(52) Depression

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Amélie Leclerc

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Amélie Leclerc

Había regresado a casa por algo inesperado.

Por suerte, ya se venía la navidad y año nuevo, así que Mercedes me dejó irme antes a Miami.

Monako había estado muy extraño las semanas que no he estado y mamá me suplicó que regresase para ver si así él volvía a la normalidad, pero no lo hizo.

Me encontraba en el veterinario luego de haber pasado toda la noche en vela por Monako, había estado vomitando y chillando casi que tres horas consecutivas hasta que decidí que era mejor llevarlo a que lo revisaran.

Jamás imaginé todo lo que podía sufrir un perro por la separación que tuve con Lando.

Le diagnosticaron a Monako depresión y todo por culpa de que el británico se había alejado de nosotros y el perro tenía un apego emocional con su dueño. Realmente no sabía qué hacer, me decían los doctores que su enfermedad ya era avanzada y era muy probable que se muriera pronto, yo me encontraba llorando a mares porque Monako me había salvado y también lo necesitaba en mi vida.

Mi madre se encontraba conmigo a pesar de que eran las cuatro de la mañana y ella debía trabajar al día siguiente, pero no era la persona que Monako necesitaba a su lado, él necesitaba a Lando y yo también necesitaba su apoyo en estos momentos.

Ahora todo tenía sentido, hace unas semanas mi bebé comenzó a desanimarse, a no querer salir a pasear por las mañanas porque prefería dormir, a ni siquiera levantarse cuando llegaba a casa y yo solo pensaba que estaba cansado, no pensé que fuera depresión y que apenas con ocho meses mi perro se pudiera morir.

—Debes llamarle— me insistió mi madre.

—Mami no puedo, él me tiene bloqueada por todos lados— le recordé.

Ella sabía que yo en serio quería a Lando, pero me lastimaría más si le hablaba.

Aunque estuviese intentándolo con George, con lo que paso en Abu Dhabi me era imposible negar que sentía algo por él y decidí mejor distanciarme con él. Por suerte él lo había comprendido, ya que yo no deseaba lastimarlo.

—Tú también lo tienes bloqueado— lo hizo presente —. Tiene derecho a saber que Monako se va a morir, busca la forma de contactarlo.

En ese momento el doctor entró y nos dejaron irnos finalmente a casa, pero con antes advertirnos lo que no quería que pasara— Les recomiendo darle los mejores días a Monako, no sabemos cuanto tiempo pueda vivir y si reaccione bien al tratamiento.

Salimos de la clínica cargando a mi perro en mis brazos, a pesar de que pesará bastante yo podía con él y en estos momentos no quería soltarlo. Llegamos al auto y lo dejé en la parte trasera mientras yo me subía al asiento de piloto y mi madre al de copiloto. Maneje a casa con la mirada nublada, pensando si era necesario que hablará con Lando.

Leclerc's | Fórmula 1 ▪️ Lando Norris |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora