa y a veces me perdía, pero ahora me urgía encontrarlo.
Busqué en su estudio y no estaba, recorrí las cocinas y comedores, pero tampoco. Hasta le pregunté a Carmen y ella tampoco lo había visto.
¿Y si se había ido ya a entrenar?
Decidí marcarle, pero me mandó a buzón.
No, pues, de por gusto.
Salí al mar para recoger todo.
Y ahí estaba.
Se había dado cuenta solo de mi sorpresa.
— Por fin te encuentro.
Me quite las sandalias para caminar en la arena y llegar hasta él.
— Carmen me ha dicho que vendrías aquí — habló mientras se metía una fresa a la boca.
Tenía el cabello despeinado y nada más llevaba sus shorts de pijama encima.
— Se suponía que era sorpresa.
Me senté a su lado en la manta y dejé un beso en sus labios.
— Me gusta todo, gracias cariño.
— Feliz San Valentín Landito — tomé la fresa que él comía de sus labios y la metí a mi boca para morderla.
