Un gesto.

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Protagonista: Francisca.

Shippeo: Francisca x OC.

El santo de tauro no podía evitar ver a su compañera sin preguntarse cómo estará debajo de la mascara, tenía a veces la mil dubas sobre ella, debido a todas las formas en las que solía reaccionar ante lo que pasada como Santos peleando en una guerra

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El santo de tauro no podía evitar ver a su compañera sin preguntarse cómo estará debajo de la mascara, tenía a veces la mil dubas sobre ella, debido a todas las formas en las que solía reaccionar ante lo que pasada como Santos peleando en una guerra. En ese momento no dudo en atenderla, rasgando una parte de su capa que aun estada ilesa para acercarse y buscar limpiar la herida llena de Sangre en su brazo, ya que había usados su poderes muy cerca de un espectro buscando terminarlo. Captando su atención de forma rápida, trayéndola devuelta a su realidad.

- Gracias. - Le expreso, debajo de la máscara Zinerva estada sonriéndole al Tauro, terminando por poner su mano para limpiar la sangre de la herida. - Debemos volver al pueblo y asegurarnos que la gente este a salvo.

- Tienes razón, de paso tenemos que revisarte las heridas, Hakurei se va molestar al ver que destruirte tu armadura. - Le comento, haciéndola sonreír debajo de la máscara, aunque este era un hecho del que estada inconsciente.

- Puede ser, aunque Hakurei es un hombre muy pacifico con los otros. - Pasando sus manos por su pelo le comento, pasando por su lado para quitarse la armadura y dejarla en su Pandora Box, acto que continuo el toro, siguiendo su camino con Francisca detrás de ella.

En el camino su mente se volvió a perder, notando a su amiga, su compañera, y tal vez un poco más, pero eran cosas difíciles de saber para él ahora, pero no por eso no se preocupa por ella, o mejor dicho, por que pensara, porque se preocupada, aun si verla la clara estada seguro que tenía mucho en su cabeza, como reaccionada al ver a los demás, al tener que pelear, lo había visto, era una mujer con unos grandes sentimientos.

Suspiro, el camino lo sintió lento, hasta regresar al pueblo, donde no los dejaron irse hasta la mañana próxima, aceptando ser atendidos. Ninguno dijo nada en todo el trayecto, el rubio solo mirada cada tanto a su amiga. En el cuarto estaban solo los 2, Tauro pensó que tal vez pensaron que eran pareja, pues solo había una cama, detrás de él, ella estada buscando terminar revisar sus heridas y cambiarse la ropa, volteándose de forma sutil al toro, para notar que no la estada viendo, permitiéndose ella misma, despejar la armadura de su cara por unos centímetros, hasta arrepentirse.

El silencio entre los 2 era medianamente incomodo, cada uno perdido en sus pensamientos sobre el otro y en su propio mundo, hasta que Francisca hablo.

- A veces como hoy, te noto muy distante entre nuestras misiones, ¿Te pasa algo? - Se volteo, inclinándose, para apoyar su cuerpo en sus manos, volteando el rostro para ver a la chica a los ojos... O mejor dicho, a la máscara.

- Solo no puedo evitar pensar en lo que pasa, no tienes que preocuparte mucho. - le hizo saber, acercándose y sentándose a su lado, quedando casi de espalda con espalda. - Desde que tengo memoria he vivido en el santuario, a veces no puedo evitar reflexionar al ver a los civiles, o al pelear con los espectros.

- Te entiendo, ya que te conozco, sé que eres una mujer sensible. Aparte, creo que entiendo, yo empecé a ser santo luego de perder a mi familia.

- Creo que más en el santuario pasan por eso, de lo que les gustaría admitir.

- Tienes razón. - Le sonrió, moviéndose de forma lenta y pegando su cuerpo al de ella. - ¿Somos amigos no? Puedes hablar conmigo de lo quieras cuando pase eso, cualquiera dentro del santuario te entendería.

- Lo sé, pero son cosas que no me siento cómoda al expresar.

- ¿Crees que son pensamientos tontos o algo así? - Pregunto, la chica no respondió, creía que Francisca notada el cambio de su semblante entre las peleas. Esos sentimientos que solo se dejada expresar sola, ya que como Santa tenia que ser fuerte, renunciar a toda su femineidad, aunque sea algo que todas aun conservaban. - No tienes que sentirse así. - Intuyo que había acertando, prefiriendo cambiar de tema. -¿Quieres que duerma en el piso, o me vende los ojos? Solo tenemos una cama, y tampoco te quiero provocar una mala noche luego de esa pelea, la máscara ha de ser molesta al dormir.

- Es un gesto que agradezco, pero tampoco te dejaría a ti pasar una mala noche. Durmamos juntos. - El toro sonrió, aunque la chica no dudo en dejarle claro que solo aceptada por tenerle confianza, porque de otra forma, también le vendaría de brazos y piernas luego de un par de amenazas. 

Para la mañana siguiente, ninguno se vio cuenta en qué momento terminaron abrazados, dejándose descansar entre el cálido calor del otro. Siendo la primera en despertar ella, besando la frente del santo de Tauro en un dulce gesto, permitiéndose detallar su rostro sereno, en una expresión ligeramente infantil,  aunque tuviera los ojos vendados, antes de que este despertara. 

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Me Imagino a Francisca semi-desnudo, y se me viene a la mente, la frase, "Cara de Niña, cuerpo de deportista" Aplica para Shun y Regulus también. 

Tauro Gold Saint Zone (Libro #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora