Reluciente calma.

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Protagonista: Francisca.

Shippeo: Francisca x OC.

Ya empecé a tomar más en cuenta a Fran pero ya deje olvidado a OX XD

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No hace poco que ambos Santo habían tornado una relación más haya del respeto y mucho más cercana que una simple amistad. Era casi un secreto entre los 2 debido a que muy pocos estaban enterados que la Saint de Zorro había de cierta forma usado la ley a su favor queriendo amar como mujer y persona al santo de tauro. 

Francisca estaba en ese momento junto a ella, en sus misiones generalmente el Santo de Tauro buscada quedarse cerca de ella para apoyarla, cosa que Sage como nuevo patriarca le permitía sin alguna objeción. 

Los 2 estaban lejos del Santuario buscando derrotar a un pequeño cumulo de espectros que ya habían acabo con la vida de una pequeña aldea buscando desesperadamente rastros de su dios, sabían que el cuerpo de hades ya había reencarnado, aunque se tratara solo de un simple niño aun. 

Rodeando a los espectros con su fuego la mujer Saint busco tomarlos por sorpresa debido a que ninguno  de los espectros se había percatado de su presencia aun, en su plan ambos buscaban terminar usando eso a su favor. Aunque en la realidad fue lastima que no duro mucho, apenas eso paso la batalla entre ellos dio inicio.

Ya en combate conocían las habilidades del otro de forma que podían cubrirse  de la forma que sea necesaria, hacían buen equipo ya  a estas alturas. 

- ¿Zinerva?  - Cuando se vio cuenta la mujer se había separado de él. Ambos habían terminado con varias heridas que en ese momento estaban sangrando por lo tanto rápidamente asumió que fue a buscar agua para limpiar las heridas y sanarse. 

Apenas dijo su nombre, la mujer Saint se quito la mascara volteando el rostro hacia donde el estaba parado, solo basto que haga  un simple gesto para que él Santo de Tauro volviera a respirar tranquilo, recobrando la sonrisa en el rostro, quedando junto a ella en pocas zancadas, entrelazando los dedos de su mano con los de ella. 

- Creo que vi un camino al mar.  ¿Vamos? Creo que...  - No termino de hablar, ligeramente sonrojado, nunca habían estados solos en un ambiente así. Pero sin problemas ella acepto.  

Mirando por el rabillo del ojo a su pareja, el Santo de Tauro se había separado por unos cortos metros de ella, ninguno de los 2 llevada algún rostro de sus armaduras solo dejando que su piel tocara el agua, era un ambiente calmado comparado con la pelea que acaban de librar sin prestar atención como el agua limpiada y se llevada consigo todos los rastros de tierra y sangre que había sobre ellos. 

Para Zinerva, el ambiente le recordada a los pocos libros románticos que llego a leer, donde las doncellas usando solo un vestido se encontraban con sus amantes y seres queridos en un ambiente calmo luego de tantos tramos que pasaron en toda la trama que el autor les dispuso, haciendo más reconfortante su encuentro y satisfactorio a la vez. 

Así sentía su vida.  Como un cuento en papel que una persona inocente del mundo en el que vivía leería con emoción,  pero ella no soñada con eso, solo con la idea de ponerse un vestido, tal vez unos tacones y encontrarse con el hombre del que estaba enamorada. Volteando su mirada a Francisca con ese pensamiento, dejando que el aire marino moviera sus cabellos al impactar con su rostro, sonriendo apenada.

Como agradecía que el santo de Tauro haya llegado a su vida como lo estada en la actualidad. Porque le hacia sentir como humana. 

- Estas sonriendo mucho. - Como se veía, el santo de Tauro había notado la mirada enamorada de su novia sobre él, regresando junto a ella con una concha marina y una caracola en sus manos. Devolviéndole el gesto.  - ¿En que piensas?

- Digamos que en un final feliz. - Sonriendo con un poco de picardía le dijo, cruzando sus brazos detrás de su espalda con la vista al mar que se expandía frente de ellos. 

- ¿Te refieres a un vida juntos? ¿Ya retirados del cargo de Athena? - Lentamente se acerco, rodeando su cintura con su brazo. - Es muy bonito este ambiente, ¿No crees? 

- Es hermoso. - Claramente estaría de acuerdo. - Quisiera verlo a la luna llena, con la hermosa luna reflejada en la superficie del mar. 

- ¿Es una insinuación? Creo que puedo cumplirlo. - Apoyando su cabeza en su hombre le afirmo. Dejando uno de los objetos que tenia en la mano y sujetando el otro, donde procedió a abrirlo  notando que había tenido suerte, sacando una perla de un tamaño suficiente para servir el joyería. 

Claramente, se lo regaría a Zinerva cuando regresen al santuario, solo que necesitaría la ayuda de Sage. 

- No es necesario. - Hizo saber. El toro asintió a sus palabras, guardando la perla y ofreciéndole una de sus manos a la chica para dirigirse a la orilla. Querían quedarse un poco más de tiempo junto antes de volver, donde una reluciente calma inundaba todos sus sentidos. Olvidándose unos minutos de los espectros que acaban de matar y reconfortándose como la pareja que eran. 

Si la suerte estaba de su lado, Francisca le pediría matrimonio a la dama junto a él. Eso era algo que estaba decido. Solo esperada que el destino no fuera tan miserable con los 2. 

Tauro Gold Saint Zone (Libro #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora