El primero.

49 7 5
                                    

Protagonista: Harbinger.

Shippeo: Harbinger x Seiya.

Estuve toda la tarde buscando organizar mi lista de ideas y avanzar lo más que pueda para este libro, me tarde pero logre sacar este. La verdad tras lo que paso la semana pasaba abecés me siento incomodo con este libro porque de una u otra forma todo se vio por este. Pero bueno, un mal trago no me hará abandonarlo tan fácil. 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Al mover la mirada al hombre a su lado, el joven patriarca arqueo las cejas al notar la expresión en el rostro de Seiya. Boca abajo, casi parecía dormido, pero sonriendo de una forma que a Harbinger le aparecía apagada e incluso nostálgica. Un sentimiento que de cierta forma, llego a conocer más de una vez.

- Hey, ¿Seiya? - Pasando su mano por su piernas hasta acabar en su espalda le llamo, queriendo parecer lo más seductor posible para llamar su atención. - ¿En qué piensas? Te noto medio perdido.

- En nada, solo en el pasado. - Levanto la cabeza para apoyarla en sus manos les respondió. Levantando un poco el semblante, detallando a su amante que no parecía conforme con la respuesta.

- ¿Seguro? - Seiya asintió, Harbinger se quedo pensando recordando ciertas palabras que escucho de parte de Kiki cuando le hizo saber su relación con el caballero de sagitario. - Hablando de eso, ¿Es verdad que Ikki, Shiryu, Shun y Hyoga son tus hermanos? - Riendo entre dientes Seiya contesto. Trayéndole recuerdos esa pregunta.

- De cierta forma, todos somos huérfanos que terminamos en el camino de Athena, tal vez porque era nuestro destino de nacimiento, o solo por suerte, la verdad no me importa ya mucho. - Se encogió de hombros dejándose caer sobre la cama enteramente. Cuando volvió su vista a Harbinger este estada sentando sobre la cama, sin nada que lo cubriera como lo había dejado. - Les tengo mucho aprecio porque han sido mis compañeros de armas desde hace años. Aunque luego de que Marte atacara nos distanciamos mucho como notaras.

- ¿Los extrañas?

- Un poco. Es un poco raro acostumbrarme a la idea que ya todos tenemos un camino separado. - Entendió a que se refería, Marte lo había dejado encerrado por décadas donde sus amigos estuvieron libres haciendo sus vidas lejos del santuario y de Marte.

- Pero Shiryu sigue aquí. - Recordó. Seiya parecía sonreír cuando dijo eso. - Te noto muy feliz. - Le hizo saber.

- Shiryu de todos los chicos fue mi mejor amigo, el que más cerca estuvo de mi persona y el que más me apoyo. - Le hizo saber a su pareja, volteando la cabeza para verlo a los ojos. - Luego de él estaría Shun como mi mayor amigo de entre los 5, a diferencia de Ikki que siempre fue distante, o Hyoga que... Bueno... No sé qué decir entre nosotros 2. Aun con eso los quiero a los 4, son como mi familia luego de mi hermana.

- Entonces tienes suerte. - Sonrió, ensanchando los labios. Ya hubiera querido él esa suerte. - Hace un rato estabas feliz con Shiryu ¿Tuvieron algo?

- No. Shiryu es solo mi amigo y aprecio que este aquí, no sé cómo ponerlo en palabras pero de cierta forma me hace sentir cómodo tener una cara conocida y de mi confianza aparte de Saori.

- Su esposa no dirá lo mismo. - Seiya rio, pero con culpa. Eso es algo que nunca considero, ahora se sentía un poco mal por Shunrei y por sigo mismo. Tenía que admitir que nunca pensó en ella, y aunque no fuera consciente, muchas veces Shiryu la dejo solo por ayudarlo. - Por como hablas de él pensé que fueron novios.

- ¿Te digo la verdad? Tú eres mi primer amante. Nunca me vi tiempo para tener la idea de una pareja.

- ¿Me estas jodiendo? - Aun que le faltara un ojo se notada hasta a 10 metros de distancia su expresión de incredulidad y sorpresa por esa declaración. No sabía si reír o que reacción adoptar, era algo que nunca se le paso por la mente debido a lo experimentado que parecía en todo lo que ha durado su vida sexual.

- No, eres el único hombre, o mejor dicho, la única persona que he besado o tocado. - Declaro. Parecía que el toro necesitaría uno momento para asimilar esa información. La cara que tenia no tenia precio, Seiya quería reír, hasta que reacciono.

- ¿Al menos si soy un bueno novio? Nunca me has dicho que me amas. - No mentía, a diferencia de lo que uno pensara en primer momento, es Seiya quien nunca ha dicho alguna declaración sobre sus sentimientos, a diferencia del toro que era más descarado al coquetear, fue este quien busco declarársele a Seiya, dejando claro lo que quería desde el primer momento que supo lo que quería con Seiya.

- Si, pero te quiero solo por sexo. - Mintió, sonriendo burlón para el peli-morado, y este lo noto.

- Con que esas ¿Eh? - Dicho esto, en menos de unos segundos aprovecho que Seiya estaba estada boca abajo para ponerse sobre él, apoyando los brazos a cada lado para apoyarse, dejando caer sus labios en dirección a su oreja. - ¿Puedo hacerte cambiar de Opinión? - Seductoramente pregunto, pero el sagitario no respondió, más bien incentivo al toro para que siguiera.

- ¿Qué planeas? - Como respuesta Harbinger empezó a besar detrás de su oreja lentamente, disfrutando los lentos gemidos que Seiya le ofrecía con una sonrisa en los labios. El sabía como complacerlo de varias maneras. Pasados los minutos movió sus brazos por debajo del cuerpo de Seiya, acercándolo posesivamente, moviendo sus labios a su cuello. Como era mucho más alto y fornido que Seiya, era una acción que lo dejada inmóvil y a merced de él.

- Harb... - Cuando estada por hablar, el patriarca le tapo la boca, besando su mejilla dulcemente.

- Si vas a decir que me amas no quiero que sea porque te reclame. - Dijo, buscando poner distancia ya que quería ver a Seiya a la cara.

- No iba a decir eso. - Pasando sus manos por el cuello del toro. - Pero... Ya estoy excitado, te haces cargo.

- Con gusto. Igual sé que me adoras. - Declaro, sujetando ambos lados del rostro del castaño para terminar besando a Seiya profundamente. - Ahora que sé que solo yo he tenido el privilegiado de tener al santo legendario como lo tengo ahora, no lo soltare. - Ese fue su juramento.

Seiya sonrió ante eso, entregándose ante los brazos del patriarca del santuario. Era una idea que no le desagradaba en lo más mínimo. Harbinger siempre fue más de acciones con él, quería hacer lo mismo, porque aunque no sabía que palabras decirle para hacerlo saber, se sentía complacido y feliz teniéndolo como su primer novio, por más que le llegara tarde la oportunidad de tener uno.

- Quiero ver que cumplas eso. - El toro lo tomo como un reto.

Tauro Gold Saint Zone (Libro #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora