Capitulo 19.

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Capitulo 19.

*POV Camila.*

Tomé mi celular y volví a marcar su numero, pero este aún continuaba apagado.
Mandé otro mensaje, completamente arrepentida de lo que le había dicho hace unas horas, me sentía muy mal y tan estúpida.

-"Lauren, por favor, contéstame."

Dejé el celular sobre la cama y me senté en el suelo, recargando mi espalda contra la cama.
Gruñí por la frustración, sabiendo que mi mensaje no sería contestado ni ahora, ni en unas horas más, así que tomé una decisión apresurada y salí de casa, subiéndome a mi auto con dirección a la casa de Lauren. No pensaba en nada, solo quería pedirle disculpas y besarla hasta cansarme.

Lauren había estado todo el día con las chicas, y cuando veía la oportunidad de hablarle ella me ignoraba por completo.
No sabía qué hacer, porque la desesperación de no recibir siquiera una mirada de su parte me destruía. Y para empeorarlo ella se veía muy triste, y sus ojos estaban algo rojos, al igual que sus mejillas.

Aparqué mi auto, y me bajé rápidamente. Solo quería verla de una vez por todas.
Toqué la puerta tres veces, esperando que abrieran y poder ver esos ojos de los que estaba perdidamente enamorada, pero el que me abrió la puerta fue su abuelo, quien me abrazó y me hizo pasar.

-Hm.. yo.. ¿Lauren está en casa?.

Abuelo: No. -dijo sentándose en el sofá.- Está en el trabajo, pero puedes quedarte a esperarla. Llega en veinte minutos.

-Por supuesto, gracias.

Abuelo: Vas a ser mi compañera para las damas.

Sonreí cuando él apuntó el tablero de damas.
A penas habíamos comenzado a jugar, y una fuerte lluvia apareció, produciendo un fuerte ruido. Luego comenzaron los truenos, que iluminaban toda la sala en su presencia.

Minutos después, llenos de angustia por cierto al no saber nada de Lauren, la puerta principal se abrió.
Mi corazón dio un vuelco al verla por fin. Estaba toda mojada, su cabello goteaba, igual que su ropa.
Me levanté del sofá y la miré. Temblaba sin control, y las ganas de abrazarla era enormes, pero no tuve la oportunidad de hacerlo ya que ella se acercó a su abuelo, pero con la mirada sobre mi.

-Hola.

Lauren: Ho.. hola. -desvió su mirada y se enfocó en su abuelo.- ¿Abuelo, tomaste tus.. tus medicamentos?.

Abuelo: No.

Lauren asintió y se perdió en una de las habitaciones, volviendo con los medicamentos y por lo que noté, unas cartas.

Abuelo: ¿Cómo te fue en el trabajo?.

Le preguntó mientras tomaba sus medicamentos con ayuda de un vaso de agua.

Lauren: No muy bien. -suspiró.- Solo me dieron 30 dólares.

¿30 dólares?. Mi padre gana 30 dólares por minuto en su trabajo.

Abuelo: Tu novia es muy buena en las damas.

Lauren: Mi novia..

Murmuró, pero fui capaz de escucharla a la perfección
Su mirada se había perdido en algún lugar de la sala, haciéndome notar que le había afectado la palabra "novia", porque claramente yo no lo era, pero de verdad quería.

Lauren: Ve a descansar, ¿si?. -lo ayudó a levantarse del sofá.- En un momento hago la cena.

¿La cena?, yo con suerte puedo hacer huevos, que salen bien muy pocas veces.
Su abuelo asintió y se fue a su habitación, dejándonos a Lauren y a mi en la sala en completo silencio.
Lauren tomó mi mano con cuidado y me llevó hasta su habitación

Lauren: ¿Qué pasa?. -soltó mi mano y se sentó en su cama, temblando por el frío.- ¿Por qué estás aquí?.

-Yo.. quería venir a disculparme. -bajé la mirada, caminando hacia ella.- Estaba muy asustada y me desquité contigo. Lo siento, Lauren, de verdad lo siento mucho.

Lauren: Ven aquí.

Mordí mi labio y me senté en su regazo abrazándola por el cuello. Estaba congelada, pero no iba a dejar de abrazarla.

-Estás muy helada.

Lauren: Lo sé.

Besó mi frente y tomó las cartas que había dejado a un lado y las abrió. Su expresión cambió en una milésima de segundo, ahora se veía enojada y sobretodo frustrada.

-¿Qué pasa?, ¿Qué son?.

Acaricié sus mejillas, esperando hacerla sentir mejor, pero fue en vano, ella solo mordió su labio y se acomodó sobre mi pecho.

Lauren: Son cuentas.

-¿Cuentas?, ¿Cuentas de la casa?.

Lauren: Sí. -besó mi cuello, y abrazó mi cintura, acomodándome mejor en su regazo.- Quiero morir justo ahora.

-Hey, mi amor. No digas eso. -enredé mis dedos en sus sedosos y mojados cabellos.- ¿Cuánto deben?.

Lauren: 2.800 dólares.

-Dios.. -suspiré, levantando su rostro y besando sus labios por un momento.- Es mucho, Lauren..

Bueno, para mi no lo era, pero sabía que ella no tenía dinero para regodearse como yo, y eso me enojaba.. tal vez con sus padres por ser unos completos estúpidos, o con el mundo, por ser tan injusto con ella.

Lauren: Sé que es mucho, créeme que lo sé, ¿Pero qué puedo hacer?, solo matarme en el trabajo junto con mi hermano. No puedo hacer más..

-Todo estará bien, mi amor. -le sonreí.- Te lo prometo.

La besé nuevamente, sintiendo como sus labios temblaban contra los míos, volviendo el beso más delicado y perfecto.
Puse mi cuerpo más cerca del suyo, acostándola sin separar ni un centímetros nuestros labios. Me dio frío al tener más contacto con su ropa mojada.

-Vas atrapar un resfrío, mi amor.. -besé nuevamente sus labios y susurré esta vez.- Sácate toda esta ropa y toma un baño. No quiero que te resfríes.

Lauren: Unos momentos más no harán daño.

Volvió a besarme, creando su propio y delicioso ritmo, el cual seguí con gusto introduciendo mi lengua en su boca. Gemí cuando ella me mordió con cuidado, ella si sabía cómo hacerme sentir bien con una ternura que solo ella poseía y sabía usar a la perfección.

-Mi amor.. -gemí.- me encantas.

Lauren: ¿Te encanto?. -tomó unos mechones de cabello que estaban sueltos y los colocó tras de mi oreja.- Que bueno, porque tu también me encantas. Me gustas tanto, Camila.

Reí y besé la punta de su nariz, mirándola fijamente a los ojos. No podía creer lo hermosos que eran sus ojos y que estos se fijaran en mí como si fuera lo más preciado que tenía en su vida.

Lauren: Quédate a cenar, mi amor..

-¿Y si me envenenas con tu comida?.

Lauren: Hey.. -rió.- no cocino tan mal.

-¿Segura?.

Lauren: Por supuesto. -me abrazó con fuerza, en lo que situé mi cabeza en su pecho.- Haré la mejor comida que habrás probado en toda tu vida.

-De acuerdo, me quedaré a cenar, pero toma una ducha. De verdad no quiero que te enfermes.

Ella asintió y volvió a besarme, acariciando la parte baja de mi espalda, erizando todo mi cuerpo. Me sentía cómoda entre sus brazos, no como con Veronica, con la que siempre estaba asustada, y temerosa de que pudiera hacerme algo, por mi forma de actuarla frente a ella o simplemente decir algo que no le agradó. Con ella siempre tenía miedo, en cambio con Lauren abrazándome podía enfrentarme a todo el mundo.

Dangerous Addiction. «Camren»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora