Spoiler: AU, época entre el siglo 17 y el 19 más o menos, en china.
Y como vieron. A la empresa china que hace los juegos de Saint Seiya se le ocurrió un Skin de Dohko convertido en un furro. El impulso de la idiotez fue más grande que yo. Esto lo tenía que hacer! Asi que, escribí lo primero que se me ocurrió. Si ven errores me dicen porque quedó largo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- Hasgard... - Ronroneo el castaño. El aludido estaba sujetando sus manos acariciando lentamente el dorso de estás. El pelaje de Dohko parecía erizarse, al igual que sus orejas moverse Inconsciente. Pasando sus manos por los hombros del mayor. Abrazándose fuertemente el uno al otro. - Claro que también te amo. - El albino fue directo al decirle eso. Que lo amaba, que quería quedarse con él, sin importarle los problemas que tendría.
Alzando sus rostros para besarse. El primer contacto fue simple, pero el resto fue un beso necesitado, abriendo las bocas para que sus lenguas sé conocieran. Dohko quería tener cuidado ya que su lengua tenía púas, pero die instintos de dejaban llevar. Envolviéndose en el cuerpo del hombre, más grande que el suyo.
Un hermoso tigre era lo que podía usar Hasgard para describir a Dohko. Enamorarse no solo de un hombre si no también de uno que era básicamente un tigre fue uno de los peores Shock en su vida, tardando mucho desde en barse cuenta hasta aceptarlo en toda regla. Y no podía decir que se arrepintiera del todo ahora que lo estaba besando.
Un simple encuentro accidental fue lo que lo llevo a encontrarse con esa misteriosa figura, un hombre de baja estatura con todo su cuerpo cubierto de Pelo, cols y orejas, un tigre con forma humana en otras palabras. Ese recuerdo sin duda marco un antes y un después en su vida, por el asombro cuando lo vio por primera vez no pudo despegar sus ojos de él, no sabía ni lo que estába viendo. Quedó hipnotizado por descubrir algo tan único, tan diferente y a la vez bizarro por primera vez.
Ambos eran guerreros, por lo que, Dohko no tardó en amenazarlo para que se fuera. Pero aunque en primer momento quiso obedecer, Hasgard no se iba a quedar con las dudas que tenía.
- De mi especie son el único que aquí habita. De eso puedes estar seguro. - Fue lo que le dijo. Ese prado era conocido por leyendas acerca de misterios y ya veía el porque.
Hasgard obedeció, pero no se quedó de brazos cruzados. Ya que a las próximas semanas volvió a ese mismo punto a buscarlo, consumido por la curiosidad. La parte racional de su mente le quería convencer de que todo fue un producto de su mente por lo descabellado del asunto. No obstante eso era imposible. Tenía ese deseo de conocer lo nuevo del asunto.
- Te estada buscando. - Tardó, pero lo volvió a encontrar. El hombre tigre claramente no estaba muy complacido, mientras el albino le sonreía. Ofreciéndole licor. - Vengo en son de paz, no diré nada a nadie de esto. Solo quiero saber. - Declaró. El tigre no supo que decir, así que reacio acepto responderle las preguntas al hombre. Tuvieron todo ese día para los 2 solos.