Yo desde hace unas partes: "Ya fue mucha joteria, ya llego la hora de la heterosexualidad"
Ya, prometo que publicare yaoi pronto XD.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- Estúpido viejo... - Susurro, como odiada a ese viejo, más porque no se le quería despegar de encima queriendo que cumpla con tantas cosas que ya ni le importaban. Ya le había otorgado su armadura y no tenía que hablarse de más con ese señor, para quebrar huesos no necesitada estudiar o aprender lenguas, ya con en ingles tenia, solo porque según él tenía como 200 años y era poderoso, Ionia creía que le podía mandar. Harbinger no le temía, de hecho, le daba más ganas de desafiarlo, su poder había sido de gran magnitud al momento de tenerlo en frente por primera vez. Sin darse cuenta termino sonriendo con orgullo al imaginarlo retorcerse de agonía luego de su victoria, se sentía confiado y había aprendido muy bien a pelear con cosmos.
Para bien o para mal dentro de poco se largaría a criar mocosos.
Pero en fin. Mientas estada en sus pensamientos noto como una figura más curvilínea de lo esperada paso cerca de si, en su rostro había una máscara cosa que le llamo la atención, obviamente tenia pechos por lo cayó en cuanta que era una chica. Hecho que le intrigo. ¿Había mujeres entre el cargo? De ser así debían ser fuertes.
- Hey niña.
- ¿Me hablas a mí, novato?
- Si ¿Y? No estada enterado de mujeres entre el cargo de Santo.
- Soy Sonia de Avispón y líder entre las tropas de nuestro señor Marte, por eso debes tenerme respeto. - Amenazo, la ceja derecha del toro donde estada su cicatriz se torció, mirando directo a ella.
- ¿Enserio? Debes ser fuerte en ese caso. Pelea conmigo entonces. - En un acto que asqueo a la hija del dios Marts, el santo de tauro sonrió sumamente prepotente sacando la joya que tenia su armadura y poniéndosela, estirando sus músculos luego de eso. - Seré suave para no herirte de gravedad, ya que tengo la costumbre de romper huesos, pero tampoco será tan blando para no dar pelea.
- Por lo que veo tengo que enseñarte tu lugar. - Dentro de la mascara Sonia estada en varias emociones, duba, enojo e indignación era las primeras, sumado a un cansancio detonado del estrés de sus peleas. Las siguientes y ligado a esto ultimo, eran el claro instinto de darse a respetar como Saint, su padre confiada en ella para liberar sus tropas, y si un simple subordinado recién ascendido no era capaz de reconocerla, estaría en problemas con su padre cuando los 12 dorados se reúnan.
No podía dejar a Edén solo, tenia que ser fuerte sin quedarse a la sombra de otros para él y su padre.
- Puedes empezar. - No indico, obligo. Cosa que no le hizo mucha gracia al toro pero no desaprovecho. Agachándose y dejando su mano en la tierra genero un pequeño terremoto en el suelo donde estaban, siendo su sorpresa pero a la vez su satisfacción que la pelirosada lo logro editar, mostrando que era fuerte y ágil, creando 10 aguijones que le dieron por ambos costado mientras ella iba al frente en un pequeño golpe furtivo de golpes y patadas, haciendo retroceder, donde sus brazos estaban cruzados buscando defenderse.
- Que salvaje. Me agradas muchos. - Más que alago eso molesto a la chica, apretando los dientes con mucha ira debajo de la mascara.
- Infeliz. - Pateándole la cara contraataco, en menos de 10 minutos este hombre le estada bando muchas ganas de arrancarle el único ojo que le quedada.
Para la desgracia de la hija del dios Marts, vaya que le estada bando pelea. Cosa que la molestada en parte, pero a la vez le daba una ligera satisfacción. Lo primero porque si alguien lo notada destruiría toda la imagen que disciplina que tenia en todos enclenques, al ver que un novato (Si bien dorado) Seguía llevando poco con la armadura logro humillarla, cualquiera lo intentaría. Lo segundo, porque al menos su padre consiguió un buen guerrero que haría que su nombre sonara con temor, basado en sus palabras al inicio del combate, podría asegurar pocos de los hombres en su ejercito tenían ese lado tan sínico para torturar tanto a su oponente, no obstante este dio a entender que se estada conteniendo. La mujer maldijo mentalmente ya queriendo terminar con esta larga pelea, sea como sea, dejarse ganar no podía.
- Vaya, no esperada una chica tan linda con mascara. - La pelea termino cuando en un choque de sus ataques, el toro termino usando su "Shawod Horn" Mandándola contra el suelo, no notando cuando se levanto a atacar que la mascara había quedado quebrada.
- ¡Malnacido infeliz! - Al notar eso, Harbinger se le quedo viendo a la joven mujer totalmente desconcertado ante su rostro lleno de odio. Estada seguro que le había dado peores golpes para que se molestara por esto. - Espero sepas las consecuencias que corresponde este alto de deshonra.
- ¿Eh? ¿De que me hablas?
- Veo que no lo sabes... - Sus dientes rechinaron de ira, lanzándose a su ultimo ataque. No logro matarlo, pero si dejarle varias heridas, totalmente en el suelo. Parecía que su ira la hizo más fuerte.
- No te levantes. - Poniendo su piernas en un área entre su pecho y su cuello busco retenerlo. - Quítate la armadura. - Ordeno, aunque con la mirada que tenia Harbinger no sabia si acaso quería arrancarle una extremidad, tenia todo su peso encima haciéndosele dificil moverse, al quitársela tendría sus tacones de aguja en el cuello. - Obedece y se hombre para sufrir tu castigo; ver a una mujer sin mascara es sentencia de muerte dentro del Santuario.
- Aun puedo pelear, de no ser porque me agarraste por sorpresa la que estaría en el suelo eres tu. - Se defendió, mirando desafiante a la mujer mostrando lo que le quedada de voluntad.
- Eres solo un niño. Veo que apenas te han instruido bien como Santo que peleara por mi padre.
- Tu no te vez tan vieja, mami. - Termino con una patada en la cara pero poco se arrepintió.
- La armadura. - Una ultima vez expreso, al toro no le quedo más que obedecer, quedando a piel desnuda a cualquier ataque. - Voy a asumir que tu presencia aquí, en lo que se considera el territorio de mi madre, mi hermano y él mío, es porque la cabra vieja y asquerosa te trajo ante la presencia de mi padre para formalmente entregarte tu puesto como dorado. Solo por eso no te matare, eres valioso para mi padre, pero que te sirva de advertencia cuando me vuelvas a ver aquí. - Con una voz seria y fría quito su pierna, dándose media vuelta y yéndose, dejando al hombre más que satisfecho.
- Tendré mi revancha. - Pasándose la mano por el labio se dijo a si mismo. Estirando su cuerpo golpeado, quiso una buena oponente, al menos sabia que no todos los marcianos eran uno débiles.
Pasada menos de media hora se encontró con el viejo otra vez, estando obligado a decirle todo lo que paso debido a la cantidad de heridas que tenia. Llevándose una extraña sorpresa.
- Si que tienes mucha suerte, pero no sé si de la mala. Ver a una mujer sin mascara es equivalente a que ella te mate o te ame, pero nunca aliguen amar, aunque en cualquiera de los casos terminas muerto a manos de nuestro señor. Agradece que te dejo vivo con el tema olvidado.
Más que preocuparle esa confesión dejo al toro muy intrigado, e incluso interesado. Sonriendo de medio lado ante esa información, preocupando a la cabra por su mirada.
- Gracias, cuando tenga mi segundo Round tendré eso en mente.
- Llevare lirios a tu tumba. - Sin mucho en mente le dijo.