Longevidad.

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Protagonista: Harbinger.

Shippeo: Kiki x Harbinger.

Spoiler: Miedo a la perdida. 

Seguramente ahora Harbinger lo odiaría, y no era para menos, pasando por alto que Habinger seguía siendo un poco inmaduro, también agresivo o infantil estaba buscando adaptarse de forma madura desde hace 3 años que era patriarca

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Seguramente ahora Harbinger lo odiaría, y no era para menos, pasando por alto que Habinger seguía siendo un poco inmaduro, también agresivo o infantil estaba buscando adaptarse de forma madura desde hace 3 años que era patriarca. También fue maduro al decirle sus sentimientos, pero él no le dio ninguna razón válida del porque lo rechazaba. Solo le dijo lo más genérico que había "no podía"

Y le molestaba porque en parte Harbinger tenía razón para ponerse indignado. Ninguno estaba comprometido, y por más de toda la larga lista de obligaciones que como santos tenían, nada de eso decía explícitamente que no podían tener relaciones amorosas o en su defecto meramente sexuales.

Se lo estaba diciendo él propio patriarca para terminar de rematar. No por nada se tuvo que aprender muchas reglas del santuario de memoria.

¿Y el? Solo escapó a Jamir. Destruyendo con eso todo rastro de la imagen de madurez y fuerza que seguramente Harbinger tenía de él. Había escapado, lo aceptaba. Pues no de niño cometió tan alto de cobardía, si lo pensada tal vez era porque sus propios sentimientos no estaban involucrados, aunque a su vez sentía eso como solo una excusa.

Sujetando el cristal en su mano Kiki se preguntaba cómo vivieron esos sentimientos Mu y Shion.

La razón del porque lo rechazó fue porque el era un Muviano, su raza vivía por encima de los humanos. Podían vivir siglos básicamente. Haciéndolos las mejores fuentes de información en el santuario, pues junto con las armaduras ellos eran quienes más se encargaban de recopilar lo más que se pudiera, antes de que la muerte y la guerra eliminaran mucha información.

A su corta edad el ciclo de su vida era algo que no le importaba, ni siquiera pensada mejor dicho. Solo se enteró de su longevidad cuando habían pasado las guerras que Seiya, Shun, Shiryu, Hyoga y Ikki batallaron, escuchar de la larga viva de Shion en 200 años le dejo curiosidad sobre el tema. ¿Como un hombre podía vivir tanto? Pensaba su joven mente.

Y allí fue donde le admitió sobre ese tema por primera vez. Más nunca le llegó a preguntar sobre sus sentimientos afectivos en torno a otra persona.  Ni siquiera sabía si en verdad había elegido amar a otro Santo más haya de la hermandad y el respeto.

A sus jóvenes ojos su maestro Mu siempre fue igual de allegado a Aioria, Shaka y Aldebarán. No podía definir actualmente si con alguno tuvo una mejor relación que con el otro.

Y eso le molestaba, porque quería los concejos de su maestro una vez más. No como Santo, si no más cercanos a una relación padre e hijo. Quería saber qué le diría Mu.

Perder a su maestro a temprana edad no era lindo. Fue desastroso quedarse solo desde tan pequeño, solo teniendo a Shaina para consolarlo.

Genbu fue otro amigo de la infancia que tuvo y que perdió amargamente. Nunca tuvo el tiempo de despedirse de él, o siquiera conversar tranquilamente. El seguro le diría que no tenía caso llorar, pues era su vida como la eligieron, solo deseaba que lo recordará cómo su amigo y con respeto mutuo.

Genbu no se sentía digno de ser santo por más que siempre demostrará lo contrario, dar su vida por Athena parecía su ideal perfecto para morir.

Y así lo hizo.

Kiki no sabía que era peor caso. Ver morir a la gente que amaba de forma lenta por el paso del tiempo hasta quedarse solo, o ver morir a sus allegados de forma rápida por la batalla.

En ambos casos. Solo se mantenía serio por fuera, y sintiendo un dolor amargo en todo el pecho que no era capaz de expresar. Pues tenían que consientes y maduros en su situación.

Kiki se negada a creer que enserio siempre se tomaban tan a la ligera la muerte de quién es más cercano a una familia. El no era capaz, por más que estuviera relativamente acostumbrado.

Y bueno. No podía tener a su maestro, pero al menos el si  podía instruir en ese tema a Raki. Esperada que Harbinger no se molestará con él cuando regrese.

Pasaron cerca de 2 semanas y para su sorpresa, Harbinger se presentó en la torre de Jamir para ir a buscarlo. En el santuario llamo mucho la atención que sin ningún tipo de noticia o explicación haya optado por desaparecer, aunque era obvio en dónde estaría. Habinger pensó barle un tiempo para pensar, pues sintió que era su culpa. Quería arreglar ese posible malentendido entre los 2, por eso fue a Jamir, para hablar sin alguna interrupción. Primero explicando la situación.

- Ahh... - Suspiro. - Lamento que haya causado tanta conmoción, solo me tomo por sorpresa y tenía que pensar en unas cosas.

-  Por la forma tan abrupta que reaccionaste me sentí algo ofendido a decir verdad. ¿Tan mala opción soy para escapar así?  - Quiso bromear pues no quería arruinar el momento tranquilo que logro tener. -

- No. Tenías razón, nunca te dije del porque no quería. Que, se puede resumir en egoísmo. - Harbinger arqueo una ceja. Pues le pareció una extraña respuesta. Prosiguiendo Kiki a explicarle su longevidad cómo Muviano.

- Vaya. Nunca espere escuchar eso. - Por una parte tampoco tenía que sorprenderse mucho pues sabía que había visto cosas igual de comúnmente raras. - Por un lado lo entiendo, por el otro ¿Y el problema? Si vas a vivir por siglos, por lo menos te puedo prometer una relación tan memorable que me verás en tus sueños por décadas. - Kiki solo asestó a reír.

Mayor prueba de ego y confianza no llego a ver en años. Pero por sobre eso, le pareció tierna esa declaración.

- ¿Enserio estás tan seguro de querer amarme? Asegurar eso es un poco extremista.

- Pues, así me críe, y así amare. - Declaró. - Me refiero a que, no quiero sonar tan cursi pero fuiste mi primer amigo. De cierta forma eres quien más conozco y con el que SE que quiero una relación. Si voy a morir primero que tú no te dejare olvidarme.

- Eso es tierno para ser tu. - Tuvo que decir. No podía negar lo enternecido que le dejo esa declaración, tomando un paso atrevido y abrazando al toro. Siendo correspondido rápido y dejando sus preocupaciones de un lado, besándolo para aceptar sus sentimientos tragándose sus miedos.

Tauro Gold Saint Zone (Libro #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora