Spoiler: Intento de narrativa influenciado por la poesía.
Si, estoy consciente que si bien Cenicienta existe desde hace décadas, tampoco fue escrito hace como 400 años. Sólo lo uso como metáfora sin mencionarla de forma explícita.
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Los cuerpos de las personas alrededor del Santuario eran normalmente que estuvieran manchados con todo tipo de suciedad: Sangre, tierra, arena e inclusive cenizas en muchos casos. Era bastante normal que la explosión de sus cosmos chocando genere ese efecto con mucha facilidad.
— La doncella de las Cenizas. — Comentó el toro, la mujer habia creado una fuerte pared de fuego en medio de un entrenamiento, una técnica defensiva que buscaba mejorar. Brasas ardientes salían volando por todo el escenario.
Aveces Zinerva era llamada la doncella de las Cenizas, desde que su cosmos despertó en ella era capaz de usar fuego, su cuerpo y más que nada armadura luego del combate estaba manchada por esta imperfección. Los residuos de las llamas manchando su esencia. La Saint de Plata lograda usarlas Bastante a su favor cuando era necesario, pero no era suficiente, era una simple Santo de plata.
Atravez de la máscara rota su rostro estaba serio, bastante neutral incluso. El toro asintio, logrando ver muy disimuladamente atravez de las llamas si rostro esperando por él.
Extendiendo el brazo uso su Greath Horn, abriendo el suelo a su paso, avivando lás cenizas del fuego que se consumía tras su ataque. La voluntad de la mujer no parecía ceder, cuando se dió cuenta su mano extendida se apretó, coloreando las llamas de un fuerte color azul, aumentando el calor qué se percidia al rededor.
— Eso era lo que buscada. — Pensó Francisca. Sentía el cosmos en esa pared muy fuerte. — Esa es mi chica. — Susurro. Apoyo la mano en el suelo, cogió impulso con su pierna, saltando en una fuerte embestida contra la pared creada por la Saint, su cuerpo se rodeo de su propio cosmos generando la figura de un Toro dorado.
Sage, que en ese momento se encontraba presenciando se levantó de su haciento. Francisca si bien salió ileso, la pared de fuego y cenizas no, desapareciendo en todo el ambiente. El santo de cáncer se acercó a los 2, Tauro estaba en el piso apoyado de manos y piernas tras lo hecho, la armadura que lo cubría desprendía humo, mientras la Saint de Plata aún no cabía en su sorpresa por lo hecho.
— Su cosmos se ha fortalecido bastante. — La chica ayudaba al toro a levantarse. Revisando bajo su armadura alguna herida. — Las llamas azules tienen mayor combustión que las rojas, el fuego generalmente se ha usado como método de purificación. El generado por tu Cosmos alcanzó bastante.
— Casi un séptimo sentido. Estabas muy concentrada. — La nombrada Inconsciente alzó las manos a la altura de su vista sin creerse lo dicho por el rubio.
Manos manchadas de cenizas por culpa de su entrenamiento. Ella a veces toma las cenizas que generan su cosmos como un imperfeccion a mejorar.
— Gracias por tus palabras, Sage, Fran. Aunque fue un simple entrenamiento, no me esperaba eso.
— Nuestros Cosmos siempre están mejorando no importa el rango. — Francisca comentó. Entendía ese sentimiento de negación que tenían muchos Santos de plata o bronce, cuando nunca fue un estado limitado a los dorados. — ¿Por qué no vienes a mi templo? — Francisca comentó. — ¿Nos viene ascesearnos no crees? — Ella asintio. El toro se quitó y guardo la armadura, siendo imitado por Zinerva pero con la diferencia que ella la dejo a manos de Sage. Aunque más bien, era a manos de su hermano, con la idea de poder mejorarla.
Gaterguard nunca disimulada sus expresiones indiferentes por las intromisiones de la doncella a los templos, por más que Francisca siempre le decía que si la ley la obligada a amarlo, el estaba en su derecho de querer que ella le acompañe. Dejando eso de lado, a la mente del toro llegó un rápido recuerdo.
— Por cierto. Te conseguí algo hace pocos días. — Galante el toro informo. Apenas enteraron al templo de Tauro, dejándose guiar la doncella por el templo de su pareja, aunque conocía el camino a su cuarto. — Recuerdo que hace unos pocos meses que nos invitaron a un festival en el pueblo, amaste la celebración. Y te conozco. — Con esa insinuacion, la mujer parecía sonrojarse de creer que el toro fue capaz de hacer algo como eso.
Conseguirle un hermoso vestido y unos tacones blancos.
— Aunque es un hecho que no los usaremos mucho, pensé que te gustaría al menos tener uno.
— Muchas gracias. — Dejando las máscara de lado le sonrió a su pareja. Siendo acompañada por él, a limpiar todo rastro de mugre y Cenizas de sus cuerpos.
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Apesar dé que me terminó yendo un poco por las ramas en el tema, únicamente de las cenizas, me sorprende el parecido que le termine encontrando a Zinerva con Cenicienta.
Ambas obligadas a realizar cierta acción. Ambas deseando aunque sea solo un día de libertad. Y me resulta increíble la coincidencia que ella tenga cosmos de fuego.
Seguramente le dejé el apodo de doncella de las cenizas. Y sin darme cuenta, cubrí fácilmente lo que sería el primer día del RareShip Week que empezó hoy.