Lando Norris
Era mi último día en Miami. Bueno, no solo el mío, también el de Max y el de Ricciardo.
Los tres nos habíamos quedado en la ciudad por la única razón de las chicas a las que queríamos. Daniel parecía que le gustaba bastante Livvie, mientras que Max conoció a una chica en el hotel y se quedó embobado de ella.
Con mi mejor amigo habíamos decidido ir a jugar golf por última vez antes de regresar a la rutina. Llevamos a Monako para no dejarlo solito en casa y se la estaba pasando bastante bien, miraba como loco todas las pelotas que salían volando y a veces quería perseguirlas.
—¿Lograste resolver las cosas con Amélie? — la última vez que nos vimos fue cuando llegue a su hotel a emborracharme.
—Uff si— mis pensamientos se fueron al sexo de reconciliación que tuvimos y creo que Max lo capto, ya que se comenzó a matar de la risa.
—¡Que formas de arreglar las cosas! — ironizó Max — ¿Siguen siendo amigos con derechos o ya se pusieron de novios como debería de ser?
—No somos ni amigos con derechos, ni novios.
—¿Entonces que son?
—Vamos a comenzar a salir para en un futuro ser novios.
—Pero si se conocen un montón, se me hace que lo único que quieren es no ponerle un nombre formal a su situación.
Estaba a punto de lanzar la pelota cuando Max menciono aquello e hizo que me desconcentrará.
Podía ser que si fuera eso, pero lo cierto es que los dos no queríamos ponerle el nombre por miedo a repetir las mismas historias y el qué dirán.
Monako termino robándose mi pelota al darse cuando que no la iba a lanzar y se puso a correr en medio de todo el campo, pero cerca de nosotros. El cachorro tenía muchísimas energías e iba a extrañar bastante no verle seguido, al igual que a su madre.
Pasamos casi que todo el día en su resort, jugando golf hasta que oscureció y era tiempo de regresar a casa.
Max mencionó una fiesta para que finalmente saliéramos los tres juntos a parrandear como se debía de hacer y también como despedida por nuestro último día acá. Así que cuando llegué a casa con Monako y Max nos cambiamos para salir y a los minutos llegó Amélie del trabajo.
— Awww que bonita bola de pelos — saludó primero a nuestra nueva mascota y luego se acercó a mí también — ¡Hola guapos!
— Hola Amélie — la saludó Max.
Dejo un beso en mis labios. Tenía todavía su aliento sabor a menta, también olía a ese delicioso perfume que todavía no descifraba de que era, pero su aroma era perfecto.
— ¿A dónde van tan guapos? — preguntó interesada al ver nuestros atuendos.
— Vamos — la corregí — Nos han invitado a una fiesta, ¿quieres ir?
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Leclerc's | Fórmula 1 ▪️ Lando Norris |
FanfictionCOMPLETA Libro 1 de la trilogía F1 "Un Beso" Años después de la muerte de Hervé Leclerc su familia se enfrenta a un nuevo reto cuando se enteran de que existe una hermana más, fuera del matrimonio de sus padres, de apellido Leclerc. Yendo al Gran Pr...