Spoiler: Menos de 1000 palabras. Mayor punto de vista de Asmita.
Vi un post en Twitter mostrando fragmentos de la disculpa de Hasgard frente a la cloth de Virgo, y me vieron unas malditas ganas de escribir a ellos 2, de amantes. Y si bien tengo anotadas 2 ideas para ellos 2, son de como pudiera darse su relación, y yo tengo ganas de escribirlos casi como esposos.
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Los ronquidos del gran toro dorado eran suaves alrededor de la habitación, desnudo boca abajo abrazando la cintura de Asmita teniendo su cabeza posicionada sobre sus piernas mientras dormía, Asmita, aún despierto acariciaba en ancho grosor de su espalda. Su mano era capaz de sentir como los músculos del albino se habían marcado contrayéndose hasta relajarse con el paso de su tacto, y si su vista fuera funcional seguro cada línea marcada en su espalda sería visible para el aún en la casi total oscuridad, músculos difíciles de replicar producto de tanto esfuerzo físico como Santo, y puede que un poco de suerte genética.
Algo que el mismo podía decir que era capaz de comprobar tras haber sentido más de una vez.
La mano de Asmita desprendia un ligero cosmos mientras trazada su piel, escuchándolo suspirar y gemir ligeramente, velando por el sueño de su toro. Quería relajarlo y parecía que era capaz de conseguirlo. Sabía por boca de Regulus que Hasgard ha estado sobre forzándose cubriendo como Santo de Tauro y luego yendo al pueblo por varias horas, pero aunque sea poca la información que Regulus podía ofrecerle acerca de éso ya que era un simple niño al cual su pareja no involucraría en alguna responsabilidad personal, el santo de Leo si estada consiente de la razón del esfuerzo del toro: Hasgard ha estado ayudando en un orfanato, a su vez de ha varias personas afectadas por este conflicto entre dioses.
Asmita en su momento le agradeció a Regulus pidiéndole que no se preocupara. Luego de eso, Sisifo fue quien le ofreció la confirmación.
Pasando esto esa misma tarde. Varias facetas que tenía el toro le parecían bastante interesantes a Asmita, no sería el nombre más complejo pero si el más tierno a su manera. Viniéndosele a la mente la idea de querer complacerlo un poquito.
Razón por la que se encontraban como estaban ahora, ambos desnudos tras haberse acostado sexualmente, acostados en la cama de Asmita. Era de paso la primera vez que lo hacían en su templo, nunca Asmita se percató de lo pequeña que era su cama para más de 1 persona. Un hombre de 2 metros ya era suficiente, entendiendo porque Hasgard había sugerido hacerlo de pie, cargando su cuerpo a la altura de su cintura para penetrarlo, normalmente era Asmita quien bajada a Tauro, luego de esta experiencia seguramente seguiría haciéndolo, bajando para usar su cama que no solo era más grande si también era más cómoda para dejarse llevar como si el tiempo no importará.
La primera vez que subió por los templos del zodiaco al ser nombrado santo de Virgo, Hasgard ya estaba allí, parado firme como Santo de la constelación de Tauro. Hasgard lo miraba sonriente a la par que saludo como su nuevo compañero, Asmita le devolvió el saludo, sonriendo sutil para seguir por su camino. Un primer encuentro bastante normal en lo que cabía dónde Asmita le llamo ligeramente la atención al toro, en cierta parte porque estaba curioso del tipo de hombres que tendría de compañeros consciente del hecho que todos tendrían ideologías diferentes en el cargo, por otra parte lo suficiente para generar aunque en su momento muy ligero interés, actualmente era su amor por él
Bostezo. Asmita se movió para dejar al toro con la cabeza en la almohada, analizando la situación por un momento. Hasgard prácticamente le había quitado su cama. Sin perder la sonrisa complacida en su rostro, acaricio el costado del toro, logrando moverlo con la intención de acostarse sobre su cuerpo a modo de una segunda cama hecha para él, disfrutando por un momento que su cuerpo sea bastante más delgado en su gusto por los hombres grandes.
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- ¿La pasaste bien anoche? - Tomándose un Té Asmita pregunto. Sentado en su mesa mientras Hasgard cocinaba lo necesario para él, aunque en la alacena de Virgo no haya mucho por la dieta que su guardián mantenía. - Quería complacerte un rato.
- Pues... Diré que la pasé bien. - Le sonrió. - ¿Complacerme? ¿A qué se debe eso?
- Me enteré de lo que haces en el pueblo. No tienes que disculparte por no decirme nada, puedo ser celoso pero sabes que no me opongo a cualquier responsabilidad que desees tener fuera del santuario.
- Ya veo. Me sorprende que tu idea de "Complacerme" sea ofreciéndome un buen sexo. Eso no me lo esperaría del "Santo más cercano a un dios" - Mofo, dejando de lado lo que estaba cocinando para acercarse a Asmita, apoyando su mano en la mesa y la otra en la silla donde estaba Asmita, besándolo. - ¿Buda no era diferente a Zeus?
- En efecto querido. Pero yo no soy ninguno de los 2. - Pasando su mano por el cuello del toro lo volvió a besar. - Aunque te conozco como para decir que no eres de los que cansan rápido, quise "ayudarte" a mi manera. - Coqueto. Esa sonrisa orgullosamente picara era suficiente para prender al toro, reaccionando lamiéndose los labios.
- Gracias entonces. Y bueno, ¿Te gustaría acompañarme entonces? ¿O prefieres dejarme a los niños a mi?
- Eso suena como si fuéramos a ser padres.
- Sin ofender. Pero de tener hijos los 2, los tendría muy alejados de tus cosas Budistas. - El rubio rio. No importa que ya Hasgard confiara en el, y que lo amara su visión del Budismo no habla cambiado mucho, aunque tenían un equilibrio entre esas diferencias culturales aún les faltaba cierto camino. Con un último beso cada uno volvió a su lugar antes de separarse por unas horas. Asmita consideraría acompañarlo, aunque, sentía que no era del todo su jurisdicción. Al toro se le daba más congeniar que a él.